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Bicentenario del primer izamiento en Malvinas

Viernes, 06 de noviembre de 2020 01:04

Por JUAN PABLO BUSTOS THAMES, historiador.

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Por JUAN PABLO BUSTOS THAMES, historiador.

En enero de 1764 llegó a la Isla Soledad una expedición francesa, que había partido del puerto de Saint Maló, para colonizar las islas, al mando de Louis de Bougainville. Eran dos buques con familias. Fundaron Port Saint Louis, al Norte de la Isla Soledad, tomando posesión del archipiélago en nombre de Luis XV. Allí es cuando denomina a las islas "Malouines", por provenir los colonizadores del puerto de St. Maló.

España, gobernada, como Francia, por los Borbones, al enterarse, reclamó ante sus primos la entrega del asentamiento por encontrarse dentro de la esfera de influencia española de América del Sur. Lo cual se concretó el 1 de abril de 1767, pago de indemnización mediante, a Bougainville, por los gastos por él incurridos. Los españoles denominarían a las islas "Malvinas" y tomarían posesión de Port Saint Louis a partir de ese momento dependiente de Buenos Aires.

En forma paralela y encubierta, en 1565 los británicos desembarcaron en la pequeña y escondida isla Saunders (próxima a la Gran Malvina), fundaron Port Egmont y reclamaron el archipiélago para Gran Bretaña.

A partir de la ocupación hispana, España intentó localizar la base británica y expulsar a los invasores; lo cual se concretó, por la fuerza, en 1770. Después de tratativas diplomáticas, los ingleses retornaron al poco tiempo; pero en 1774 evacuaron voluntariamente las islas, dejando una placa con esta inscripción: "Sepan todas las naciones, que las islas Falkland, con este fuerte, los almacenes, desembarcaderos, puertos naturales, bahías y caletas a ellas pertenecientes, son de exclusivo derecho y propiedad de su más sagrada Majestad Jorge III, Rey de Gran Bretaña".

En esta placa se basa el reclamo británico de soberanía, que pretendieron efectivizar 63 años después. Los españoles renombraron el establecimiento como Puerto de Nuestra Señora de la Soledad, por haber levantado allí una capilla bajo esa advocación de la Virgen. Luego, el nombre de Soledad se extendería a toda la isla.

Producida la Revolución de Mayo, los primeros gobiernos patrios carecieron de una flota propia, que facilitara su comunicación con Malvinas. El Real Apostadero Naval de Montevideo, en cambio, había quedado con todos los buques de la Real Armada Española, y en tal carácter, las Malvinas pasaron a depender de las autoridades realistas de la Banda Oriental, enfrentadas a los gobiernos patrios de Buenos Aires.

Las mismas, durante el año 1811, ante la imposibilidad de defender unas islas tan distantes, ordenaron evacuarlas, y concentrar todo su personal en Montevideo.

Es por ello que, entre 1811 y 1820 el archipiélago quedó deshabitado. El 15 de enero de 1820, pocos días antes de la Batalla de Cepeda, el gobierno del Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, general José Rondeau, designó al corsario norteamericano David Jewitt como "coronel del ejército al servicio de la marina" patria. A fines de ese año, ya caído el gobierno directorial, el gobernador de Buenos Aires, general Martín Rodríguez lo envió como "comisionado" para tomar posesión de las islas, en nombre del país a que estas pertenecen "por ley natural".

En cumplimiento de ese mandato, Jewitt partió de Buenos Aires, al mando de la fragata Heroína; arribando a Malvinas a fines de octubre. Se encontró con diversos barcos balleneros, pesqueros y exploradores de otras naciones; con los cuales tuvo un trato correcto y diplomático. Les puso en conocimiento de su misión y que les permitía aprovisionarse en las islas, sin depredarlas. También invitó a los comandantes de las distintas embarcaciones a bordo de la Heroína para agasajarlos y explicarles los alcances de su comisión.

El 6 de noviembre de 1820 Jewitt tomó posesión del antiguo fuerte español de Puerto Soledad, con una salva de 21 cañonazos desde la fragata y en presencia de alrededor de cuarenta embarcaciones pesqueras y balleneras que merodeaban en las proximidades.

Izó la bandera argentina y entonó el Himno Nacional. Tuvo luego lugar un llamativo desfile militar, de los marinos del buque, en uniforme británico, entre pífanos y tambores, para impresionar a las embarcaciones que contemplaban el espectáculo

Finalmente, Jewitt procedió a dar lectura al acta de toma de posesión, en español y en inglés. La versión inglesa había sido supervisada por el cónsul británico en Buenos Aires, quien no la objetó. Aunque la mayoría de la tripulación de la Heroína eran británicos y norteamericanos, venían varios argentinos en el pasaje, a fin de restablecer el penal que había funcionado en Malvinas hasta antes de su evacuación, por parte de los realistas, en 1811.

Así rezaba el acta leída por Jewitt a los comandantes de las embarcaciones que encontró: "Señor: Tengo el honor de informar a Usted de mi llegada a este Puerto para tomar posesión de estas Islas en nombre del Supremo Gobierno de las Provincias Unidas de Sud América. La ceremonia fue realizada públicamente el día 6 de noviembre, la Bandera Nacional izada en el fuerte con un saludo desde esta fragata y en presencia de numerosos ciudadanos de Estados Unidos y Gran Bretaña. Es mi deseo actuar hacia todas las banderas amigas con muy distinguida justicia y hospitalidad así como tener el placer de ayudarlos en lo que sea posible. Les ruego comunicar esta información a los otros navíos de sus naciones que sea procedente".

La toma de posesión argentina fue publicitada por todo el mundo, de boca de los mismos pescadores y balleneros que la habían presenciado. Era el efecto que Jewitt quería provocar. Ninguna potencia extranjera protestó o se opuso a la ocupación pacífica de las islas por parte de Jewitt; quien de ese modo tomaba posesión de las Malvinas para nuestro país y reafirmaría nuestros derechos sobre los archipiélagos australes.

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