Producto del gran caudal de agua que llegó desde el este de Abra Pampa, en la parte sur del cerro El Huancar, hacia el oeste del mismo, en el paraje Pasajes perecieron unos 140 ovinos, que aparentemente fueron arrastrados por la correntada.
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Producto del gran caudal de agua que llegó desde el este de Abra Pampa, en la parte sur del cerro El Huancar, hacia el oeste del mismo, en el paraje Pasajes perecieron unos 140 ovinos, que aparentemente fueron arrastrados por la correntada.
La familia propietaria del ganado muerto se quedó con sólo dos de sus animales, perdiendo casi la totalidad de su hacienda, lo cual le provocará inconvenientes en sus condiciones de subsistencia.
Del hecho se tomó conocimiento el último miércoles, es decir al día siguiente de la torrencial lluvia que azotó la localidad puneña de Abra Pampa y sus alrededores.
En la jornada de ayer en horas de la mañana, ya se encontraba personal de Dirección de Desarrollo Y Producción de la Municipalidad de Abra Pampa y Bomberos Voluntarios trabajando en el lugar del lamentable hecho.
Bruno Abalos, director de Desarrollo y Producción de la comuna, dijo que por el momento no se puede acceder al propio lugar para sacar los cadáveres de los ovinos porque el agua no le permite. Si es que las lluvias cesan en los próximos días se volverá para poder tomar los recaudos necesarios, que sería disponer de una fosa para enterrar a los animales muertos.
También desde dicha Dirección se elevará el informe respectivo de tal forma de poder gestionar algún tipo de ayuda para que la familia ganadera afectada pueda recuperarse de tan grande pérdida.
El agua ha imposibilitado inclusive que las autoridades sigan avanzando con dirección a la corriente del agua, para poder seguir verificando la situación, por lo que no se descarta que también haya más ganaderos afectados por las consecuencias del terrible temporal.
Es un hecho que en años no se registraba en Abra Pampa, por lo que la situación preocupa, sobre todo si las lluvias persisten en intensidad en los días venideros.
Ayer el panorama que se podía observar en el lugar donde se hallaron los ovinos muertos era desolador, y gran parte del terreno se encontraba anegado, lo cual dificultaba la labor para evaluar los daños provocados por las lluvias y la crecida de las vertientes de la zona.
Las labores se centralizaban en la asistencia de familias de agricultores y ganaderos afectados por el temporal.