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Una expresión de fe que no se opaca en tiempos de pandemia

Con protocolo de por medio se vivió con gran fervor la celebración en honor a la Virgen del Valle de El Chaguaral
Miércoles, 09 de diciembre de 2020 01:01

Con sentido fervor, devotos de la provincia llegaron hasta el santuario de la Virgen del Valle de El Chaguaral, ubicado en la localidad de Rodeíto, en el departamento San Pedro, para honrar a María bajo esta advocación, conocida también como la Virgen Morenita que, desde hace 92 años ampara, protege y bendice a sus hijos que habitan en esta selvática geografía jujeña.

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Con sentido fervor, devotos de la provincia llegaron hasta el santuario de la Virgen del Valle de El Chaguaral, ubicado en la localidad de Rodeíto, en el departamento San Pedro, para honrar a María bajo esta advocación, conocida también como la Virgen Morenita que, desde hace 92 años ampara, protege y bendice a sus hijos que habitan en esta selvática geografía jujeña.

Tiempo de pandemia, tiempo que invitó al silencio, al sobrecogimiento, fue sin lugar a dudas una celebración distinta.

Hubo muchos rostros marcados por el dolor por lo vivido durante la cuarentena, por la pérdida de sus seres queridos y por la difícil situación económica que golpea a las familias.

Pero la gente demostró que nada pudo ni podrá opacar la fe ni el amor hacia la madre que abraza en el dolor y reconforta los corazones. Así será recordada esta fiesta patronal, en la que no hubo peregrinación, tampoco procesión, se notó la ausencia de los vendedores ambulantes que, tras el oficio religioso, solían imprimir ese toque festivo que se vive en la zona rural.

La presencia fue multitudinaria, pero las misas se oficiaron en horarios divididos para evitar la aglomeración de feligreses.

El padre Julián Stanfield, llegado desde la parroquia Virgen del Valle de la localidad de Palma Sola, presidió la celebración central que fue concelebrada por el párroco Abel Vitaluz.

La homilía del sacerdote estuvo centrada en la esperanza y en el saber aprender de María, en medio de esta pandemia.

"La Virgen pasó por dificultades muy fuertes. La primera fue el rechazo de Belén a ofrecer un lugar para que pueda nacer nuestro Salvador, después correr a otro país porque el emperador Herodes atentaba contra la vida de Jesús. También experimentó el rechazo que recibía su hijo hasta la misma muerte en cruz. La Virgen nos enseña que, a pesar de todas esas pruebas, nunca perdió la confianza en Dios, que es quien tiene la última palabra, esa confianza la sostuvo en todas esas dificultades. Aprendamos de la Virgen, si ella pudo, nosotros también podemos hacerlo", dijo en su prédica, al tiempo de pedir que "sigamos tomados de la mano de la madre para salir adelante".

Durante el ofertorio, integrantes de la comunidad guaraní, presentaron las réplicas de un rosario que va a representar a la provincia toda, donde están incluidos municipios u comisiones municipales.

Luego el padre Abel y el comisionado Eduardo Orellana tributaron homenaje a los bomberos, a esos hombres y mujeres, mayores y niños que desde tiempos remotos, llegan para acompañar a la Virgen con el particular sonido de sus bombos. También se postraron ante los pies de la Virgen los empleados municipales junto a su comisionado, que trabajaron fuertemente durante la pandemia, sin dejar de rezar unidos pidiendo a la Virgen que proteja a todo el pueblo y al mundo entero. En ese momento, se hizo entrega de réplicas del rosario de la provincia de Jujuy, y será el artista plástico y artesano Miguel Simón quien tendrá la responsabilidad de preparar tres rosarios que serán luego entregados a la Diócesis de Jujuy, al santuario de Rodeíto y a la Comisión Municipal.

Estricto protocolo sanitario

Cumpliendo con el protocolo establecido por las autoridades sanitarias, se vivió una de las más grandes manifestaciones marianas de la región y pese a que este tiempo de pandemia, obligó a concretar importantes restricciones, la fe de los devotos permitió sortear los escollos.

En esta festividad no hubo peregrinaciones, se extrañó la presencia y el paso lento de los peregrinos que llegaban hasta el santuario, despertando la algarabía por el encuentro con la madre, también la tradicional procesión con la sagrada imagen, y una estampa sentida, fue ver a los devotos parados frente a la imagen de María, extendiendo sus manos para tomar gracia y conformarse con mirarla desde una distancia prudencial, pues estaba prohibido tocar la urna.

Meritorio trabajo

Así transcurrió la mañana, con celebraciones religiosas cada dos horas, para que los devotos pudieran elegir un horario, evitando la concentración de la gente.

Pudo observarse un meritorio trabajo en conjunto, en el que cada institución, como la Iglesia, la Comisión Municipal, la Policía de la Provincia, el Same, y organismos provinciales, unieron sus manos para el buen desarrollo de la celebración.

Cabe señalar que pese a las restricciones por la pandemia, hubo muchos peregrinos llegados de distintas localidades cercanas, que coincidieron en que tenían la necesidad de estar con la Virgen en este difícil contexto no sólo sanitario, sino también económico y social a causa del coronavirus.

 

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