La aventura con Estefanía Vilte, la actriz que encarnara a Blanca en la serie de Pierro y Solón, ya parecía concluida. Nos quedaban, sin duda, cosas por decirnos, pero acaso sean de esas deudas que nunca se saldan. Llegamos a la casa del comisario y vimos que Blanca y Aurelia estaba con la televisión encendida y, en la pantalla, la serie.
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La aventura con Estefanía Vilte, la actriz que encarnara a Blanca en la serie de Pierro y Solón, ya parecía concluida. Nos quedaban, sin duda, cosas por decirnos, pero acaso sean de esas deudas que nunca se saldan. Llegamos a la casa del comisario y vimos que Blanca y Aurelia estaba con la televisión encendida y, en la pantalla, la serie.
Aurelia empezó a elogiar la belleza de esa Blanca joven de la tira televisiva, aunque todos sabíamos que no se trataba de ella sino de Estefanía. Pierro y Solón, como ya les dije la vez pasada, fueron interpretados por ellos mismos, y allí estaban subiendo al auto de época para descifrar el caso del robo del tapado.
Llegaron a un rancho entre chacras, en una tierra medio alzada entre cerros donde un campesino los esperaba para resumirles lo sucedido. Para agosto, les dijo, como suele ser, vi la luminaria sobre el campo y le clavé un cuchillo para que no se me pierda. Entonces empecé a cavar con todas las precauciones que dicen que hay que tener.
Una de ellas era la de tener a mano un gallo negro para poner en la vasija en lugar de los doblones, pero el campesino les dijo que empezó a maliciar cuando bajo la luminaria no asomaban las alimañas. Ni serpientes, ni roedores ni ningún ser vivo como suele suceder en esos casos, porque la plata se convierte en esos bichos.
Dicen los abuelos que uno debe cortarles la cabeza para que aparezcan los doblones, y yo ya tenía el cuchillo pronto para hacerlo. Por eso me previne, les dijo, y no me sorprendió ver entonces la vasija vacía.