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¿Nativos digitales con coeficiente intelectual más bajo?

Los científicos están de acuerdo en que el lenguaje, la capacidad de atención y la de memorización se han reducido en esta generación.

Domingo, 01 de noviembre de 2020 10:02

Millenials, centenials, o simplemente, nativos digitales. Los niños y jóvenes de hasta 18 años nacieron y crecieron con internet, descubriendo un mundo nuevo lleno de posibilidades, de conocimiento y de entretenimiento. Y desde 2007, con la aparición de los teléfonos inteligentes y un par de año más tarde de las tablets y computadoras portátiles más livianas, se incrementó la dependencia hacia las pantallas.

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Millenials, centenials, o simplemente, nativos digitales. Los niños y jóvenes de hasta 18 años nacieron y crecieron con internet, descubriendo un mundo nuevo lleno de posibilidades, de conocimiento y de entretenimiento. Y desde 2007, con la aparición de los teléfonos inteligentes y un par de año más tarde de las tablets y computadoras portátiles más livianas, se incrementó la dependencia hacia las pantallas.

Esas mismas pantallas que cada vez más tiene una gran influencia en ellos y los convierte por primera vez en menos inteligentes que la generación pasada. Así lo afirma el neurocientífico francés Michel Desmurget, que alerta en su libro, ‘La fábrica de cretinos digitales’, que la sobreexposición a la tecnología con fines de entretenimiento lastra el desarrollo de las nuevas generaciones, al punto de que son hoy la primera generación con un coeficiente intelectual (CI) más bajo que el de sus padres.

“Los principales fundamentos de la inteligencia de una persona, es decir, lo que nos ayuda a organizar y entender el mundo, están amenazados psíquicamente y también físicamente. La arquitectura cerebral se construye a medida que crecemos y sus características finales dependen de la experiencia que transitamos la cual modifica tanto la estructura como el funcionamiento de nuestro cerebro. Así es como en respuesta a las vivencias, algunas áreas del más complejo de nuestros órganos se vuelven más gruesas, otras más delgadas; algunas conexiones se desarrollan, otras se desvanecen. Por ejemplo, se ha demostrado que el uso de videojuegos de acción conduce a un engrosamiento en ciertas regiones motoras relacionadas con la manipulación del joystick o el procesamiento de recompensas, las mismas que se ven involucradas en la adicción”, precisó el experto.

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