21°
19 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Aparece un plan económico. El FMI lo hizo

Lunes, 23 de noviembre de 2020 01:04

Desde el mismo comienzo del gobierno del Frente de Todos se está reclamando la instrumentación de un plan económico -nada rimbombante o espectacular-, simplemente líneas directrices, ideas fuerzas, que marquen con precisión el pensamiento del oficialismo, acerca de la situación actual real (si fuera posible después de tamizar del remanido y folklórico recurso de echar la culpa de todo a los que gobernaron antes -JxC y todos los anteriores ya habían hecho lo mismo-, y ya se sabe que todos hicieron sus generosos aportes al desastre general), y luego presentar un camino que concite interés, adhesiones y ganas de apoyarlo. Pero ocurrió que desde el 10 de diciembre no se pudo conocer nada de eso. Se amenazó con un pragmatismo férreo, que mutó en simples improvisaciones. Después se amagó con un fuerte giro a la izquierda, con estatizaciones forzadas y duros controles del Estado de la vida y obra de todas las empresas del país. Se prometió que entre los bancos y los jubilados, se elegiría a los pasivos, y se afirmó que una reducción de impuestos iría terminando con la voracidad fiscal histórica de los recaudadores nacionales, provinciales y municipales, pero llegamos al récord de 168 impuestos. Después llegó la pandemia y detrás del coronavirus, se escondieron las falencias y se justificaron los parches. Ahora, a casi un año del comienzo, empezó a aparecer el bosquejo de un plan económico que deberemos acatar. El FMI lo hizo: marcaron la cancha, las dos misiones que pasaron por el país, dejaron en claro que habrá que "salir por la derecha", de espaldas a la clase media, al empresariado y al campo, y la única solución que aceptarán será un ajuste brutal, que comienza por aumentar la presión impositiva, continúa por los recortes impiadosos a los jubilados, sigue con un "impuesto a la riqueza" disfrazado de aporte solidario (que sería por única vez y sólo alcanzará para endulzar a los nostálgicos de los tiempos nac&pop); y luego habrá reformas previsionales y laborales, que se continuó con el bloqueo a las tierras incendiadas. Tolerarían el gasto social, para evitar explosiones mayores, y por ello, aún entrampado en acciones que desalientan la inversión y la creación de empleo, el Gobierno se esfuerza por no perder el perfil progre que lo hizo ganar las elecciones, desde sus propios cuarteles se dinamita esa posición, valga simplemente señalar las conocidas dos cartas de la vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, la primera ocasionó un terremoto en el gabinete -todavía se esperan réplicas- y la segunda un durísimo ataque al FMI que mereció las expresiones obedientes de la tropa K pero ni un acuse de recibo de la misión del Fondo. Qué difícil todo y qué poco ayudan al presidente Alberto Ángel Fernández en su cruzada de esperanzas y optimismos, bastante licuada por su otra necesidad: mostrar la coincidencia de pensamiento con su compañera de fórmula. La encrucijada es terrible: si justifica todas las movidas de CEFK, tanto como su trata de diferenciarse de ellas, el resultado conduce al mismo punto: la erosión constante de la autoridad presidencial. En su afán por fortalecer su ciudadela, se apoya en dos incondicionales: el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el titular de Economía, Martín Guzmán, y a un puñado de ministros fieles. Pero Cafiero está cada día menos hábil en sus declaraciones, y Guzmán busca inversores que los K ahuyentan prolijamente. También busca el apoyo de los gobernadores, algo que merece una breve reflexión.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Desde el mismo comienzo del gobierno del Frente de Todos se está reclamando la instrumentación de un plan económico -nada rimbombante o espectacular-, simplemente líneas directrices, ideas fuerzas, que marquen con precisión el pensamiento del oficialismo, acerca de la situación actual real (si fuera posible después de tamizar del remanido y folklórico recurso de echar la culpa de todo a los que gobernaron antes -JxC y todos los anteriores ya habían hecho lo mismo-, y ya se sabe que todos hicieron sus generosos aportes al desastre general), y luego presentar un camino que concite interés, adhesiones y ganas de apoyarlo. Pero ocurrió que desde el 10 de diciembre no se pudo conocer nada de eso. Se amenazó con un pragmatismo férreo, que mutó en simples improvisaciones. Después se amagó con un fuerte giro a la izquierda, con estatizaciones forzadas y duros controles del Estado de la vida y obra de todas las empresas del país. Se prometió que entre los bancos y los jubilados, se elegiría a los pasivos, y se afirmó que una reducción de impuestos iría terminando con la voracidad fiscal histórica de los recaudadores nacionales, provinciales y municipales, pero llegamos al récord de 168 impuestos. Después llegó la pandemia y detrás del coronavirus, se escondieron las falencias y se justificaron los parches. Ahora, a casi un año del comienzo, empezó a aparecer el bosquejo de un plan económico que deberemos acatar. El FMI lo hizo: marcaron la cancha, las dos misiones que pasaron por el país, dejaron en claro que habrá que "salir por la derecha", de espaldas a la clase media, al empresariado y al campo, y la única solución que aceptarán será un ajuste brutal, que comienza por aumentar la presión impositiva, continúa por los recortes impiadosos a los jubilados, sigue con un "impuesto a la riqueza" disfrazado de aporte solidario (que sería por única vez y sólo alcanzará para endulzar a los nostálgicos de los tiempos nac&pop); y luego habrá reformas previsionales y laborales, que se continuó con el bloqueo a las tierras incendiadas. Tolerarían el gasto social, para evitar explosiones mayores, y por ello, aún entrampado en acciones que desalientan la inversión y la creación de empleo, el Gobierno se esfuerza por no perder el perfil progre que lo hizo ganar las elecciones, desde sus propios cuarteles se dinamita esa posición, valga simplemente señalar las conocidas dos cartas de la vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández de Kirchner, la primera ocasionó un terremoto en el gabinete -todavía se esperan réplicas- y la segunda un durísimo ataque al FMI que mereció las expresiones obedientes de la tropa K pero ni un acuse de recibo de la misión del Fondo. Qué difícil todo y qué poco ayudan al presidente Alberto Ángel Fernández en su cruzada de esperanzas y optimismos, bastante licuada por su otra necesidad: mostrar la coincidencia de pensamiento con su compañera de fórmula. La encrucijada es terrible: si justifica todas las movidas de CEFK, tanto como su trata de diferenciarse de ellas, el resultado conduce al mismo punto: la erosión constante de la autoridad presidencial. En su afán por fortalecer su ciudadela, se apoya en dos incondicionales: el jefe de Gabinete Santiago Cafiero y el titular de Economía, Martín Guzmán, y a un puñado de ministros fieles. Pero Cafiero está cada día menos hábil en sus declaraciones, y Guzmán busca inversores que los K ahuyentan prolijamente. También busca el apoyo de los gobernadores, algo que merece una breve reflexión.

Los mandatarios peronistas también se reparten entre leales a Alberto e incondicionales de Cristina, pero en general, todavía son permeables a la billetera del gobierno central. Gerardo Morales es uno de los principales afectados, que quedó en estos días en medio del tiroteo. Medios de comunicación porteños expresaban su "sorpresa" por el voto favorable de los diputados nacionales gerardistas Jorge Rizzotti y Gaby Burgos al impuesto a la riqueza. En Jujuy todos sabíamos lo que ocurriría porque el GM no puede romper lazos con Alberto. La situación económica provincial, estructuralmente quebrada y coyunturalmente más comprometida, a pesar de los esfuerzos por nivelarla, obliga al GM al rígido pragmatismo. Es preferible tragarse sapos a comer vidrio, para el GM siempre será potable acordar con el albertismo, porque con el cristinismo no podría. Y se le presenta otro dilema: los senadores recibirán la media sanción de la Cámara baja y allí, el senador Mario Fiad, que transcurrió el año con perfil muy discreto, no se expresó aún, pero su par Silvia Del Rosario Giacoppo ya levantó las banderas radicales y dijo que el "aporte es inconstitucional y confiscatorio" y acusó al FdT de armar "un relato de estar a favor de los pobres atacando la riqueza", y diferenciándose del GM, defendió el endeudamiento de Macri, porque fue "consecuencia de la situación heredada del gobierno de Cristina". Para el peronismo no será mucho problema. Aunque el excandidato a gobernador Julio Ferreyra no haya estado del todo convencido (no votó), Carolina Moisés y José Luis Martiarena votaron a favor y seguramente el senador Guillermo Snopek seguirá el mismo temperamento.

El tema sobresaliente fue el anuncio del lanzamiento de la lista Azul y Blanca 17 de Octubre "Fuerza Argentina", que lideran Alberto Rodríguez Saá, gobernador de San Luis, y Milagro Amalia Ángela Sala Leyton de Noro. El puntano es un cristinista confeso que le moja la oreja al presidente Fernández (casi designado presidente del PJ) y la jefa tupaquera condenada en doble instancia a 13 años de cárcel, seguramente dolida por la continuidad de su delicada situación legal y por el desengaño porque no aparece ninguna "pequeña ayudita de sus amigos", unieron fuerzas. Es posible que a nivel nacional no produzcan terremotos poderosos, pero en Jujuy, la señora Sala se le planta a GM frente a frente, y aún desde su prisión domiciliaria trabaja sin desmayos para recuperar su diezmada tropa y su protagonismo político.

La cuestión de la educación se agrava con las horas. Ante a la judicialización de los reclamos de padres por sistemas de selección y sorteos de bancos, el Ministerio de Educación responde con extrema tozudez, sin tentar ninguna posibilidad de acercamientos. Y con diciembre encima, el cuadro se torna crítico. Las paritarias gremiales distan de alcanzar un acuerdo, principalmente justo con el sector docente. Los trabajadores consideran que en el año van perdiendo un 50% contra la inflación y como concesión piden un 40% de aumento. Les ofrecieron 10%, a pagarse un 7% en diciembre y el 3% restante en marzo. Lo consideran "insultante". Mañana al comienzo de la semana llevarán una contrapropuesta. Carlitos Sadir y Chiqui Álvarez García, los alfiles gerardistas en estas charlas, se preparan para la embestida, con muy pocas municiones.

La empresa Players Network fue declarada en quebranto en su sede de los Estados Unidos y arrastra a su subsidiaria Green Leaf Farmas, socia del Cannava SE productora de cannabis en Jujuy. La noticia puso una sombra sobre el acto que se realizaría este jueves donde el GM, el ministro Ginés González García y selectos invitados recibirían los primeros frascos del milagroso aceite de cannabis, emprendimiento en el que nuestra Provincia es líder y pionera. Habrá que esperar que la cuestión jurídica de los socios de USA no cruce la frontera del río Las Pavas.

Pero la peor noticia fue el anuncio del cierre de Minera El Aguilar. Se sabía, pero no se la esperaba tan pronto y tan intempestiva. Seiscientos trabajadores directos, más de 2 mil indirectos, y todo un pueblo con sus autoridades, su hospital, escuela, policía, etc., podría convertirse en una zona fantasma. Los guapos mineros, herederos de una tradición sublime de lucha sindical y laboral, están dispuestos a resistir y a no darse por despedidos. El GM se puso al frente de la defensa de la Mina, pero no sólo deberá enfrentar la decisión de la suiza Glencore, dueña de la empresa, sino los otros dos temas inmanejables: la baja ley del mineral existente que reduce la rentabilidad, la horrible situación económica sin horizonte a la vista y un Gobierno nacional que lejos de atraerlos, corre a los inversores. Y como se dijo, está en manos del FMI que hasta después del 20 de enero, día en que cambiará el gobierno de EEUU, no dará una pista cierta y concreta de cómo manejará el caso Argentina. Gerardo Morales avisó que buscaría inversores interesados en la Mina. Todo remite a pensar en otro "caso La Esperanza", pero con tiempos perentorios y desalientos en puerta.

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x

x