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Ojalá la pobreza algún día sea prioridad para todos

Sabado, 14 de septiembre de 2019 01:02

Uno de los peores males es la pobreza, aquella que golpea a los sectores más vulnerables impactando de forma muy cruel en varias esferas de la vida de una persona. Es que en muchos casos, una crisis en la economía familiar puede repercutir en el crecimiento de un niño, por ejemplo, porque desde chico tiene que trabajar para ayudar a sus padres y por ende, se ve obligado a dejar la escuela.

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Uno de los peores males es la pobreza, aquella que golpea a los sectores más vulnerables impactando de forma muy cruel en varias esferas de la vida de una persona. Es que en muchos casos, una crisis en la economía familiar puede repercutir en el crecimiento de un niño, por ejemplo, porque desde chico tiene que trabajar para ayudar a sus padres y por ende, se ve obligado a dejar la escuela.

O quizás estudia, pero por no alimentarse bien tiene problemas de memoria y de aprendizaje, o corre riesgo a contraer enfermedades cardiovasculares o renales. También les puede provocar fatiga y hasta depresión.

Son muchas las consecuencias que una mala alimentación puede provocarle a los más chicos, y en los grandes que deben ingeniárselas para que sus hijos coman y ellos a veces se quedan sin comida por dársela. Cuando eso ocurre, que los padres no perciben un sueldo suficiente como para atender las necesidades básicas del grupo familiar, recurren a comedores y merenderos que cada vez son más.

Cada vez son más y muchos están colapsados. Son muchas las personas que acuden a ellos en busca de un plato de comida y fueron llegando más a medida que la crisis económica que golpea a todos los argentinos se fue agudizando.

Teniendo en cuenta esta dura realidad que afecta cada a vez a más jujeños y personas de todo el país, hay que hacer algo. Quizás las políticas públicas no son suficientes para paliar esta situación y ante la espera de medidas más eficientes, nosotros debemos hacer algo.

Primero y principal, porque todos los niños del mundo se merecen irse a dormir sin hambre, después de haber jugado durante todo el día y haber ido a la escuela como corresponde. Se merecen soñar tranquilos y no escuchar que sus padres se pelean porque están dolidos y nerviosos por no conseguir un trabajo. Todo eso se merecen y mucho más.

Lamentablemente todavía hay mucho por hacer para que toda la sociedad piense de esa manera, es decir, sienta ese sentido de empatía que va seguido de un acto solidario. Que primero se ponga en el lugar del que sufre, o intente hacerlo, para saber lo que siente y mediante eso lleve a cabo una acción que lo pueda ayudar. Para que todos piensen de esa forma hay que seguir generando conciencia social y muchas ongs desde el voluntario realizan esa labor de forma intensa.

Es que desde el voluntariado se emprenden estas acciones tan nobles que impactan de lleno en la lucha contra la pobreza y otros flagelos sociales. Y los voluntarios buscan contagiar a las demás personas para que piensen igual y al menos contribuyan con un pequeño aporte a saciar estas problemáticas.

A los que no piensan así, les propongo pensar a la pobreza como prioridad, desde otro punto de vista. En muchos casos, la persona que no tiene para comer, sale a robar o cae en las adicciones. Situaciones como esas ocurren de forma frecuente y los más chicos son los principales involucrados.

Y ese joven que perdió el rumbo de su vida que vive en la calle y se dedica solamente a delinquir o a drogarse, puede perjudicar a cualquiera. Por eso, cuando una persona sufre de pobreza tiene que ser un tema que nos alarme a todos, y si los gobiernos no hacen mucho para luchar contra eso, hay que quejarse menos y actuar más.

Es tarea del Gobierno solucionar este mal y también nuestra (en menor grado) pero buscar una sociedad mejor es obligación de todos. Porque una sociedad mejor hace que seamos felices todos, y que un niño no salga a robar por comer o por drogarse.

¿Cómo se puede ayudar?, sumándote a una ong, denunciando casos de trabajo infantil, hablar con el niño que está en la calle pidiendo monedas y ayudarlo o colaborar con merenderos y comedores.

 

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