Continuando con los meses de preludios y de descanso por las vacaciones de verano en el sur de la esfera mundial, haremos una reseña a una celebración cada vez más conocida como es el Día de San Valentín.
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Continuando con los meses de preludios y de descanso por las vacaciones de verano en el sur de la esfera mundial, haremos una reseña a una celebración cada vez más conocida como es el Día de San Valentín.
Opacada en nuestra provincia jujeña por las fiestas de Carnaval y por las vacaciones o el calor estival, esta fecha es muy importante en la parte septentrional del globo.
Se recuerda principalmente el día de los enamorados o día de San Valentín con algún regalo especial o una cena romántica para nuestra pareja.
Muchos hoteles, restaurantes o locales ofrecen algo especial en este día de febrero. Es que el 14 de febrero es imposible no pensar en San Valentín con tanta publicidad y las florerías con sus fotos y anuncios sobre todo de rosas rojas.
Una ocasión para una cena romántica: claro, en Europa con el frío, la lluvia y el viento huracanado nada más que se presta para estar en algún restaurante para cenar a la luz de las velas.
Es que en Europa del Norte poner velas en la casa, en los locales y así es una tradición. Recordemos nomás el arbolito de Navidad y las luces. Viene de la cultura germana y como una manera de llamar a la luz en la época oscura del año, una manera de espantar la oscuridad y echar a los malos espíritus.
También es la época para ir al sauna, hacerse un tratamiento de piel y en esta época, precios especiales por parejas. Pero todo “puertas adentro”.
Qué diferente de nuestro caliente verano jujeño, donde las flores más bien se corresponden con la iglesia, la Virgen o el cementerio y los chocolates, bueno, no para el 14 de febrero con el calor abrasador sino más bien para el corto invierno que nos toca.
¿Quién recuerda haber recibido flores en el San Valentin jujeño? ¿Por qué las florerías siempre están cerca del cementerio?. Pues más de una productora de flores de Jujuy se alegraría si hiciéramos nuestra la costumbre de regalarnos flores, ya que nuestra provincia da hermosas flores y es un adorno tan bonito para la casa.
Pero…¿ y la música? Pues bien, la música para el Día de los Enamorados puede ser tan variada, dependiendo de lo que le guste a la pareja, o al que haya cedido.
Si el jazz, el rock, el pop, la cumbia o los “románticos” para escuchar o bailar de a dos. También alguna película romántica de Hollywood, que se especializa en producir pelis con historias de amor.
La ópera también tiene en su repertorio obras sobre el amor, o donde el amor tiene un componente de gran importancia.
Sobre todo en la ópera italiana de finales del siglo XIX, donde se va aproximando más al cine, es donde más dúos de amor entre sopranos y tenores se escucha.
La dupla soprano-mujer enamorada, tenor-hombre enamorado -hasta-que-se-le-pasa, ha sido la inspiración para hermosos dúos de ópera, terminando con las notas sobreagudas, que para los cantantes es como a los futbolistas meter un gol.
En mi memoria escucho difusamente el dúo entre Cho-cho San, la geisha japonesa enamorada del marinero rompecorazones Pinkerton. Estos son los personajes principales de la ópera Madama Butterfly, una de las más fáciles de entender y quizás hasta de identificarse.
Para mí, el dúo de la noche de bodas es uno de los más hermosos y más románticos que jamás se hayan escrito. La música en si misma envuelve al melómano y le hace imaginar lo que sucede en la noche de amor. “Viene la será” es la unión amorosa de una mujer enamorada y un hombre cautivado por una mujer misteriosa e intrigante, una exótica japonesa.
La música de su compositor, Giacomo Puccini, es de gran sensualidad y fácil de llegar al público.
Pero no sólo es la música sino la interpretación impecable. En este caso, las voces que llegan a mi corazón son las de la legendaria Renata Tebaldi como Cio Cio San y Carlo Bergonzi como Pinkerton. Más cerca en el tiempo, pues estos dos cantantes son más bien de los 60, tenemos a Luciano Pavarotti y Mirella Freni, convirtiendo en pura miel este dúo de amor.