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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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"Vivimos en una sociedad donde un grupo se reivindica con violencia"

Días atrás, en Villa Gesell, un grupo de deportistas asesinó a un joven de 19 años. Mientras que en la Ciudad Cultural de la capital jujeña se dio un hecho de violencia que afectó a varias personas. El psicólogo del área Adolescentes y Adultos del hospital “Néstor Sequeiros” explicó a este diario a qué se deben algunas conductas de los jóvenes y por qué se producen ataques “en manada”.
Sabado, 25 de enero de 2020 01:02

-¿Qué lleva a algunos adolescentes actuar con violencia?

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-¿Qué lleva a algunos adolescentes actuar con violencia?

-Hay estudios importantes a nivel de la Psicología Social y lo que implica las características de cómo los seres humanos, en este caso en grupo, actúan de determinada manera y que quizás en forma individual no lo harían. Esto nos lleva a pensar cómo hay ciertos modelos que se estructuran a través del funcionamiento de lo que nosotros conocemos como tribus urbanas o grupos de pares que se identifican y pueden establecer una identidad a través de esto y van generando modos de conducirse en la vida. Tomando la circunstancia lamentable que fue llevar a una conducta de homicidio contra un joven, nos lleva a pensar cómo puede ser que personas bajo estas circunstancias realicen estas acciones. Y tiene que ver con cómo se van construyendo dentro de nuestra sociedad, de nuestra cultura, ciertos imaginarios del funcionamiento del "debe ser". De que las personas deben ser de esta forma, las masculinidades por sobre todo las cosas se van construyendo sobre estereotipos y eso nos hace muy mal como sociedad.

Tenemos que trabajar en romper estos estereotipos de masculinidades que llevan a que nosotros podemos entender cómo el macho, el que tiene coraje, el que va adelante, nos lleva a situaciones lamentables y de mucha tristeza. Esto en los jóvenes hace una fuerte impronta, porque cuando uno es niño tiene su construcción psicológica a través de la familia. Cuando va creciendo, esto se va rompiendo y va buscando otros modelos de la adolescencia y busca identificarse con su grupo de pares y allí es donde nos encontramos en nuestra sociedad con cierta construcción en donde históricamente al varón se lo identificaba y decía "vos no tenés que llorar, debes ser fuerte" y este "deber ser" conlleva a que muchas veces sean masculinidades frágiles, necesitan reivindicarse en un acto de violencia para poder sostenerse en su identidad. Creo que esta es una de las cosas que realmente nos hace muy mal como sociedad y cultura. En este último tiempo se ha intentando poner en evidencia y cambiar el camino.

Con respecto a los disturbios ocurridos en la Ciudad Cultural, cuando dos grupos se enfrentaron de forma violenta, sostengo que estamos en una época en donde de alguna manera se aplaude el exceso, se exacerba esta idea del todo y esto conlleva a situaciones de ingesta de alcohol, otras sustancias y esta manifestación de la identidad para poder ponerse por encima del otro. Nos encontramos con estas circunstancias en donde un grupo de personas se identifica con algo y requiere que esa identificación con el grupo se mantenga a través de esta circunstancia y la plasman con la violencia. Estos son los mecanismos lamentables que tenemos dentro de los grupos y muchas veces tienen que ver con el reforzamiento que da nuestra propia cultura. Hay que empezar a intentar cambiar estas categorías que nos establecen estas masculinidades frágiles, porque también hacen al entorno y a la circunstancia.

-¿Cuánta responsabilidad tienen los padres y la escuela?

-Yo siendo padre pienso que tenemos una importante responsabilidad, porque vamos sumando al estereotipo del niño que juega pero que no tiene que llorar si se llega a caer, porque eso es de "maricón" y no de "macho", porque tiene que ser "fuerte". Y uno de los problemas que conlleva en la escuela y en la familia es que a nuestros niños no les enseñamos a regular nuestras emociones. Yo tengo hijos y saben la capital de tal país que probablemente nunca vayan a conocer, pero sin embargo no se les enseña en la escuela ni siquiera a regular una angustia, una tristeza o a poder expresarla. Creo que esa es una gran falencia que tiene nuestro sistema educativo y las familias tampoco colaboramos para que nuestros niños, jóvenes y adolescentes puedan expresar las emociones. Y cuando las expresan, nos horrorizamos porque también están mediatizados por la tecnología, las comunicaciones, los famosos tics, entonces nos encontramos con que dicen más cosas en las redes sociales que en una reunión con la familia. Es nuestra realidad y la tenemos que trabajar, es una necesidad de los adolescentes en esta época.

-¿Vivimos en una sociedad violenta donde se perdieron los valores?

-Valores siempre hubo, el tema es que fueron mutando y cambiando a través de la historia. Esos valores a los que uno podía referirse a cuando eran niños, fueron cambiando y hoy hay un valor distinto. Cuando yo era niño, decíamos "cuando sea grande quiero ser bombero, policía, doctor" y hoy mis hijos dicen yo quiero ser youtuber, quiero ser modelo, creo que también eso hace al cambio de paradigma, al cambio de la lógica de los ideales que se van construyendo a través de nuestra niñez. Eso hace también a los valores en la cultura del éxito sin esfuerzo, en la cultura de la accesibilidad sin la espera. Es difícil poder trabajar sin poder analizar estas categorías y quizás ese sea el desafío más grande. Soy optimista y pienso que se puede empezar a trabajar en los tres niveles educativos, es muy interesante abordar esto porque nos va a permitir abordar las categorías de las cuales estos valores están en juego y se discuten. También tiene que ver con la lógica de la autoridad. Hoy esa autoridad absoluta ha sido cambiada. Debemos aceptar que hay otras miradas, otras perspectivas, pero dentro de una lógica del respeto por sobre todas las cosas y saber que hay una autoridad basada en la experiencia.

-¿Estar en grupo anima a los jóvenes a cometer agresiones?

-El comportamiento individual suele tener ciertas restricciones a la hora de actuar de determinada manera. Sin embargo, cuando las personas actúan en grupo, suelen esconder y depositar dentro de la lógica de grupo ciertas responsabilidades que se diluyen. Entonces, esto también permite que el individuo en el funcionamiento del grupo pueda actuar de manera determinada que quizás, de una forma individual no lo haría. Es decir, muchas veces en grupo pueden actuar de manera mucho más violentas, pueden exacerbar ciertos aspectos que dentro de una forma individual no lo harían. Entonces el grupo también permite depositar de una manera psicológica cierta responsabilidad en el grupo. Esto también está estudiado dentro de la psicología y también hace que las personas en estas circunstancias consideren en forma ilusoria de que su responsabilidad queda diluida en el grupo, pero no es así.

-¿Cuáles son los factores que inciden en esta problemática?

-Estas características suelen estar motivadas por los estereotipos que pueden estar colaborados con algunas circunstancias especiales. Por ejemplo: puedo ir a ver una obra al Teatro Mitre y probablemente no creo que ocurran estas circunstancias. Sin embargo en otro espectáculo, en un lugar de exposición, la lógica de funcionamiento de ese sistema hace que las personas tomen otra conducta. Entonces, la posibilidad de hacer esta acción en un lugar también colabora para el funcionamiento del grupo. En cuanto al consumo de alcohol, creo que está vinculado a cierta lógica del ritual que implica ir a hacer tal o cual cosa. Se acerca el Carnaval, -insisto, no lo considero como algo malo- sino que pasa por la idea de que se puede disfrutar y tomar en forma moderada. Creo que la dificultad que tenemos en esta época es el exceso del consumo, hasta morir. Esta es la dificultad en términos de regulación: vivimos en una sociedad que nos cuesta la regulación, que nos cuesta manejar estos límites. Constantemente ese desborde está expuesto, es lo más dañino y hace mal a nuestra propia cultura.

-¿Qué herramientas deben brindarles los padres a sus hijos para no caer en la naturalización del desborde?

--Como padres tenemos que volver a trabajar en nuestra responsabilidad, cuando nosotros desde muy niños empezamos a establecernos y creo que esto es muy importante en la regulación del "no", que es lo más difícil dentro de esta época, porque vivimos con niños en donde se les dice "esto no" pero otros interceden justificando que hay que permitírselo porque es "chiquito". Esa es la dificultad que tenemos en nuestra época, la regulación del exceso, una circunstancia muy difícil que atraviesan padres, escuela, clubes y barrio.