Una curandera presa y el secuestro de huesos y elementos quirúrgicos shockeó a Las Termas de Río Hondo en Santiago del Estero, tras un allanamiento que tuvo como disparador una causa por violencia y cuya víctima incluyó una denuncia por aborto contra su ex esposo, acusándolo de lanzarla por las escaleras frente a sus hijos.
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Una curandera presa y el secuestro de huesos y elementos quirúrgicos shockeó a Las Termas de Río Hondo en Santiago del Estero, tras un allanamiento que tuvo como disparador una causa por violencia y cuya víctima incluyó una denuncia por aborto contra su ex esposo, acusándolo de lanzarla por las escaleras frente a sus hijos.
El allanamiento fue ejecutado ayer desde las 8:42 en una vivienda ubicada en calle ARA General Belgrano, entre Pedro Giachino y Virgen del Valle, en el Bº Villa Balnearia.
El imputado es Juan José Domínguez. Según la investigación de la fiscal del caso, Dra. Melissa Deroy, el 9 de mayo el acusado apuñaló a su ex pareja, C.L.S, y después se mantuvo prófugo hasta el 10 de agosto en que fue detenido por efectivos de Prefectura Naval.
La Fiscalía y la querellante, Soledad Schejtman, le endilgan cargos por supuestas “lesiones y amenazas calificadas por el vínculo”; “abuso sexual con acceso carnal” y “aborto ilegal” y “daños” en perjuicio de C.L.S.
En la semana que termina, el juez de Control y Garantías, Silvio Sálice, le dictó la prisión preventiva y ahora la Fiscalía arremetió con fuerza en la causa por presunto “aborto”.
Según la víctima, 4 o 5 años atrás Domínguez discutió con ella mientras estaba embarazada. Y frente a sus hijos, la habría golpeado con sus puños en el abdomen y empujado y lanzado por las escaleras en la vivienda en que convivían.
Luego, la habría obligado a subir a un vehículo y conducido a la casa de una curandera apodada “Negra Mota”. Pese a sus gritos desesperados, la curandera habría efectuado un aborto a C.L.S. Justamente, Deroy reconstruye ahora esa historia e intenta nutrirse de pruebas científicas, cuyo análisis será potestad de expertos genetistas y/o bioquímicos.
El procedimiento fue dividido en dos: por un lado, el secuestro de elementos clave para la investigación. Por el otro, la detención de “Negra Mota”, una curandera de 69 años, quien quedó detenida e imputada por “aborto ilícito”, deslizaron los voceros policiales y judiciales.
Por disposición de la Fiscalía, “Negra Mota” fue conducida ante un médico y después alojada en su propia casa, detenida, y a la espera de la indagatori prevista para el martes o miércoles.
Un macabro arsenal para ser analizado por bioquímicos
En las casi tres horas de trabajo, los investigadores habrían secuestrado jeringas con y sin agujas, una caja de instrumentación de acero, cajas de sales orales, ampollas anestésicas, blíster de Clonazepam.
No fue todo. Desde el interior de un tanque vacío fue incautado un maletín de cuero de tamaño mediano, cuyo interior contenía una ampolla de Dipirona, una pinza de histerectomía de acero, pastillas de hierbas naturales, dos de Misoprostol y varias sondas.
Los policías literalmente dieron vuelta la casa. En ese proceso, arribaron al patio. Allí, descubrieron una bolsa de plástico con retazos con manchas de fluidos. Determinar su naturaleza será responsabilidad de los bioquímicos.
Pero lo más impactante estaba por llegar. Con ayuda de los perros adiestrados de la División Canes, la comisión policial situó y marcó el patio interno del inmueble. Los investigadores excavaron y descubrieron 13 partes de restos óseos.
Los genetistas deben trabajar y analizar la naturaleza de los huesos. Aún con lo evidente, la Fiscalía intentará clarificar el origen, labor que demandará largas semanas, trascendió.
El relato de menores propició el hallazgo de la “casa del horror”
El hallazgo fue precedido por una Cámara Gesell a los hijos de Juan José Domínguez y su ex, víctima de brutales hechos de violencia. Ante los psicólogos, los menores habrían recordado el incidente en que su papá golpeó y tiró por la escalera a su madre. Deroy no dejó pasar tamaña contundencia y acaba de facturárselo a Domínguez, quien cruza los dedos porque un “aborto” eclipsa obviamente la magnitud de la “violencia de género”.
Relegada a un plano secundario, pero no menos importante, “Negra Mota” quedó encerrada en su vivienda. A su alrededor, los pozos de las excavaciones parecían sobresaltarla a niveles inimaginables y alarmantes. Nadie descarta que haya convivido con los huesos de abortos, hoy paradójicamente pruebas ‘vivientes’ capaz de empujarla tras las rejas y por muchos años.
Fuente: El Liberal