En Gimnasia siempre hubo entrenadores que dejaron huella. También pasaron algunos que ni vale la pena recordar y no por los resultados deportivos. Pero uno muy importante en la historia del club fue Néstor Manfredi, discípulo de don Tulio Zof y responsable principal de aquel cuarto puesto en 1998, militando en la "A".
inicia sesión o regístrate.
En Gimnasia siempre hubo entrenadores que dejaron huella. También pasaron algunos que ni vale la pena recordar y no por los resultados deportivos. Pero uno muy importante en la historia del club fue Néstor Manfredi, discípulo de don Tulio Zof y responsable principal de aquel cuarto puesto en 1998, militando en la "A".
Ahora, usted de preguntará qué tiene que ver estas líneas con el triunfo de Gimnasia ayer sobre All Boys, por la tercera fecha del Torneo de Transición de la Primera Nacional. Y la respuesta es: Mucho. Sucede que Manfredi pregonaba que "jugando bien se conseguirán resultados positivos tarde o temprano", aclarando que "jugando mal, la suerte te ayudara de forma esporádica, pero a la larga los sinsabores serán más que las alegrías".
El "lobo" había jugado bien en sus dos primeras presentaciones de esta Zona B de la Reválida. Sin embargo, falló arriba y se equivocó en acciones puntuales, costándole caídas ante Almagro y Quilmes. La sensación generalizada fue que mereció más, pero la realidad en este deporte la marcan los goles que se hacen.
Por eso, ayer, tenía un doble desafío el equipo dirigido por Arnaldo Sialle. Ganar para continuar con chances en el petit certamen afista y después sacarse la mufa de encima, ya que el último triunfo había sido el 3 de noviembre de 2019 cuando goleó a Instituto de Córdoba. Obvio, en el medio se sufrió el parate por la pandemia del coronavirus, pero las estadísticas marcaban que no festejaba en casa desde hacía más de 13 meses, una enormidad.
En cuanto al partido en sí, Gimnasia fue un claro dominador con la mente del arco rival, tal cual también había pasado en las primeras jornadas. Pero ahora el incansable Ortigoza, tras pase "a lo Riquelme" de Pérez Guede, definió con calidad sobre el cuerpo del arquero Puchetta y abrió la cuenta.
El tanto sirvió para darle tranquilidad al local. Prost tuvo dos chances para ampliar el marcador, pero el balón no quiso entrar. Pérez Guede era el hombre que a pura jerarquía hacía mover a sus compañeros y a medida que fueron pasando los minutos se convirtió en la figura.
En el complemento, el ingreso de Juárez por el lesionado Ortigoza fue clave, ya que se lateral se escapó en velocidad luego una asistencia del "10". Puchetta lo derribó y Pérez Guede, desde los 12 pasos, cerró una tarde perfecta. El "lobo" se dio el gustazo de volver a ganar en su cancha y cumplió el axioma del "Profe" Manfredi que jugando bien, los resultados tienen que llegar solos.
Los “trapos” presentes
Esta maldita pandemia que no parece tener fin también dejó su huella en el estadio “23 de Agosto”. Con la autorización de la Policía y el visto bueno de los dirigentes, los hinchas se acercaron temprano ayer al reducto del barrio Luján. Colgaron prolijamente cada una de sus banderas, resaltándose el gran “trapo” en la tribuna preferencial que nunca había sido desplegado y que reza “Lobo, el capo del Norte”. Lamentablemente los dueños de cada bandera no pudieron estar presente, pero sí estuvieron representados por los “trapos”, testigos privilegiados del triunfo de Gimnasia en la calurosa tarde jujeña.