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19 de Abril,  Jujuy, Argentina
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De una infancia en la calle a ser un alto jefe penitenciario

Daniel Chaile relató su experiencia en el Centro de Día "Sol para todos", espacio que lo contuvo y resguardó desde niño.
Miércoles, 23 de diciembre de 2020 01:03

No era más que el cierre de actividades del Centro de Día "Sol para todos" o como él le decía, "la guardería". Aquel pasado viernes ese hombre de 50 años que se mostraba de traje, serio, firme y estructurado, volvió a ser un niño de 10 años.

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No era más que el cierre de actividades del Centro de Día "Sol para todos" o como él le decía, "la guardería". Aquel pasado viernes ese hombre de 50 años que se mostraba de traje, serio, firme y estructurado, volvió a ser un niño de 10 años.

Frente a varios niños y padres, antes de hablar, hizo una breve pausa. Simplemente para intentar contener las lágrimas de emoción en los ojos, tras regresar al lugar que lo vio crecer y lo ayudó a superarse en un contexto de vulnerabilidad social. La vida de Daniel Chaile no fue fácil. Su infancia estuvo marcada por la pobreza y la falta de servicios básicos, que fueron determinantes para proponerse superar en el futuro. En aquella época, vivía en el barrio 19 de Abril, muy cercano al de Alberdi. Junto a sus hermanos y un grupo de amigos solían rebuscárselas vendiendo cosas en la calle.

A veces se dirigían a las fábricas de carbón, donde colaboraban para embolsar, lo mismo hacían en los camiones de tomates. Cada uno salía con su bolsa para ofrecerlas a las familias. También lustraban botas, vendían refrescos y picolé. Así, buscaban la manera de tener qué comer en el día y, aunque los padres de Daniel trabajaban, no les alcanzaba para alimentar a sus cinco hijos.

 

El Centro de Día "Sol para todos", depende de la Secretaría de Niñez Adolescencia y Familia. Asisten a niños de 6 a 12 años.

 

Como todo niño inocente, creía que trabajar en la calle a su edad "estaba de moda". Durante sus andanzas, un día se encontró con una señora que le preguntó dónde vivía. "Cuando fue a mi casa, yo me asusté, porque pensé que había hecho algo y resulta que le estaba diciendo a mi madre que yo tenía que tener que ir a un lugar", contó Daniel. Recordó que, en esa conversación, la directora de la guardería comentaba que se trataba de una casa nueva, donde él podría comer, recibir apoyo escolar y sobre todo protección. Eso justamente lo motivó a ir.

Pese a que pasaron muchos años y no recuerda cómo fue su primer día en la guardería, relató que nunca olvidó el abrigo y contención que recibió en aquel momento. Era un niño feliz, podía toma una taza de té en una mesa y compartir con otros chicos. "En casa con mis hermanos comíamos a cualquier horario, cuando había, cuando se podía", dijo.

Portó la enseña patria

Para Daniel vender en la calle y buscar la forma de tener dinero quedó en segundo plano. Empezó a priorizar sus estudios. Cuando cursó séptimo grado portó la enseña patria de la escuela Nº 360 "Teodoro Sánchez de Bustamante". Su empeño y dedicación por los estudios se vieron reflejados con sobresalientes en todas sus materias. Sin embargo, lo más difícil que tuvo que aprender fue que su etapa en la guardería ya había finalizado. "Le dije a la directora que quería seguir asistiendo y que no sabría qué hacer si me iba", expresó. Pero sostuvo que en ese momento la directora le hizo ver que además de tener padre y madre, tenía capacidad para el estudio y que debía soltarse. Entonces, con toda la valentía que lo caracterizó empezó a realizar los trámites para ingresar a la secundaria.

Volver, compartir experiencia

Tras recibirse decidió estudiar en la Escuela Penitenciaria de la Nación, de Buenos Aires, donde fue becado y luego volvió a la provincia a trabajar. Ya de adulto, siendo un alto jefe del Servicio Penitenciario, cuando pasaba por la guardería, le venían aquellos recuerdos felices que había transitado en ese lugar, donde aprendió muchos valores y se superó. En alguna oportunidad se detuvo y gestionó las fotos de su promoción, para luego mostrarles a sus alumnos en el instituto y de esta manera, que ellos sepan que uno puede venir desde muy abajo, pero que si ponen mucha dedicación y esfuerzo pueden superarse.

EMOCIONADO / DANIEL RELATÓ SU EXPERIENCIA DE VIDA A PADRES Y NIÑOS

"Quiero que existan más instituciones como estas, porque hay muchos chicos que lo necesitan. Uno va por cualquier barrio, por cualquier calle y ve chicos jugando, solos y abandonados. El Estado debería crear más instituciones de esta naturaleza. Porque aquí es donde se impregnan mejor los valores para los chicos", expresó emocionado.

Hoy, este hombre ejemplo de resiliencia vive en barrio Alto Comedero, junto a su esposa Emilce Añazgo y sus hijos Julieta y Leonel Chaile. Trabaja día a día para seguir creciendo.

Sus logros

Daniel Chaile es técnico superior en Ciencias Penales. Hizo cinco años regulares de profesorado de Ciencias Jurídicas, Políticas y Sociales. Se profesionalizó en Lucha contra el Narcotráfico, en Metodología de la Investigación. Ocupó el cargo de director general del Servicio Penitenciario de Jujuy, retirado hoy con el grado de Inspector General.