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Instan a controles para detectar cáncer de próstata

En Jujuy dejaron de consultar incluso los pacientes diagnosticados quienes deben acudir porque el tiempo es clave.
Sabado, 05 de diciembre de 2020 01:00

El cese de controles durante la cuarentena también redujo el de prevención de cáncer de próstata, inclusive el seguimiento de pacientes en tratamiento. En Jujuy el cáncer de próstata es el tercero en incidencia en hombres, afecta con más frecuencia que el de pulmón, y por ello instan a hacerse controles con especialistas a partir de los 50 años, y de 40 si hay antecedentes familiare

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El cese de controles durante la cuarentena también redujo el de prevención de cáncer de próstata, inclusive el seguimiento de pacientes en tratamiento. En Jujuy el cáncer de próstata es el tercero en incidencia en hombres, afecta con más frecuencia que el de pulmón, y por ello instan a hacerse controles con especialistas a partir de los 50 años, y de 40 si hay antecedentes familiare

 

El cáncer de próstata se ubica tercero en términos de mortalidad en varones, con cerca de 3.700 fallecimientos anuales en el país.

 

La especialista en urología Patricia Ruiz explicó que si bien fue poca la ausencia de especialistas para atender en pandemia, los hombres fueron los que se abstuvieron de consultar, y en las últimas semanas los consultorios comenzaron a llenarse. "La mayoría recién está volviendo desde febrero y lo preocupante de esto es que muchos abandonaron el tratamiento", dijo.

"El cáncer de próstata es el cáncer más común en los hombres en la actualidad, superando al cáncer de pulmón, siendo la edad media de presentación entre los 70 y 74 años. Es tan frecuente que aproximadamente un 75% de los hombres puede padecer esta enfermedad aunque de manera indolente", afirmó Ruiz.

Explicó que la alta tasa de mortalidad fue bajando debido a que se fue incrementando el diagnóstico temprano y un tratamiento precoz.

Por eso la importancia de los controles anuales en los hombres.

Según el registro del Servicio de Patología del hospital "Pablo Soria", el cáncer de próstata es el tercero en hombres, siendo primero el hemolinfoide y segundo el de estómago, según datos aportados por el patólogo del nosocomio, Oscar Marín, a cargo del registro en 2019.

El Instituto Nacional del Cáncer informó que se detectan 11.600 nuevos casos por año en nuestro país y es el tercer tipo de cáncer en mortalidad en varones luego del cáncer de pulmón y colorrectal.

Por ello es clave el diagnóstico, ya que se trata de una enfermedad que no tiene síntomas y cuando los da es porque se está llegando tarde, está avanzado o en metástasis, cuando el paciente no llegó al control. También es clave que los pacientes que en pandemia dejaron los controles vuelvan porque el tiempo para esta enfermedad es fundamental.

La uróloga explicó que la consulta implica la historia clínica, el tacto rectal que es fundamental para el diagnóstico, además el antígeno prostático específico que es un análisis de sangre, y un estudio ecográfico, de diagnóstico por imágenes para tener una idea del tamaño de la próstata y alguna información que pudieran brindar.

PATRICIA RUÍZ, URÓLOGA 

"Con eso uno llega a tener un diagnóstico o una aproximación del paciente que hay que estudiar por cáncer de próstata. El tacto solo no sirve porque solo detecta un 33%, lo mismo el antígeno prostático", precisó. De hecho, aseguró que resulta un gran error cuando muchos pacientes van al médico clínico, les hace el análisis del antígeno prostático y si les da bien se quedan tranquilos, porque reiteró que eso solo detecta un 33% de cáncer.

Enfatizó por ello que deben hacer las tres cosas, tacto, análisis de antígeno y estudio ecográfico para superar el 90% de posibilidades de diagnóstico si es que no tienen cáncer de próstata. Es que tras esos estudios si hay sospecha, se indica biopsia de próstata para lograr el diagnóstico.

También se indica biopsia cuando hay tiene tacto rectal sospechoso, incluso si tiene un análisis de antígeno prostático normal.

En otro caso en que se pide biopsia es cuando el análisis de antígeno es 10 nanogramos por mililitro; y en pacientes que están entre 4 y 10 de antígeno prostático, se puede pedir otro estudio de laboratorio "relación libre total" y agregar el tacto rectal e imágenes, de modo de poder decidir el pedido de biopsia.

"El mayor porcentaje es de adeno carcinoma de próstata, es el más frecuente histológicamente", precisó la especialista. Otra de las patologías frecuentes es la "hiperplasia prostática", que es totalmente benigna y aseguró que la padecen todos los hombres a partir de los 50 años en que la próstata puede comenzar a aumentar de tamaño, y es uno de los principales motivos de consulta.

Es clave la revisión anual porque no da síntomas

La recomendación es que empiecen a controlarse porque es muy poco frecuente que el paciente tenga síntomas al momento de la consulta. Es que, “cuando el paciente presenta síntomas ya es porque es un tumor localmente avanzado que presenta obstrucción por una enfermedad avanzada o por síntomas propios de la metástasis”, precisó, y reiteró por eso la importancia del control preventivo incluso antes de que haya síntomas. Lo ideal es poder diagnosticar el cáncer de próstata tempranamente, cuando no haya síntomas. Por ello recomiendan chequeo anual desde los 50 años, excepto si hay algún antecedente de un padre, abuelo o tío abuelo que haya tenido la enfermedad, debería comenzar a los 40.

La especialista sostuvo que la vergüenza y el prejuicio para llegar al control fue cambiando con los años y eso permitió que fuera disminuyendo la tasa de mortalidad anual debido a que el paciente llega más temprano a la consulta. Planteó que actualmente la prevención se comienza a tener en cuenta, pero no es la misma que en mujeres respecto al cáncer de cuello de útero. Estimó que se da por falta de información y cuando se logra captar a pacientes sin síntomas con cáncer temprano de próstata. “Son pacientes a los que se les cambia totalmente el pronóstico, como cualquier otro cáncer”, enfatizó.

Hiperplasia prostática

Precisó que la próstata está dividida en tres zonas, la hiperplasia prostática (agrandamiento de la glándula) es benigna y ocurre en la zona transicional, que es la zona medial de la próstata, por lo que cuando empieza a crecer obstruye la vía urinaria. Mientras más crezca más problemas obstructivos da, por lo que el paciente suele consultar por el síntoma, y si no lo hace la consecuencia final es la insuficiencia renal.

Es poco probable porque van por infecciones urinarias a la guardia si no pueden orinar. “El cáncer de próstata no da síntomas, eso está en la parte periférica, crece para afuera. Por eso el tamaño no interesa en lo que es cáncer de próstata”, dijo y aclaró que el paciente puede tener las dos patologías, hiperplasia de próstata (benigna) y tener un cáncer. Entonces si el paciente se opera, igual debe ir a control, el tacto y el análisis de antígeno prostático, porque no quita que no tenga cáncer. Es que al operar por hiperplasia prostática no se saca toda la próstata, sino la zona que obstruye y queda la parte periférica donde el cáncer puede desarrollarse.

Los tratamientos

El tratamiento para el cáncer es una cirugía radical de próstata, y no se puede hacer preventivamente porque se trata de una cirugía mayor. Esto supone que para poder sacar la próstata se una la vejiga con la uretra, que se indica solo cuando hay cáncer, y hay un porcentaje menor de pacientes que tienen incontinencia de orina. Los médicos deben estadificar, saber qué tanto compromete el tumor, y se hace una tomografía abdomino pelviano con contraste y centello gramma óseo, porque es frecuente la metástasis ósea.

Según el estadío en que se encuentra el paciente es que se ofrece el tratamiento. Puede haber un tumor localizado en la próstata, otro localmente avanzado cuando ya invadió vesículas seminales y el recto; y estadío terminal cuando hay metástasis a distancia con ganglios positivos. Según el estadío del paciente y lo que arrojen los estudios, se le ofrece la protatectomia radical que es la cirugía de la próstata para tumores confinados a la próstata, y pacientes de 70 años con expectativas mayores de diez años. Si tiene más de 85 años hay opciones menos agresivas y no se hace esa cirugía si hay metástasis. Mientras la radioterapia se usa para pacientes que cuando se operan, hay compromiso en los márgenes o vesículas seminales.

En pacientes de más de 80 años, se procura hacer deprivación hormonal por tratarse de un tumor hormono dependiente que crece con la testosterona, por lo que se trata bloqueando ese andrógeno. Para ello se evalúa el medio y las posibilidades económicas del paciente, por lo que la forma más sencilla y más económica es la orquiectomía bilateral de los testículos, que quizás es más frecuente en el área pública. La deprivación se hace con antiandróginos, medicación en pastillas o una vacuna, que hace que sea llevadero y permite una buena calidad de vida. En los casos más avanzados se trata con quimioterapia. Si bien hay protocolos, en cada paciente es diferente.