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Mujeres piden espacios en el Servicio Penitenciario

Resta mucho por hacer para asegurar la paridad de género en la institución, al igual que en materia de inclusión.

Viernes, 11 de diciembre de 2020 01:03

En tiempos en que la mujer, por mérito propio, alcanza espacios que históricamente estuvieron reservados a los hombres, en el Servicio Penitenciario jujeño se notan retrocesos. Las autoridades que asumieron tras el motín de julio pasado, poco han hecho en la materia o por lo menos esa es la sensación que se tiene si se analiza la labor que en tal sentido realizó la anterior conducción.

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En tiempos en que la mujer, por mérito propio, alcanza espacios que históricamente estuvieron reservados a los hombres, en el Servicio Penitenciario jujeño se notan retrocesos. Las autoridades que asumieron tras el motín de julio pasado, poco han hecho en la materia o por lo menos esa es la sensación que se tiene si se analiza la labor que en tal sentido realizó la anterior conducción.

Durante la gestión del exdirector Daniel Chaile se materializó una visión inclusiva, ubicando a las mujeres en paridad con los hombres al posibilitarles acceder a funciones específicas de seguridad, conducción, planificación, toma de decisiones en un ámbito que sólo estaba ocupado por varones. Así, por primera vez el personal superior femenino pudo ocupar cargos de conducción en un establecimiento masculino. Antes estaban relegadas a cumplir labores de oficinistas y en sectores sin contacto con la seguridad intramuros.

Esta línea de trabajo se basó en el principio de igualdad y de no discriminación por razón de sexo. Promovía que el personal penitenciario tenga presente que la igualdad de género es un principio que indica que hombres y mujeres son iguales ante la ley, lo que significa que todas las personas, sin distinción alguna tienen los mismos derechos y deberes frente al Estado y la sociedad en su conjunto. Consideraba que era fundamental asegurar a las mujeres el acceso a funciones en los distintos establecimientos penales.

La historia de Norma Puccia, la primera mujer en dirigir una cárcel de varones en nuestro país, inspiró al equipo de Chaile. En su calidad de jefa del Complejo de Olmos, integrado por cuatro cárceles -entre las que se cuenta la más grande del país-, tiene a su cargo 3562 internos y 961 empleados. Puccia fue designada en el cargo en septiembre del año pasado.

Mientras tanto, en La Pampa, una mujer ocupa un cargo relevante en una unidad penitenciaria federal. Se trata de la alcaide Rosana Graciela Blanca, quien dirige el Instituto de Jóvenes Adultos "Julio Antonio Alfonsín".

En el caso de nuestra provincia, oficiales superiores venían cumpliendo con solvencia el rol de conductoras de la administración penitenciaria en primera línea, pero ahora todo parece desarticulado.

La gestión de Chaile brindó mayor protagonismo a las mujeres en acciones y decisiones vinculadas con la administración y gerenciamiento, sobre todo en materia de seguridad y tratamiento.

En consonancia con esa política institucional, el año pasado se dictó un curso integral sobre la Ley Micaela, sensibilizando y capacitando al personal en temas de género y violencia contra las mujeres. En ese marco se hizo hincapié en que las mujeres pueden ocupar cargos en cualquier sector de las unidades penales. En consonancia con esa visión, se designaron mujeres oficiales en funciones de conducción, pero desde agosto pasado, con el cambio de autoridades, los retrocesos son notables.

Otro aspecto que la actual gestión no dio continuidad es la relacionada con la habilitación de sectores especiales para internos trans, con recursos humanos del colectivo Lgbt formados en el Instituto Superior de Seguridad Pública. Esta iniciativa, concebida por Chaile, pretendía ajustar el sistema penitenciario a la diversidad de género que ya están aplicando otros servicios penitenciarios del país.

Una política clara

El "Taller perspectiva de género y violencia doméstica", estuvo a cargo de representantes de la Oficina de la Mujer del Superior Tribunal de Justicia. Se desarrolló en el Establecimiento Penitenciario 7, a lo largo de ocho meses, de abril a noviembre de 2019, alcanzando a un total de 960 efectivos. También, en los cursos de ascensos dictados por el Instituto Superior de Seguridad Publica, se aborda la Ley de Identidad de Género.

Pero en la institución penitenciaria jujeña resta mucho por hacer para asegurar la paridad de género. El personal superior femenino sigue esperando acceder a funciones expectantes como directoras de unidades y jefas de servicios, sin limitaciones. Esto es, por ejemplo, poder ocupar espacios de conducción en unidades de varones. Hay antecedentes en tal sentido en el Servicio Penitenciario Federal y en el Servicio Penitenciario Bonaerense, donde las directoras de establecimientos de hombres son mujeres y viceversa.

Lo que se requiere, en definitiva, es una política clara con lineamientos específicos que garanticen espacios expectantes a las mujeres.