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Poema "El Tajo" de Domingo Zerpa

Domingo, 20 de diciembre de 2020 01:00

Por JORGE ERACLIO ALBARRACÍN Escritor - Colaboración especial para El Tribuno de Jujuy.

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Por JORGE ERACLIO ALBARRACÍN Escritor - Colaboración especial para El Tribuno de Jujuy.

Hoy se cumple un nuevo aniversario del nacimiento (ocurrido en 1909) del poeta Domingo Zerpa. Por este motivo, propongo para recordarlo, referirse a su poema "El Tajo". A la vez, como miembro de la Comisión del Recuerdo Permanente a Zerpa, quiero recordar a modo de homenaje a Ricardo Maldonado, fundador de esta entidad que se proponer preservar el nombre del poeta y mantener su vigencia, quien falleció este año.

Domingo Zerpa instala "El Tajo", antes de la llegada del conquistador español, como una metáfora de nuestra América profunda. Nos habla de dos frutos conocidos y trabajados desde tiempos inmemoriales y de dos bellos animales y nos dice: "Esta América nuestra, la del maíz y el cóndor / el tomate y la alpaca" y realiza un dibujo o una pintura poética de la realidad histórica, política, cultural y social de nuestra Latinoamérica, porque nos dice: "la que tiene los ojos a la altura de Méjico / y los pies en la Antártida".

Allí, en la tierra del Gran Moctezuma, abrió despiadadamente sus fauces el conquistador europeo y con su tecnología de fuego, el empleo del caballo y la astucia; pudo más, para imponer su poderío, sus creencias, sobre millones de seres y quedar dueño de nuestro naciente subcontinente.

El poeta sigue armando su estructura gigantesca, describe la forma del cuerpo y nos habla de una herida y de sus causas, cuando anota: "la del tórax de atleta / y el tajo en la garganta, / -hechura de los yanquis - / ahí nomás, entre Colombia y Nicaragua". Estos versos nos retrotraen a los inicios del siglo XX, cuando se intentaba llevar adelante una obra de comunicación interoceánica, a lo que diere lugar. Colombia no acepta el planteo del nuevo imperio y debe someterse a una fractura de su territorio, en el separatismo nace Panamá y el canal, un gran negocio y una herida abierta, como dice Zerpa "el tajo en la garganta".

Luego, el Poeta deja el dolor para mostrar una cara diferente, la que logra reintegrar, resarcir al hombre latinoamericano, llevarlo por el camino de los sueños y colores a través de la música y de la danza y dice: "Esta América nuestra, la de los taquiraris y las cumbias, / la del tango y la samba; / la de Julián Aguirre y Villa Lobos". Zerpa nos habla aquí de dos destacados autores, de fines del siglo XIX y hasta mediados del siglo XX, Aguirre, argentino y Villa Lobos del Brasil, quienes sobresalieron como autores de canciones de mucho reconocimiento y une a los países de ambos, cuando anota: "-como quien dice: selva, como quien dice: pampa."

A continuación, deja la música y mira a Méjico con dos grandes muralistas y una admirable Poeta cuando dice: "La de Orozco y Rivera / hermanos de Sor Juana,", para luego unir el Pacífico con el Atlántico, en una sola paleta de colores, entre el Ecuador y Brasil al mencionar: "la de Guayasamín por el Pacífico, / y la de Portinari por donde sale el sol cada mañana".

Reinicia con su verso indicativo y vuelve a la música y marca una cualidad de la tierra morena: "Esta América nuestra, profunda como el huayno, / dulce como la caña /".

Luego, pasa a nombrar a un grupo de escritores con obras conocidas y de distintos países latinoamericanos: "la de Eustasio Rivera y su ‘Vorágine’, / la de los dos Arguedas, la de Icaza, / la de Ciro Alegría y Rómulo Gallegos/", y marca seguidamente la relación de estos autores con su medio natural: "praderas encendidas, punas altas - // Esta América nuestra, la del gran Amazonas, / la de las cataratas / con su vellón de espumas, río abajo, / en busca de calandrias".

Sigue describiendo el paisaje y nombrando los lugares más emblemáticos de esta tierra y dice: "Esta América nuestra, la del lago en el cielo: / Titicaca; / la del cielo entre nubes: / Cotopaxi, Aconcagua; / la de los ventisqueros patagónicos / y la del gran misterio de las islas de Pascua; ...".

Va cerrando su dibujo y nombra a dos de los más grandes Poetas, que se abrazan desde lejanas latitudes y se reconocen como propios, con una sola voz, con una sola esperanza, ante tanta angustia y tan inmenso dolor, como el "Tajo" de Domingo Zerpa, cuando expresa: "Esta América nuestra la de Pablo Neruda, la de Rubén Darío / y su apóstrofe a Roosevelt en lengua castellana" y aquí une con el Canto del poeta nicaragüense su propio Canto: "Esta América nuestra",... "la del tórax de atleta / y el tajo en la garganta, / ahí nomás, entre Colombia y Nicaragua".

Finalmente el poeta Domingo Zerpa sueña y nos dice: "Esta América nuestra, toda unida; sinceramente pura, sin metáforas, / como en los tiempos de antes... / Moctezuma, Atahualpa".

Cabe mencionar que Zerpa escribe su poema "El Tajo" en forma manuscrita y se publica en la Revista Capricornio Nº4 de septiembre de 1990, con ilustración de Gerardo Albarracín; luego en la publicación póstuma del libro "Tranco a Tranco"; y en Capricornio Nº 17 (publicación especial) 2001. El poema también está incluido en "Obras Completas" (2011) y en "Juira... Juira", Antología Propia Nº 6 (2015).