Chile decidió ayer en un histórico plebiscito surgido en respuesta a las protestas sociales de hace un año para redactar una nueva Constitución y enterrar su actual Ley Fundamental, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y vista como el germen de las desigualdades que originaron las revueltas.
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Chile decidió ayer en un histórico plebiscito surgido en respuesta a las protestas sociales de hace un año para redactar una nueva Constitución y enterrar su actual Ley Fundamental, heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y vista como el germen de las desigualdades que originaron las revueltas.
Los chilenos votaron abrumadoramente a favor del "Apruebo" (más del 78 % de los votos), la opción que abre un proceso constituyente, y eligieron que este sea absolutamente ciudadano, encargando la redacción de la nueva Carta Magna a una convención constitucional (79 % de los votos) que estará compuesta por 155 personas elegidas por votación popular solo para ese fin.