Viviana Rodríguez es una emprendedora de la localidad de Calilegua que conjuga la riqueza y el colorido de la cultura ramaleña en cada objeto de decoración que ofrece a través de su emprendimiento Salmah.
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Viviana Rodríguez es una emprendedora de la localidad de Calilegua que conjuga la riqueza y el colorido de la cultura ramaleña en cada objeto de decoración que ofrece a través de su emprendimiento Salmah.
La artesana de la localidad de Calilegua tiene como meta que sus artesanías recorran todos los rincones de la provincia.
El nombre del emprendimiento significa paz, lo que refleja la búsqueda de la emprendedora en momentos difíciles de su vida.
En diálogo con El Tribuno de Jujuy, Rodríguez compartió su historia e indicó que "Salmah surgió en un momento personal muy difícil, en donde las emociones me demandaban encontrar alguna actividad que me ayudara a salir de los problemas que tenía. Fue casi sin querer, o por lo menos sin quererlo conscientemente, que empecé a conectarme con algo que amo: el bordado, la artesanía y la creatividad. Al principio bordaba para conocidos o familiares muy queridos, a quienes comencé a obsequiar pies de cama, cuadros y otros objetos de decoración. Esos regalos fueron despertando el boca a boca y así se fue convirtiendo en un emprendimiento que suma a mi economía familiar, y muchas veces me ha sacado de apuros, aunque la finalidad nunca fue el dinero sino el disfrute de hacer cada pieza".
"Hoy cuando me siento desbordada por alguna situación sigo recurriendo a bordar o hacer artesanías como una salida que siempre me lleva a un espacio placentero y de calma y tranquilidad", agregó la emprendedora.
Al mismo tiempo indicó que en el inicio del emprendimiento comenzó a elaborar productos bordados con la técnica mexicana y con los conocimientos que le había heredado su abuela. Aseguró que "muchas veces el empezar una pieza bordada la remonta a esos momentos compartidos con mi abuela en el patio del fondo de la casa, a la siesta", donde compartían los secretos de la técnica.
Indicó que no trabaja asiduamente con pedidos sino que vende productos en stock, ya que "me resulta difícil hacer un objeto a pedido sino que cada creación surge de los estados de ánimo o la inspiración de cada momento . Quizás soy mala emprendedora pero creo en el disfrute que encuentro en cada proceso y se traduce en la satisfacción de cada cliente. Me gusta con libertad en los tiempos que la necesito", dijo.
Indicó que hasta el momento esta forma de trabajar le ha dado buenos resultados, ya que cada vez que participa de una feria artesanal todo el stock se vende. "Tengo clientes a los que les gustan los vivos colores típicos del Ramal, y otros optan por materiales más rústicos y naturales".
En cuanto a la materia prima, indicó que si bien combina algunos productos industrializados la idea es que en su mayoría sean materiales naturales, como tinturas, lana de oveja y llama en estado rústico, telas de aguayo y fieltro.
"Todas mis artesanías son la expresión de mis emociones y tienen un poco de mi alma, se puede ver en cada una de ellas la impronta de la cultural del Ramal jujeño", definió Rodríguez el mismo tiempo que invitó a pasar por su fanpage de Facebook "Salmah".