“Emilia” gira en torno a una joven mujer que vuelve a su pueblo natal en la Patagonia tras una ruptura amorosa. Tiene una relación tensa con su madre, le aterra comprometerse, no se asume como adulta y hace las cosas por impulso. Y con este retorno intenta resolver su caos interno, avanza a los tropezones, tomado decisiones sin pensar demasiado en su intento de encontrarse a sí misma e inserta en un paisaje árido y ventoso que se conjuga muy bien con su desolación.
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“Emilia” gira en torno a una joven mujer que vuelve a su pueblo natal en la Patagonia tras una ruptura amorosa. Tiene una relación tensa con su madre, le aterra comprometerse, no se asume como adulta y hace las cosas por impulso. Y con este retorno intenta resolver su caos interno, avanza a los tropezones, tomado decisiones sin pensar demasiado en su intento de encontrarse a sí misma e inserta en un paisaje árido y ventoso que se conjuga muy bien con su desolación.
Emilia es un personaje que no cae bien, es mala pareja, mala amiga y mala profesora, individualista y contradictoria, tal vez su actitud puede llegar a incomodar al espectador, pero su errático devenir es un camino interesante para reflexionar, porque en realidad todas las personas comentemos errores y avanzamos por la vida vacilantes, tratando de resolver nuestra confusión.
¿Cómo nace este proyecto?
Yo soy un pueblo del sur, de Sierra Grande en Río Negro. Me fui cuando terminé el secundario a estudiar a Buenos Aires y vuelvo constantemente a visitar a mi familia y siempre tuve la fantasía sobre qué pasaría si yo regresaba definitivamente y un día pensando en un proyecto para filmar, tuve la idea de contar la historia de alguien que vuelve a su pueblo después de mucho tiempo y se me ocurrió la primera escena con esa bajada de ella del colectivo y así se fue armando. Y también tuve una sensación que no cuestione mucho: la protagonista tenía que ser una mujer llamada Emilia. Ese fue el disparador, el origen de la película y empecé a construir el guion.
¿Cómo definiría a su protagonista?
Es un personaje molesto, incómodo, narcisista, sensible, ella es impulsiva y contradictoria. Esas son las características con las que escribí al personaje. Y creo que todas las personas son un poco así. Más allá que en la vida pública mostramos otra cosa, por dentro estamos llenos de dudas y contradicciones solamente que Emilia lo exterioriza y creo que eso molesta también.
¿Emilia está en una etapa de aceptación en relación a su sexualidad?
Mi interés estaba en su crisis de identidad en general, no sexual, yo no trataba de tematizar sobre su sexualidad. Más allá que después la película fue elegida para muchos festivales de temática queer o gay lo que yo traté de contar tuvo que ver con una crisis total en ella que incluye su sexualidad. Trate de no juzgar al personaje, ni definirlo, traté de dejar que el espectador arme su idea y saque sus conclusiones.
El entorno patagónico se conjuga muy bien con los conflictos de la protagonista ¿Cómo trabajó eso?
Para mí era importante filmar la película en el sur porque conozco el paisaje y yo quería usarlo para referirme al mundo interior de ella. Es un paisaje muy atractivo, inclusive podría haber filmado muchos más exteriores pero quería usar el recurso sólo en determinados momentos para contar su asfixia, en ella también hay aridez y desolación y el silencio, el viento servían para contar el estado interno del personaje.
¿Qué recuerda especialmente de este proceso de realización?
Lo más complicado fue poder ir a filmar al pueblo desde un punto de vista de producción porque es un lugar que está lejos de las grandes ciudades, de los aeropuertos, logísticamente era complicado, pero por suerte se pudo lograr. Y otra cosa compleja fue encontrar la actriz protagonista pero una vez que lo hice comenzamos con los ensayos. Ese fue el mayor desafío construir este personaje. Y después al proceso yo lo disfruté mucho.
¿Qué recorrido tuvo la película?
Se presentó en el Festival de Rotterdam, también en Alemania. En enero empezó su camino por festivales, la película iba a ser parte del Bafici 2020 que se suspendió por la pandemia, así como otros encuentros del mundo. Recién en agosto se retomaron los festivales y empezamos a circular de nuevo por distintos encuentros. Estuvimos en Boston, Lima, La Habana, Amsterdam, Estados Unidos, fueron más de 20.
¿Qué evaluación puede hacer de la recepción del público hasta ahora?
Fue muy buena, las devoluciones fueron interesantes, incluso a la gente que no le gustó tanto le resultó atractiva la propuesta: Emilia es un personaje difícil por el que se puede sentir empatía o mucho rechazo. Ella es narcisista, va por la vida avasallando, llevándose todo por delante, sin importarle nada y eso puede caer mal, pero es parte de la propuesta. Trate de provocar, que uno cuando miré la película sienta cosas, traté de suscitar sensaciones, contradicciones en relación a todo lo que hace el personaje.
¿Cómo transita el hecho que este estreno sea virtual?
Ahora lo llevó bastante bien, en un principio estaba peleado con la idea porque uno hace una película para verla en un cine, toda la imagen está trabajada para eso y a la película la vimos en sala y se ve espectacular. Pero la pandemia nos llevó a cambiar muchas costumbres. Tratamos de atrasar lo más posible el estreno para ver si se abrían las salas pero no pasó lamentablemente y no va a pasar por un tiempo más. Así que me fui amigando con la virtualidad. Y el estreno online tiene sus ventajas porque la película se verá mucho más que si saliéramos sólo en unas cuantas salas. La virtualidad vuelve más democrática la visualización porque una película se puede ver en cualquier lugar del país, en cualquier pueblo que tenga internet y eso está bueno.
¿Cómo vivió esta época de pandemia ¿pudo seguir trabajando?
El sector estuvo parado hasta agosto o septiembre que se retomó de nuevo la actividad. La situación es bastante mala. Por suerte yo estuve trabajando en proyectos como guionista lo que no implicaba rodajes, yo estuve bien pero para el cine en general es un momento muy difícil. Ahora se están retomando algunas películas, pero se trata de producciones que pueden cumplir con los protocolos, pero películas como las mías que son de presupuestos más chicos no sé cómo van a hacer. Además, el Incaa no está en un buen momento económico. Es mucha la incertidumbre para el cine que hacemos nosotros. Yo por lo pronto estoy pensando en otra película, espero en unos meses más tenerla escrita y llevarla a un productor para ver si le interesa hacerla y empezar a mover eso.
¿Conoce Jujuy?
Fui de mochilero hace mucho, me parece una provincia relinda. A mí me gusta la obra de Héctor Tizón, incluso fuí a Yala para intentar conocerlo pero no estaba, nunca lo pude ver. Tengo grandes recuerdos de ese viaje y de la literatura de Tizón que me parece que ayuda a conocer Jujuy.