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SOLUCIONES / RAÚL SURUGUAY DETALLA LA PULSERA DE ALERTA Y EL MANGO CON SENSORES PARA BASTÓN DESTINADO A CIEGOS.
Soluciones para no videntes, de ayuda para mujeres en riesgo y adultos mayores son algunas de las ideas desarrolladas en sólo 28 horas por jóvenes jujeños quienes participaron en el Rally Latinoamericano de Innovación 2020, entre 6.150 participantes y 47 universidades argentinas.
"Para las personas que nos pidieron desarrollar una solución para que pudieran ubicarse sin necesidad de internet, porque el desafío es ese. Lo que realizamos fue un mango que se acople a los bastones que ya tienen las personas no videntes, que le añada la función de localización mediante satélite, y el mismo mango tendría el mapa precargado como los GPS viejos", explicó Raúl Suruguay, uno de los estudiantes avanzados de Ingeniería Informática del grupo "Dinamite Team".
La solución que buscaron fue más allá, atender a que no son conscientes de lo que puede haber arriba de lo que tocan con su bastón por lo que idearon que mediante sensores y con sonidos o vibración puedan alertarlos de elementos por encima de 40 centímetros para que no se choquen por ejemplo con árboles. Contemplando un gran desnivel, plantearon que los sensores permitan rastrear áreas alrededor de las personas para detectarlo y evitar que se caigan, y estaría incluido en el kit del bastón con otro dispositivo similar al auricular bluetooth con miniparlantes que iría en el cuello con micrófono que podría activar un GPS con la voz.
"Teníamos 28 horas, de cero vimos si era rentable o viable el proyecto", explicó y aseguró que algo relacionado en el mercado con este dispositivo ideado tendría un costo estimado de 107 dólares a diferencia de lo que ya hay en el mercado similar a 500 dólares.
Las ideas brotaron en la extensa jornada virtual del grupo interdisciplinario "Dinamite Team" integrado por Raúl Suruguay y Christian Brian Garcete, ambos estudiantes avanzados de Ingeniería Informática, Magali Cuevas de Ingeniería Industrial; Pablo Martínez de licenciatura en Economía Política; Juan José Mamaní de Ingeniería Industrial, Carmen Gladys Soriano, profesora en Ciencias de la Educación, y Gabriela Cecilia Soto, licenciada y profesora en Educación para la Salud.
En el Pre Rally, la competencia preparatoria que se hizo en la misma facultad como un modo de práctica para el Rally de Innovación, la experiencia también fue satisfactoria ya que fueron segundos. La idea también innovadora fue una pulsera preventiva de violencia de género, que tendría dos niveles de presión, la suave alertando a quienes tengan la pulsera de que se siente en peligro.
"Está hecha para las calles" y la idea es que toda la persona cuando sienta peligro presione suavemente, alertando así a todas las que tienen la aplicación, en caso de sentir peligro o que le siguen. El segundo nivel se activa con presión fuerte, que alertaría sirenas instaladas de modo que cualquier persona pueda ayudar y que el sonido pueda ayudar en un radio de 500 metros, además de enviar el alerta a las personas de confianza o familiares con la ubicación.
"Los desafíos que fueron planteados y que los alumnos eligieron estuvieron siempre relacionados con la parte social. Ellos abordaron la temática de problemas relacionados con la tercera edad, adultos mayores, otro la generación de un dispositivo para personas con dificultades visuales", explicó Delia Cruz, ingeniera a cargo del Observatorio de Tecnología de la Universidad Nacional de Jujuy (Unju).
El Rally latinoamericano es una competencia que pone en juego la capacidad de resolver problemas y desafíos propuestos por empresas de toda Latinoamérica.
Es la tercera vez de manera consecutiva que la Facultad de Ingeniería de la Unju, siendo sede oficial y en esta ocasión integraron las 47 argentinas, públicas y privadas. El equipo ganador nacional fue "Line" de Universidad Católica de Salta.
Participantes e ideas
Los grupos jujeños fueron cuatro, y el primer lugar fue de Dinamite Team, Biotec, Innova Squad, Genius. Integraron tanto estudiantes de Ingeniería de las diversas orientaciones como también profesionales y alumnos de otras carreras humanísticas y vinculadas a la educación y a la salud, además de Económicas. El segundo lugar planteó una biblioteca virtual, que Cruz describió como un espacio donde vinculaban el conocimiento de los adultos mayores, incluyendo anécdotas, de modo que fueran registrados y resguardando los conocimientos orales, en formatos de voz y registro audiovisual.