Hoy llega a la plataforma de Netflix la serie documental titulada "Carmel: ¿Quién mató a María Marta?" sobre el resonante caso García Belsunce que fascina a la opinión pública desde hace 18 años. El Tribuno de Jujuy se contactó con Alejandro Hartmann y Vanessa Ragone, el director y la productora de la propuesta que tendrá cuatro capítulos de 47 minutos cada uno y que promete ser un éxito.
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Hoy llega a la plataforma de Netflix la serie documental titulada "Carmel: ¿Quién mató a María Marta?" sobre el resonante caso García Belsunce que fascina a la opinión pública desde hace 18 años. El Tribuno de Jujuy se contactó con Alejandro Hartmann y Vanessa Ragone, el director y la productora de la propuesta que tendrá cuatro capítulos de 47 minutos cada uno y que promete ser un éxito.
Producida por Haddock Films, la misma que ganó un Oscar por el film "El Secreto de sus Ojos", en la serie se presentará material inédito de la investigación y múltiples entrevistas con los protagonistas del caso, como el propio Carrascosa, Irene Hurtig, John Hurtig, Horacio García Belsunce (h) y hasta el fiscal Molina Pico, quien no había vuelto a hablar públicamente sobre la causa desde el juicio de 2007. A 18 años del asesinato ocurrido el 27 octubre de 2002, no se pudo esclarecer aún quién y por qué motivo fue asesinada María Marta. Ese día, la socióloga de 50 años fue acorralada en el baño de su casa y le efectuaron seis disparos en la cabeza, cinco de los cuales penetraron en el cráneo y, el sexto, la "bala-pituto" que fue arrojada al inodoro, sembró las dudas, motivó la autopsia y cambió la historia de un accidente en la bañera por un asesinato que aún hoy sigue impune.
¿Qué fue lo que les sedujo del caso para realizar esta serie?
Alejandro Hartmann: Con el equipo de guion, por muchos años estuvimos interesados por el caso porque nos atraía muchísimo, no teníamos muy claro por dónde ir, primero fantaseábamos con hacer una ficción, pero es un caso muy enrevesado hasta lo inverosímil, entonces en un momento nos quedó claro que tenía que ser un documental, que era la mejor manera de encararlo teniendo en cuenta también que hay una víctima y que es un crimen irresuelto y hay un asesino suelto. Entonces la mejor manera de tratar el caso era desde el documental. Nos pareció que era lo adecuado, se lo propusimos a Vanessa (Ragone) y le interesó.
¿Cómo fue el tratamiento conceptual y estético de la serie?
Alejandro Hartmann: Conceptualmente, por sobre todas las cosas, la idea era trabajar un documental que se mantuviese en un lugar intermedio. Este es un caso muy complejo, donde prima la idea del "River-Boca", donde hay dos posturas encontradas, muy encontradas, entonces nos parecía que la forma de encarar el caso tantos años después era justamente mantenernos en un lugar neutral. Desde lo conceptual la idea madre o rectora fue tratar que nuestro punto de vista estuviese en un lugar lo más objetivo posible, invitando a todos los implicados a dar su testimonio. Eso fue fundamental y después desde lo estético trabajamos a partir de las entrevistas como base narrativa y con algunas recreaciones, jugando con las diferentes posibilidades sobre lo que podría haber pasado de acuerdo a las diferentes hipótesis y con un gran material de archivo, hicimos una gran búsqueda.
¿Cuánto tiempo estuvieron trabajando en la investigación?
Vanessa Ragone: Cuando Alejandro (Hartmann) junto a Sofía Mora, Lucas Bucci y Tomás Sposato, los guionistas, comenzaron a charlar conmigo del proyecto, ya llevaban un largo tiempo trabajando. Sofía ya había leído prácticamente toda la causa, venían con un trabajo previo extenso, cuando decidimos arrancar la serie trabajamos por lo menos 8 meses más en la investigación, luego hicimos las entrevistas, eso nos dio perspectivas para seguir buscando materiales de archivo, para hacer otras preguntas y charlar con más gente. Y luego en el montaje seguimos trabajando porque seguía llegando material de archivo que fuimos incorporando. Creo que el proceso de investigación terminó el día que concluimos la edición porque en todo momento había cosas que se podían seguir ajustando, novedades que aparecían, información que se podía revisar. Fue un proceso largo de investigación, fueron más de 2 años de trabajo.
¿El espectador se va a encontrar con novedades? ¿Con alguna respuesta tal vez?
Alejandro Hartmann: La serie lleva en su título la pregunta ¿quién mató a María Marta? y esto no es casual, la serie invita al espectador a preguntarse cosas, a indagar, te enfrenta a muchas pruebas y testimonios y plantea interrogantes, esa es la invitación que le hacemos al espectador. Y quienes sigan el caso, quienes sean fans del caso (que hay muchos) van a encontrar material inédito, que no han visto, material del juicio, documentos, con los propios protagonistas, 18 años después, dando entrevistas nuevas y hablando de cosas de las que nunca hablaron, aspectos de su vida personal, etc. Todo eso va a ser nuevo y creo que va a resultar muy interesante. Y para los que no conocen el caso, los jóvenes o los que solamente sintieron nombrar a alguno de los involucrados u oyeron hablar del famoso "pituto" y no más que eso, se van a encontrar con una historia que es apasionante y que tiene vueltas tremendas y donde hay una víctima de un crimen que no ha sido resuelto. Hay un asesino suelto, lo cual no es poco.
¿Qué es lo que tiene este caso que 18 años después la gente sigue hablando del tema?
Vanessa Ragone: La falta de una resolución, que el caso esté abierto y además siempre hay novedades. Hace poco más de dos años Carrascosa fe declarado inocente. Todo eso sigue siendo noticia. Este año cayó la imputación a los familiares que habían sido juzgados por encubrimiento. El caso sigue teniendo peripecias judiciales permanentes. Y a la vez queda la sensación del crimen impune y eso es una cosa fuerte en la sociedad. Creo que la vigencia tiene que ver con eso.
Alejandro Hartmann: Y en su momento realmente explotó el caso y eso está en el imaginario, en el recuerdo de la gente, como el tema del "pituto" que ya forma parte del folklore argentino. García Belsunce, Carrascosa, son nombres que resuenan, así no sepas casi nada del caso, alguna vez los escuchaste.
¿Cómo fue trabajar con Netflix?
Vanessa Ragone: Contamos con mayores recursos y sobre todo con lo que siempre hace falta para un documental: tiempo de elaboración. Pudimos hacer pruebas de montaje, revisarlas, volver a la isla de edición las veces necesarias. Hubiera sido muy difícil, abordar esto como serie documental, sin el respaldo de la plataforma, porque nos dio absoluta libertad creativa, un confort y facilidades para hacer lo que queríamos y de la manera que queríamos. La abundancia de recursos que hay en el documental y que se va a apreciar en la serie tiene que ver con este saludable vínculo que establecimos con la plataforma.
Alejandro Hartmann: Yo agregaría algo que por lo menos en mi experiencia personal haciendo documentales no es habitual: encontrarte con gente que entiende muy bien lo que es hacer documentales. Yo hice documentales en otras circunstancias y creo que por primera vez me encontré con un socio que entiende muy bien de qué estamos hablando. Y yo en lo personal estoy muy agradecido por haber trabajado de esta manera.
Netflix tiene presencia en más de 190 países. ¿Cómo transitan el hecho que se verá la serie en tantos lugares?
Vanessa Ragone: Eso de los países es inimaginable y nos dejó siempre boquiabiertos. La serie tendrá un alcance que no tuvo ni la más exitosa de las películas en las que participé (y he hecho películas que tuvieron mucha repercusión). Y también está el tema de la simultaneidad porque va a salir en distintos lugares al mismo tiempo. Sinceramente es una experiencia nueva y muy poderosa.
Alejandro Hartmann: Eso es bastante loco, estuvimos cuando estaban subtitulando la serie en cirílico, con caracteres que ni conocemos, está subtitulada en japonés, coreano, croata... y eso es rarísimo y en algún lugar, divertido.
¿Qué reflexión pueden hacer sobre la importancia del audiovisual en esta época de pandemia?
Vanessa Ragone: Hay evidentemente un cambio importante en los hábitos de consumo del audiovisual que ya venía sucediendo pero la pandemia lo hizo crecer de manera exponencial. El consumo hogareño es distinto al consumo en la sala pero la posibilidad de estar más en casa y la disponibilidad de plataformas internacionales y nacionales ha acercado mucho al espectador a contenidos que a lo mejor no llegaba o ni siquiera se enteraba que existían. Por ejemplo, desde mi productora estrenamos hace poco por Cine.Ar "Crónica de una tormenta", una película independiente en coproducción con España y creo que no hubiera tenido la repercusión que tuvo si su estreno hubiera sido en sala. En plataformas evidentemente hay alguna oportunidad, que tenemos que saber aprovechar bien.
Alejandro Hartmann: Hay algo en lo que nosotros hacemos que está muy vivo y es muy requerido, a la gente le gusta, quiere ver contenido audiovisual y eso está bueno, es lo mejor de la pandemia. La experiencia de estar en una sala, ese visionado comunitario, en la oscuridad, vibrando esa energía particular es algo que extrañamos y en algún momento volverá pero debe haber alguna clase de reacomodamiento con las plataformas.
¿Qué opinión tiene del cine del NOA?
Vanessa Ragone: Sin duda hubo un crecimiento en el cine del NOA, en Tucumán hay una Ley de Fomento al cine, están la Enerc NOA y el Festival de Cine de las Alturas en Jujuy. La federalización del cine en Argentina es algo que nos debemos. Yo soy de Santa Fe, y nací de la Escuela de Fernando Birri y entonces tengo una profunda convicción de que tenemos que volver a hablar desde nuestros lugares, con historias propias. Eso está pendiente y ojalá pronto podamos retomar una actividad normalizada y volver con relatos de todo el país que son imprescindibles.