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Viviana Rueda, "Pila" como la recuerdan, desapareció el 5 de enero de 2016. Salió a un puesto de salud del barrio Carolina de Palpalá desde su casa en el asentamiento Nueva Esperanza y no volvió a su hogar.
Fueron varias las marchas organizadas para dar con el paradero de la joven madre de un niño, que había quedado al cuidado de su abuela, sin que las mismas dieran resultado como tampoco las investigaciones.
La angustia de una comunidad conmocionada se reaviva al contar un año más de su desaparición, sin detenidos, sin pistas y una vida de la que no se supo nada.
Se realizaron rastrillajes a caballo con la colaboración que recibió la familia, sin que tuvieran una respuesta sobre qué pasó con la joven.
Tras la primera marcha su madre amplió la denuncia y aportó datos sobre la existencia de una testigo en el momento de la desaparición. Según informó personal policial, en ese momento reforzaron el operativo de rastrillaje con personal de cuerpos especiales, sin respuestas hasta hoy.
La joven era madre de un bebé de dos años y medio al momento de su desaparición. Se supo además que la joven sufría de ataques de epilepsia, para lo cual debía estar medicada.
Hasta el 21 de enero de 2016 se habrían recepcionados más de 30 declaraciones, así señaló Pablo Benítez en oportunidad de dialogar con El Tribuno de Jujuy, quien fuera director de la Brigada de Investigaciones por aquel entonces.
La desilusión llevó también a tocar las puertas del joven intendente siderúrgico en aquel momento, Pablo Palomares, quien según relató la familia "con una audiencia programada, no quiso recibirnos".
Al cumplirse un año más de su desaparición y sin novedades sobre el caso, la comunidad se pregunta qué responsabilidad le cabe a quienes están a cargo de la seguridad de las personas.
Surgen interrogantes sobre qué responsabilidad tiene el Estado cuando una persona desaparece, sin que a la fecha se conozca qué pasó con la joven y quiénes fueron los responsables de su desaparición.
En medio de las marchas y los pedidos de justicia, allegados a la familia mostraron su preocupación por cuanto habrían surgido amenazas en contra de quienes insistían con el avance de la investigación, tratando de evitar que el pedido durmiera el sueño de los justos.
Hoy se cumple un año más de su desaparición y ninguna respuesta se tiene sobre este doloroso caso.