Con el hígado afectado en un 75%, el docente Gabriel Alavar se sometió a un trasplante hepático en Buenos Aires, que resultó con éxito. Hoy es parte de la Fundación Sayani desde donde trabaja en un proyecto para estudiantes de nivel medio denominado "Aprender y concientizar sobre el trasplante de órganos en la escuela".
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Con el hígado afectado en un 75%, el docente Gabriel Alavar se sometió a un trasplante hepático en Buenos Aires, que resultó con éxito. Hoy es parte de la Fundación Sayani desde donde trabaja en un proyecto para estudiantes de nivel medio denominado "Aprender y concientizar sobre el trasplante de órganos en la escuela".
Tras un "largo peregrinar" por las diferentes guardias de hospitales y "tratamientos comunes", a Gabriel se le hinchaba, cada vez más, el cuerpo, debido a la retención de líquidos, su piel se ponía amarilla al igual que sus ojos, sin recibir la contención necesaria.
"Pasé de guardia en guardia, con internaciones, hasta que logré dar con la hepatóloga y trasplantóloga, Patricia Gallardo, que a través de la Fundación Sayani me hizo un hepatograma profundo que determinó que yo tenía una cirrosis avanzada", contó el paciente.
Explicó que es común que a la cirrosis se la vincule siempre con el alcoholismo, pero en su caso "me dijeron que es muy probable que pueda haber sido por una Hepatitis A derivada del consumo de algún alimento en mal estado", comentó.
"Al principio no había dimensionado la situación, hasta que en diciembre la doctora me dice que necesitaba el trasplante urgente". Fue en ese momento que "con mucha angustia" aceptó viajar a Buenos Aires y esperar allí el trasplante hepático.
Se internó en Hospital Británico de dónde destacó el cálido trato del personal y la excelente atención médica. "Haber llegado ahí fue algo mágico para mí. En los 20 días que estuve en el hospital me devolvieron la vida", afirmó.
Recordó esa madrugada del 24 de diciembre cuando, por casualidades de la vida, fue una enfermera jujeña la que le dio la noticia. Había llegado el órgano y que al día siguiente sería trasplantado.
"Después de haber recurrido a mil cosas, finalmente me aferré mucho a la religión y fue a partir de ahí que me puse fuerte para prepararme para la operación", recordó.
La intervención fue exitosa, y la recuperación aún mejor. Tal es así que la noche del 31 de diciembre pasó la fiesta de Año Nuevo ya en el hotel junto a sus familiares que lo acompañaban.
Generó conciencia
"Tener que pensar en un trasplante generó debates internos en mi familia. Nos hizo ver la importancia de la donación de órganos y a muchos les hizo cambiar de opinión. Mi situación cambió la mentalidad de mi familia. Algunos pasaron de estar en contra de que "te saquen los órganos", a profesar la donación para salvar vidas como la mía", exclamó.
En sus peores momentos, muchos amigos se preocuparon por Gabriel y hasta le ofrecieron dinero para costear algún gasto. Acto que les agradeció profundamente. "Pero la cosa ya no pasaba por ahí, yo ya dependía de que hubiera un donante". Dependía de una decisión, de familia que en todo su dolor viera ir los órganos de su ser amado.
Y así fue, el hígado llegó y le permitió a Gabriel Alavar continuar su vida disfrutando de las comidas que le gustan y fundamentalmente de su familia y de su trabajo, a través del cual se propuso, junto a la fundación, concientizar sobre la importancia de la donación de órganos y sobre el cuidado de la salud.
Trabaja en proyecto de concientización
Tras haber permanecido un mes en Buenos Aires dónde se recuperó por completo del trasplante hepático, Gabriel Alavar llegó a Jujuy y sin dudarlo se hizo parte de la Fundación Sayani desde la que trabaja en la concientización sobre la importancia de la donación de órganos.
“Como docente elaboré un proyecto, para trabajar con las escuelas de nivel medio, que tiene que ver con la concientización de la donación de órganos, que consiste en hablarles sobre las patologías que llevan a una cirrosis o a un cáncer de hígado, como las hepatitis y demás enfermedades virales, y las enfermedades de transmisión sexual”, contó el paciente.
En el mes de junio del año pasado, desde la fundación comenzaron a asistir a las escuelas con una prueba piloto de la que destacó la participación de los estudiantes.
En esta línea insistió con la importancia de mantener informados a los jóvenes sobre las consecuencias del consumo excesivo de alcohol.