CÓRDOBA (Enviada Especial) Era la primera vez de Fito Páez en este escenario. Sí, todavía quedaba alguna “primera vez” para este emblemático creador del rock nacional. Abrió la cuarta luna del 60º Festival Nacional del Folclore de Cosquín, Córdoba. Se mostró muy agradecido de poder estar en este marco.
Y es que la noche del martes se prestó a una apertura inusitada que muchos artistas de “otros palos” agradecieron. Hasta que cerró Luis Salinas, pasaron La Charo con su particular propuesta musical que fusiona ritmos tradicionales con propuestas novedosas y gran puesta en escena; Franco Luciani; el ritmo del dos por cuatro con la excepcional interpretación de Omar Mollo;
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CÓRDOBA (Enviada Especial) Era la primera vez de Fito Páez en este escenario. Sí, todavía quedaba alguna “primera vez” para este emblemático creador del rock nacional. Abrió la cuarta luna del 60º Festival Nacional del Folclore de Cosquín, Córdoba. Se mostró muy agradecido de poder estar en este marco.
Y es que la noche del martes se prestó a una apertura inusitada que muchos artistas de “otros palos” agradecieron. Hasta que cerró Luis Salinas, pasaron La Charo con su particular propuesta musical que fusiona ritmos tradicionales con propuestas novedosas y gran puesta en escena; Franco Luciani; el ritmo del dos por cuatro con la excepcional interpretación de Omar Mollo;
La actuación de poco más de una hora con los clásicos y emotivos temas de Fito, incluyó por supuesto “El amor después del amor” cuyos acordes ya lo anunciaban desde la prueba de sonido, en horas de la tarde en la plaza “Próspero Molina”. Sonó tan fuerte y acompañado de las luces que se posaron a ritmo en el público, que sin dudas fue la primera postal de una noche muy particular en Cosquìn. En su equipo incluyó la voz de otra figura del rock nacional, Fabiana Cantilo, y Flor Villagra (ex del reality musical “Operación Triunfo”).
La gente, en manada efusiva se sumó al coro de Fito Páez para seguir con “11 y 6”, y “Al lado del camino”, canción de la que dijo “sigo pudiendo cantarla con la frente alta”.
Se pronunció deseando libertad y con alguna que otra frase que moviliza la sensibilidad de un público que sufre la situación de su país. “Circo beat”, “Brillante sobre el mic” (con los celulares encendidos de una plaza acostumbrada al bombo y al violín, pero que abría su corazón a la música de un grande nacional).
La Charo, fue el espectáculo siguiente. Desde Formosa, la artista que presenta un espectáculo musicalmente de primer nivel, desanda sus dotes de cantante, música, compositora, investigadora, uniendo tierra y sones alternativos. Recordemos que fue parte del dúo Tonolec (de folclore y música electrónica), y hoy se planta en un escenario que llena de danza, revalorizando el aporte de esta disciplina. Juega exquisitamente con la estética visual de su vestimenta, su peinado, los colores, sumada a su dulce tono de voz para dirigirse al público y para cantar.
Presentó su tema “Malambeo” contando una historia de amor, a partir del ritmo que hizo con su voz, bombo legüero y bailarines. Un show mágico, que deja a todos con los sentidos saturados de belleza. Ella también estuvo en el Pre Cosquín de este año, como jurado, y manifestó por ello su placer y su responsabilidad de descubrir y apoyar los nuevos valores. Hizo un homenaje a Violeta Parra interpretando uno de sus temas, y terminó con una chacarera, “Campo afuera”. Todo en conjunto es resulta una propuesta muy teatral que encanta con cada uno de sus recursos.
La noche continuó con Franco Luciani, el armoniquista rosarino que alguna vez apoyó Mercedes Sosa, allá por el año 2006, cuando la “Negra” descubría y valoraba varios valores jóvenes a los que abrazó e invitó a actuar con ella, entre ellos el jujeño Bruno Arias.
Su presentación en Cosquín comenzó con un video en el que Mercedes lo presentaba. Siguió con un bellísima primera interpretación musical y vocal, de una obra de Atahualpa Yupanqui, “La añera”. Siguió con una versión instrumental en ritmo de polca, y luego invitó al escenario a dos mujeres de gran talento musical, que suelen ser parte de sus presentaciones por el país, la pianista Julieta Lizzoli, y la cantante Victoria Birchner. Impecable fue la interpretación juntos de “Damiana Aché”, tema que escribió junto a Teresa Parodi. Lo acompañó con imágenes del documental sobre esta historia real, “Damiana Kryygi” de Fernández Mouján.
Más adelante en la noche, la cita fue con la delegación de Santiago del Estero, que contó su historia en el año en que se celebra el bicentenario de su autonomía provincial. Decenas de artistas y entre ellos el dúo Coplanacu se lucieron en este escenario, con una propuesta con mucho de comedia musical, mucha actuación y danza, y voces y músicos impecables que cantaron a coro danzas tradicionales argentinas relacionadas con la historia que se contaba en las tablas mayores del festival coscoíno.
En esta noche de martes, también tuvieron su espacio, dos de los ganadores del Certamen de Nuevos Talentos, Pre Cosquín 2020. Primero se dio a conocer a Walter Castro, de Pico Truncado, provincia de Santa Cruz, quien resultó ganador en la categoría Solista Vocal; y luego el del pampeano León Gamba, quien se alzó con el primer lugar en la categoría Canción Inédita, por “Vertiente de moradas”.
¿Y el tango, y el rock?
Otro que por primera vez pisó esta plaza y se mostró muy emocionado por eso, fue Omar Mollo, con su increíble repertorio de tangos. Muy emocionado y feliz de estar en este marco, el artista se despachó con una generosa actuación que llevó a esta plaza, una gran cantidad de sus seguidores que lo ovacionaron de pie y bailando.
Hizo su despedida con el vals “Que nadie sepa mi sufrir”, y tuvo que volver para su bis, y entonces eligió el sugerente título para un tango más, “Rock anda roll”. Y es que la música es una sola, y los ritmos se dan la mano cada vez más.
Algunos definieron esta noche del 60º Festival de Cosquín, como histórica, porque la grilla tuvo un alto porcentaje de propuestas alternativas al folclore, y no tanto. Más bien de hermandad.
Es que luego siguieron Los Tipitos, destacada banda rockera argentina que cumplió sus 25 años de trayectoria, y en los últimos meses presentó su primer disco (aunque no se sabe si habrá otro) de folclore. Se tituló “De mi flor” y tiene importantes invitados a la grabación.
“Mujer, niña y amiga” fue su primera interpretación en este ritmo que estudiaron para largarse al desafío. Y después de dos temas más, de autoría propia, invitaron a Franco Luciani, que por segunda vez subía al escenario “Atahualpa Yupanqui” en la velada del martes.
“Para que nos reconozcan con estas caritas”, dijeron los músicos, “vamos a hacer dos temas con los que nos conoces más”. Y la plaza explotó con “Silencio” y “Campanas en la noche”.
Y el cierre de la cuarta luna, fue con la majestuosidad de Luis Salinas, su guitarra, su talento, su juego en el escenario, entregado al éxtasis de improvisar y dialogar con cada uno de sus músicos, y en especial con su hijo Juan, que desde hace ya un largo tiempo lo acompaña, aunque en Cosquín fue también la primera vez juntos.
Todos los músicos de esta última parte dieron realmente una clase de virtuosismo que engalanó el final de la jornada, y se llevaron los aplausos a la calidad, el compromiso y la creación. Luis Salinas disfrutó una vez más de su guitarra que sonó realmente gloriosa.