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"El estado de ánimo es lo más importante"

Al cáncer de su madre le siguió su diagnóstico, también en mamas. Con fe, contención y actividades lo sobrellevó.
Miércoles, 25 de noviembre de 2020 01:03

Claudia Córdoba es una luchadora. Luego de meses de acompañar el tratamiento de cáncer de su madre, un golpe que inmovilizó su brazo generó una alerta y la consulta impactó, también era cáncer de mama. Tuvo una mastectomía y comenzó una etapa de aceptación de la enfermedad donde su fe y el acompañamiento de su familia le permitieron mantener un estado anímico clave para su recuperación.

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Claudia Córdoba es una luchadora. Luego de meses de acompañar el tratamiento de cáncer de su madre, un golpe que inmovilizó su brazo generó una alerta y la consulta impactó, también era cáncer de mama. Tuvo una mastectomía y comenzó una etapa de aceptación de la enfermedad donde su fe y el acompañamiento de su familia le permitieron mantener un estado anímico clave para su recuperación.

"El control me lo tuve que hacer porque me robaron, me golpearon, pero era inusual que no pueda mover el brazo. Entonces fui a fisioterapia, al traumatólogo y seguía mal, me acordé de mi mamá y me hice el control, sino hubiera sido por ese golpe hubiera dejado pasar hasta que me tocara", explicó Claudia Córdoba. Era marzo del 2016 y el control dio cien por ciento cáncer de mama.

Sucede que venía de acompañar por meses el tratamiento de su madre, también por cáncer de mama, que finalizaba radioterapia en diciembre del 2015 y, sin que aún se disipe, la preocupación del violento incidente, llegó para detonar una alarma en su cuerpo que le permitió llegar al diagnóstico.

"Tuve mucha fe, me apoyé en Dios, en mi familia, era muy reducido el grupo que supo de mi enfermedad porque yo lo decidí así", relató. Entonces pudo tomarse dos años de licencia de las aulas para tratarse y recuperarse, y lo logró ya que luego de ese periodo volvió a trabajar y hoy sigue en actividad.

De esa etapa valora el apoyo de sus compañeras. "No me alejé del mundo exterior, me dije "voy a poder", y no existe el no se puede. Primero lo decía por mis hijos, por mi esposo, y en la segunda quimio dije Dios es por mí, para mí, tengo que salir adelante", recordó.

Y así transitó un duro tratamiento que devino, luego de la mastectomía, en 21 sesiones de quimioterapia. Eran momentos difíciles porque a veces faltaba el medicamento y tenía que disponerse a esperar.

"Fue doloroso cuando se me cayó el cabello, y tuve que finalmente hacérmelo rapar porque era inevitable, y pensé que iba a crecer como el pastito", recordó. Pese a que le decían que no podría tejer por su dolencia, se acogió a la fe, y no sólo logró tejer sino que hizo cursos de cocina, y también prepara plantines.

"Me cuidé mucho, me recuperé y soy la que está al frente de mi casa, de mis hijos, de mi marido, la que organiza todo", dijo la docente.

Destacó mucho el gesto de sus tíos y primos que procuraron siempre reunirse, compartir algo de comer, música y películas para apoyarla. "El estado de ánimo es lo más importante para una persona", destacó al respecto y de hecho explicó que al salir de eso le tocó brindar apoyo a otras pacientes para ayudarlas en ello y "aceptar su enfermedad" que consideró clave para mejorar porque sino bajan las defensas.

Luego de dos años volvió a trabajar y ayudó a otras pacientes, aportando su experiencia, buscando motivarla a aceptar su enfermedad para poder superarla. "Son muchas charlas, mucha información, e intentar no estar sola, no aislarse, estar en familia. Yo valoro y disfruto cada momento", afirmó.

Tras los dos primeros años volvió a las aulas de primer grado en la Escuela 111 "La Redondita", cuyas compañeras le brindaron su apoyo en la etapa más difícil. Y en pandemia sigue dictando clases en modo virtual, pese a que se recupera de una fractura que tuvo a raíz de un accidente doméstico, logró sus controles y sigue con cuidados como parte del grupo de riesgo.

La contención por empatía

Con la experiencia al transitar el cáncer, Claudia Córdoba entendió que es clave acompañar a otras mujeres que, como ella, pasan por temor y no aceptan la enfermedad. Se sumó por ello a la iniciativa de la Fundación ARS Médica para ayudar en los grupos y actividades que se organizarán para las pacientes, que en tiempos de pandemia se reunieron vía zoom. Agustina Varela, coordinadora de Estudios en la Fundación ARS Médica explicó que cuentan con grupos terapéuticos de apoyo y contención, la mayoría formado por pacientes que acuden a la fundación, del hospital y del interior, a quienes le daban talleres con psico-oncólogos y médicos.

“Para bajar las ansias, los miedos nada mejor que otra persona que haya pasado por esto, la empatía, ponerse en el lugar del otro. Entonces decidimos con Claudia y otros pacientes, que podían dar su testimonio y acompañar, las tareas de difusión, quitar el miedo, y decir que la prevención y el diagnóstico es lo principal para ir viendo”, explicó. El año pasado crearon grupos terapéuticos en el interior a cargo de pacientes ya recuperados, quienes se encargan de reunir a los que tengan consultas, organizar las charlas y pedir las instituciones que puedan ayudar.

En cuarentena decidieron que las charlas sean por Zoom, donde hablaba un psicólogo, al otro día un nutricionista y luego un médico, para los distintos grupos. “Lo ideal es quitar el miedo al diagnóstico”, explicó Varela e instó a todos los pacientes con patologías cancerígenas a acudir a ARS Médica. Pueden comunicarse con ella al 154701122, o a los grupos de cada región vía facebook, “Alas para vivir” de ésta capital, coordinado por Patricia Robledo; grupo “Samiri” de El Carmen a cargo de Carmen Díaz; “Alma Fuerte” de San Pedro por Claudia Mulet; y de Tilcara aún sin nombre, coordinado por Anita Cabezas.

La detección precoz es clave

Una de cada 8 mujeres puede padecer cáncer de mama. En Argentina cada año se diagnostican 18.000 casos nuevos y fallecen 6.000 mujeres como consecuencia de esta enfermedad. Pero es incierto cómo se modificarán estas cifras en 2020 y 2021, tras el impacto que el coronavirus tenga en la salud de la población. Los conocimientos sobre las causas del cáncer de mama continúan siendo insuficientes, por lo que la detección precoz sigue siendo la piedra angular de la lucha contra esta enfermedad.

La recomendación para la prevención del cáncer de mama incluye la mamografía anual a partir de los 40 años, examen mamario con un profesional cada tres años entre los 20 y los 40 años, y anualmente a partir de los 40. En el hospital Soria se hacen mamografías, y en nosocomios de otros departamentos que cuentan con el servicio, o en el sector privado. En el Servicio de Oncohematología del hospital Soria asisten las consultas telefónicas de los pacientes, de lunes a viernes de 8 a 12, al 4221559, interno 122.