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Intermezzo

Martes, 21 de enero de 2020 01:00

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Enero nos pilla al lector y a quien escribe esta columna en un así llamado intermedio, pues es el primer mes del año y en el hemisferio sur es verano y tiempo de vacaciones mientras que en el hemisferio norte es un mes de recibir notas, facturas, de los propósitos para cambiar de vida o hacer lo que siempre quisimos y postergamos. En ambos lados de la esfera global, es un intermezzo, un intermedio entre diciembre con Navidades y Nochevieja y febrero, que traerá el Carnaval y la alegría de despedir el invierno en Europa, desde donde se escribe esta columna. En cambio, en la alegre tierra sampedreña que me vio nacer el Carnaval simboliza los últimos días de libertad de los "diablitos", que hasta cuaresma pueden hacer de las suyas para luego mitigar el desenfreno y prepararse para la Pascua.

Pero, este intermezzo, ¿qué nos trae? ¿Qué podemos hacer? ¿Cómo llenarlo? Pero precisamente, es un intermedio, intermezzo, interludio, una pausa.

La música también nos da famosos intermezzos, una pausa entre distintos sucesos.

Como nos dedicamos a la música clásica, hablaremos sobre algunos interludios famosos, de óperas presentes en el repertorio operístico actual y que quizás el lector fiel de esta columna ha escuchado en cds, visto en la televisión, o mejor aún, en el teatro Colón de Buenos Aires o en alguna Ópera, como la de París o Viena (cabe destacar que muchas ciudades europeas tienen un teatro donde se representan exclusivamente óperas y a veces ballet, dejando el teatro hablado para otros edificios).

La ópera Carmen, de Georges Bizet es quizás la que más está en la mente y el corazón de la gente. La hemos visto en la televisión, en alguna película o su música filtrada en un anuncio publicitario.

La célebre aria "L'amour est un oiseau rebelle" ("El amor es un pájaro rebelde") sonará seguramente en nuestros oídos. Precisamente es una historia de amor entre una gitana muy libre e independiente y un soldado español, preso de la pasión hasta el punto de matar por sus emociones fuertes, el decidido don José.

Con tanta música apasionada y diálogos de amor y exotismo, el interludio nos trae un poco de paz, una laguna para poder refrescar nuestra mente y poner allí las lágrimas, la alegría o lo que hayamos sentido viendo y escuchando esta ópera, preparándonos para el final de la misma.

Sus solos de flauta y la armonía francesa de esta pieza nos relajan y nos transportan al mismo cielo para luego descender de nuevo a la tierra y presenciar el desenlace del amor no correspondido de don José y Carmen.

Otro interludio famoso, de una ópera también famosa pero menos conocida que Carmen es el intermezzo de otra ópera trágica, como lo es Cavalleria Rusticana, de Pietro Mascagni. Esta ópera tiene armonías más claras y corresponde al estilo verista italiano, cuyo sonido es mucho más moderno y nos acerca a la Italia típica, católica y tradicional.

Aquí también hay emociones y vaya que son fuertes! Nada menos que situada en la Italia del Sur, un amor que ya no existe, entre Santuzza y Turiddu y el día de Pascua. Esta pausa nos calmará el alma, al ver cómo se desenvolverá esta historia, marcada de tragedia en la ya trágica Italia. Es un interludio vibrante y a la vez tranquilo, que nos transporta a las verdes colinas de Sicilia, con sus naranjas sanguinolentas y el sol amable que las bendice cada día.

Pero este Intermezzo, tan lleno de armonías de sutil belleza es también la música del magnífico "Ave María", conocido como el Ave María de Mascagni.

Es sin duda una obra de gran belleza.

Así, amigo lector, como estos interludios musicales nos relajan de un acto de la ópera, para pasar más tranquilos y con los sentidos más claros a otro acto, así también enero es un interludio en la vida. Dejar el año que se fue, con sus emociones, sus altibajos y sus momentos, para enfrentar tranquilos y con calma el año que se inicia y que tenemos por delante.

Quizás en un momento del día, cuando ya estemos cansados pero con otro tramo por delante, además de tomarnos un helado en el hemisferio austral, o un té calentito en el hemisferio boreal en nuestra pausa, podemos escuchar alguno de estos interludios para seguir con lo que nos espera pero con tranquilidad.