Por Lucas Delgado
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Por Lucas Delgado
Norberto Chaile es un hombre de 61 años oriundo de Yuto, que peregrinó durante 14 años en bicicleta cumpliendo distintas promesas que le hizo a la Virgen a lo largo de su vida.
Se encuentra en la espera de audífonos que ayuden en su cuestión auditiva, los cuales gestionó hace más de 5 años.
Padece diabetes de tipo 2 y posee una pérdida auditiva de casi el 85%, pero esto no le impidió poder llevar más de 20 mil kilómetros recorridos por todo el país asistiendo a peregrinaciones y llegando a provincias como Salta, Tucumán, Córdoba y Buenos Aires acompañado de su bicicleta.
Se crio en la localidad de El Bananal y a los 18 años se fue de su pueblo al que no volvió por 43 años. Nunca pudo progresar y su hipoacusia provocó que mucha gente lo humillara y lo discriminara. "Me hacían trabajar y no me pagaban porque no escuchaba nada", expresó a El Tribuno de Jujuy Chaile. Aún así pudo salir adelante a base de trabajo y sacrificio, pero hoy en día su situación empeoró. "Las cosas materiales no me interesan, solo me interesa mi salud, la plata va y viene", explicó.
Actualmente su oficio de albañil y el cobro de una pensión no le alcanzan para subsistir por lo que tiene que rebuscársela vendiendo "choripanes" por la noche.
"Yo no tengo lo que me gustaría tener y tampoco vivo como me gustaría vivir, pero lo poquito que tengo lo comparto con la gente que menos tiene", dijo.
Debido a su enfermedad y su condición física actual, Chaile tuvo que suspender las peregrinaciones que se permitieron este año. "Me enfermé trabajando y suspendí peregrinaciones que tenía a Santiago del Estero, Salta y a Tucumán".
"Este año iba a cumplir 15 años peregrinando pero creo que ya no podré hacerlo. Además, este problema de la pandemia me lo impidió y va a ser muy difícil pueda hacerlo el otro año porque mi físico no da más", agregó.
Norberto Chaile reside en Güemes pero actualmente se encuentra en nuestra provincia por estudios médicos. "Me cuesta caminar, el trabajar en construcciones me deformó los pies, tengo los huesos desgastados, por lo que me dijeron que no puedo volver a hacer trabajos pesados. Lo que no hizo la diabetes, lo que no hizo la bicicleta, lo hizo mi trabajo", dijo.
Por otra parte, comentó cuáles son las razones por las que empezó a peregrinar y dijo que "las peregrinaciones son en agradecimiento por la salud de mi hijo, porque cuando nació pesó 950 gramos y los médicos me dijeron que le daban 24 horas de vida. Se lo encomendé a la Virgen del Valle y tardé 7 años, pero pude cumplir mi promesa. Hoy en día mi hijo tiene 22 años y está muy bien de salud".
"Así, sordo, enfermo y diabético, cuando subo a la bicicleta son de 10 a 15 días sin ponerme las inyecciones y comiendo fruta solamente. En mis viajes llevo ropa, carpa, comida y agua pero me hace muy difícil, esto no es para cualquiera, hay que tener mucha fe. Me sacrifico por la Virgen, por las cosas que me dio, que me da y que sé que me va a seguir dando", agregó.
A su vez, Norberto Chaile recordó que en su vida pasó cosas buenas y malas pero que nunca perdió la fe y el compromiso de estar constantemente ayudando a las personas.
"Todo lo que hago es siempre para ayudar a los demás. Sin ir más lejos, el año pasado festejé mi cumpleaños en el camping de mi pueblo, pero no quería regalos para mí, quería donaciones para mi escuelita de El Bananal".
Al respecto Chaile mencionó que "con la colaboración de la gente que me quiere recibí dos camionetas de ropa y mercadería que llegaron desde Güemes. De Tucumán me enviaron 100 pares de zapatillas y mis hermanos peregrinos que conocí de San Pedro me mandaron un auto lleno de mercadería, todo para donar".
Su historia de amor
En otro contexto, Chaile comentó que si bien vino a Jujuy para poder realizarse estudios, también aprovechó la ocasión para conocer a su novia con la que nunca se pudo ver por la pandemia.
Se conocieron por Facebook hace 8 meses y la imposibilidad de atravesar la frontera que conecta Salta y Jujuy hacía que únicamente estuvieran en contacto de manera virtual.
"Yo quería venirme en bicicleta desde allá, pero era muy complicado pasar de Salta a Jujuy justo en plena pandemia, así que tuvimos que esperar para poder conocernos en persona", explicó al respecto.
"El COE de Güemes me dio un permiso especial para venir al hospital Pablo Soria a tratar mi enfermedad y de paso también tuve la oportunidad de conocerla. Me recibió en su casa y gracias a ella y a toda su familia estoy viviendo aquí para poderme poner bien y después volver a mi casa", concluyó.