¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

14 de Mayo,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Aprender a calmarnos

Viernes, 03 de enero de 2020 01:01

Si crees que piensas demasiado permíteme comentarte que eso es lo que hace la mente, pensar. Es su estrategia de supervivencia, fue diseñada biológicamente para ello, principalmente para detectar problemas.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Si crees que piensas demasiado permíteme comentarte que eso es lo que hace la mente, pensar. Es su estrategia de supervivencia, fue diseñada biológicamente para ello, principalmente para detectar problemas.

La mente humana es inquieta, pone su atención en el pasado para saltar a posibles problemas o errores futuros pasando por alto el momento presente. Veras que cuando piensas tu mente se desconecta del cuerpo, dejas de sentir las sensaciones corporales cada vez que te envuelves en pensamientos. (Haz el experimento).

Ese dialogo interno incesante suele ser confundido con la realidad y creer que estamos ante problemas y errores reales nos genera ansiedad y miedo. De pronto creemos estar amenazados y no tener capacidad para enfrentarlo. De este modo terminamos padeciendo nuestra propia mente.

Si quieres cultivar una relación inteligente con tus pensamientos, deja de luchar contra ellos, ya que no es posible dejar de pensar, ni controlar que pensar, proponte aceptarlos como lo que son, no son la realidad solo son pensamientos. Son reales en la medida que ocurren en nuestra cabeza, pero no son la verdad. Ten presente que del ser del que hablan tus pensamientos no son realmente vos.

En el budismo dicen que nos atraviesan dos flechas: la primera es el miedo y la segunda pensar que está mal sentir miedo.

¿Cómo calmarnos cuando nos controlan los pensamientos negativos?

Si sientes una emoción negativa, como ser el miedo, puedes calmarte tratando de conectarte con tu cuerpo, con sus sensaciones, con la respiración, usa tu cuerpo de anclaje para ubicarte en el momento presente.

Pon tu atención en la respiración, la sensación del aire entrando por tu nariz. No se trata de dejar de pensar sino de centrar tu atención en el cuerpo y de oxigenar. Respira lento y profundo.

Pon la mano en tu corazón, hay investigación científica sobre cómo nos calma esto.

Aprende a reconocer tu grupo de pensamientos recurrentes. Pregúntate que emoción los acompaña, que creencias y condicionamientos conllevan. Conoce tus pensamientos.

Haz notas mentales sobre esos pensamientos frecuentes, veras como el etiquetarlos de forma amigable poniéndoles un rotulo los debilita y dejas de identificarte con ellos. Reconócelos.

Por ejemplo, si estás enfermo y piensas sobre ello: el rotulo podría ser “este es un pensamiento de una persona enferma” o este es un pensamiento de planificación, este es un recuerdo, este es de preocupación, este es una crítica, estoy ensayando nuevamente, estoy calculando, etc. Esto te ayudará a reconocerlo como pensamiento y no como la realidad misma.

Tranquilizarnos no se trata de liberarnos de nuestros pensamientos sino de hacer algo para atrapar nuestra atención, como podríamos hacer al fijarnos en nuestra respiración o registrar nuestras sensaciones corporales.

¿Cómo ejercitar la respiración?

En la visión de Ayurveda el número de respiraciones está asociado al tiempo de vida. Dicen que, si uno vive enojado, ansioso o con miedo respira más rápido y vive menos. Pongamos por ejemplo un perro tiene cerca de 30 a 40 respiraciones por minuto y vive de 12 a 14 años en promedio y una tortuga respira 4 o 5 veces por minuto y puede llegar a vivir hasta 150 años. Los antiguos yoguis maestros sabían que el secreto de la salud y el control de la mente está en la respiración. Se dice que la edad del Yoqui no se calcula con el calendario sino por la cantidad de respiraciones.

Comienza dedicando 15 minutos al día a practicar una respiración lenta y profunda, recuerda que lo importante es inhalar y exhalar lento, no tanto retener el aire. Ubícate en un lugar tranquilo, sin vientos o cambios de temperatura. Siéntate cómodo, alinea la columna, cuello y cabeza (retrotrae un poco el mentón).

El mejor horario es en ayunas durante el amanecer o al atardecer. También hacer una respiración relajante antes de dormir es beneficiosa para la salud.

Comienza respirando con ambas fosas nasales para luego hacerlo alternando, tapas la derecha y practicas con la izquierda y viceversa.

Observa que durante el día ambas narinas estén sin obstrucciones, ya que ello lleva a oxigenar en forma incorrecta ambos hemisferios cerebrales. Llegando a producirnos dolores de cabeza en más de una ocasión, nerviosismo y hasta afectando la digestión.

Si tienes alguna duda sobre el tema puedes enviarme tu pregunta a mi página de Facebook.

Temas de la nota

Temas de la nota