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La inauguración del arco de entrada sampedreño

Hace 43 años, los vecinos celebraron con un gran acto la inauguración de una joya arquitectónica que es ícono de la ciudad.
Sabado, 17 de octubre de 2020 01:03

Quien ingresa a la ciudad por el acceso sur, es recibido por una obra significativa, de una singular belleza arquitectónica, el arco de entrada, símbolo representativo de los sampedreños, que fue inaugurado el 15 de octubre de 1977. Si bien el arco marcaba el final de la zona urbana, hoy, con el crecimiento demográfico, quedó dentro de la ciudad, y a su vera se levantan los barrios Horacio Guzmán, Fernando Zarzoso, Jardín, Docente y Arturo Illía.

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Quien ingresa a la ciudad por el acceso sur, es recibido por una obra significativa, de una singular belleza arquitectónica, el arco de entrada, símbolo representativo de los sampedreños, que fue inaugurado el 15 de octubre de 1977. Si bien el arco marcaba el final de la zona urbana, hoy, con el crecimiento demográfico, quedó dentro de la ciudad, y a su vera se levantan los barrios Horacio Guzmán, Fernando Zarzoso, Jardín, Docente y Arturo Illía.

Transcurrieron 42 años desde aquel histórico acontecimiento, que fue celebrado por la comunidad toda, durante un multitudinario acto, que recuerdan con gran orgullo los memoriosos. Si bien el arco de entrada no recuperó el esplendor de aquellos años y no se cumplió con el mandato popular de colocar las placas con las leyendas que figuran en las respectivas ordenanzas, en la actualidad, es preservado por el municipio y se utilizan las dependencias para el control de acceso a la ciudad.

Y como siempre, desde su creación e inauguración el arco de entrada, con su imponente figura, sigue gritando a viva voz, Aquí está San Pedro!

Las páginas de la historia nos remontan al año 1977, cuando interventor municipal capitán Ramón Diez del Valle, tuvo la feliz iniciativa de erigir un arco en el acceso sur de la ciudad. La misma se concretó mediante Ordenanza N° 33/77, del 14 de septiembre, refrendada por los secretarios de Gobierno, Hacienda y de Obras y Servicios Públicos, Enrique Morales, Rubén Crespe y José Ducci respectivamente.

Para lograr tal fin, se solicitó a los arquitectos del medio, la creación de diseños teniendo en cuenta los fines de la futura obra, entre ellos, que fuera un motivo más de ornamentación del principal acceso a la ciudad, que se constituya en un monumento característico o identificatorio de la bien llamada Perla del Ramal, en su condición de primera ciudad del interior de la provincia, que marque el límite sur del ejido urbano ampliado por Ordenanza N° 25/77, que disponga de las condiciones necesarias, para albergar en forma independiente una oficina de información de turismo para todo el Ramal y un puesto de control de ruta para ser utilizado indistintamente por la Dirección Municipal de Tránsito y/o eventualmente por las fuerzas armadas o de seguridad. Los arquitectos que se hicieron eco de la solicitud trabajaron ad-honorem, realizando proyectos diversos, de los cuales se seleccionó el presentado por la empresa Jure Construcciones SRL.

Una vez realizados los presupuestos para encarar el proyecto, fueron convocadas las empresas constructoras y otras que aportaron los fondos necesarios para financiar la ejecución de la obra. El arco de entrada se construyó en el acceso sur, sobre la avenida República de Siria (hoy presidente Perón), a 500 metros de su intersección con las vías del ferrocarril.

Concurso estudiantil

Durante el período que llevó la concreción de la obra, se realizó un concurso, invitando a los alumnos de las escuelas a elaborar leyendas que, en sendos carteles, se ubicarían a ambos lados del arco. La propuesta fue recepcionada con gran entusiasmo por los estudiantes, que se abocaron a la búsqueda de un texto que sintetizara el espíritu de la ciudad sampedreña. Se presentaron numerosos trabajos que fueron examinados por un jurado formado por las profesoras Elba Agüero y Ernestina Acosta y un representante de la municipalidad. Finalmente se eligió un texto que expresaba "Siembra lo bueno, aquí hay lugar. Los bueno cosechado, compártelo con los demás". Pertenecía al estudiante David Ramón Torres que cursaba el 3° año en la escuela de Comercio "Doctor José Ingenieros".

El arco de entrada fue inaugurado oficialmente el 15 de octubre de 1977, con un acto que se inició con un corte de cinta descubrimiento de placas recordatorias, una llevaba esta inscripción: "El pueblo de San Pedro en agradecimiento a quienes hicieron posible esta obra" donde quedaron impresos los nombres de las empresas constructoras que realizaron la obra. El alumno David Torres, junto a sus familiares, descubrió dos placas como premio al ganador del certamen secundario organizado entre los establecimientos educativos de San Pedro, inmediatamente se encendieron las luces del arco, que contaba con siete circuitos y se dio lectura a la ordenanza municipal de creación.