¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

22°
24 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

"Me estoy nutriendo muchísimo del arte que hay en Francia"

Es artista plástico y se valió del oficio de tatuador para llegar a Europa. Se preparó por años y está establecido.
Domingo, 01 de marzo de 2020 01:00

El jujeño Martín Borus vive desde hace más de un año en Francia. Llegó buscando desarrollarse en el arte y se valió del oficio de tatuador para abrirse camino en Córdoba y preparar su partida a Europa, que actualmente recorre en forma frecuente.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

El jujeño Martín Borus vive desde hace más de un año en Francia. Llegó buscando desarrollarse en el arte y se valió del oficio de tatuador para abrirse camino en Córdoba y preparar su partida a Europa, que actualmente recorre en forma frecuente.

El joven jujeño es profesor de artes y artista plástico, y aunque tenía su atelier en Jujuy y hacía exposiciones, siempre quiso aventurarse a Europa y se preparó para ello. En Jujuy trabajó en Appace y en colegios, y si bien le agradaba enseñar no era lo que buscaba para su futuro, por lo que se orientó al tatuaje como una herramienta para irse a Europa.

"La idea fue viajar tatuando, es una herramienta, un oficio para poder sostener la carrera del arte que no es fácil y el acceso al sistema laboral", explicó Borus.

En 2013 fue la primera vez que se fue de Jujuy y eligió Santiago de Chile, adonde llegó con su pareja Gabriela Calderón, y se quedó por varios años. Trabajó legalmente como tatuador y con su mujer se mudó a Valparaíso donde montó su atelier, expuso y se vinculó con artistas. Sin embargo, no podía estudiar porque la educación era privada y por eso volvió con su pareja y se estableció en Córdoba.

En la ciudad mediterránea trabajó de tatuador y ambos pudieron estudiar Licenciatura en Arte y Alemán con la mirada en ese país, y ella que había estudiado Comunicación en la Unju se especializó en Marketing Digital. Llegado el momento para partir a Europa descubrió que era más fácil para los argentinos ir a Francia y al contar con un amigo en Burdeos arribó allí hace más de un año.

OFICIO DE TATUADOR / LO ELIGIÓ PARA PODER VIAJAR A EUROPA

Durante los primeros meses lo difícil fue el idioma, y es que sólo tenía conocimientos básicos de inglés y alemán pero no le fue suficiente y con Gabriela tuvieron que comenzar a estudiar francés. "La educación es pública acá en Francia, es muy parecido el sistema al argentino, tienen a la educación y la salud pública pero los impuestos son altos; la diferencia es que los sueldos son más altos", explicó Borus.

Una gran dificultad fue conseguir hospedaje en Burdeos por tratarse de una ciudad universitaria y no tener garantías, les quedaba conseguir una habitación que era cara y demandada.

Luego de compartir una foto de ambos en una página de Facebook de la Comunidad de Bordeaux buscando hospedaje, se comunicó un tatuador que se mudaba a París y le alquiló el departamento. "Para trabajar en tatuajes necesitaba cumplir con un protocolo legal, tuvo que aprender francés, hacer un caro curso de sanidad y declararse como "entrepreneur", una suerte de monotributista, que le llevó meses.

Ahora trabaja como tatuador gracias a los contactos de su locador, Nicolás, que se convirtió en la "llave" de su nueva vida. "Me estoy nutriendo muchísimo del arte, aprovecho para recorrer museos, galerías. Los fines de semana nos vamos a París, se puede conseguir pasajes por 10 euros, y en 20 días nos vamos a Londres", explicó, destacando que el transporte es muy accesible. En mayo prevé competir en una convención internacional de tatuajes en Luxemburgo, y aspira a compartir su trabajo a través de su Instagram: borus.tattoo.

“Me encantaría estar carnavaleando en Jujuy”

Al jujeño Martín Borus le gustaba el dibujo desde su niñez, pero no pudo estudiar en un colegio de arte en esa etapa de su vida cuando residía en el barrio Gorriti. Recién lo hizo en el Profesorado de Artes. Ese espacio lo marcó en su búsqueda y es que allí no sólo conoció a su compañera, Gabriela, sino que su profesor de Artes, de apellido Herrera, supo sembrar en él la inquietud de viajar, al contar sus experiencias en Francia. Su recuerdo le volvió al llegar a Francia, de quien también aprendió y aplicó la práctica de empaparse del idioma interactuando con la gente del lugar, dejándose impregnar por su cultura. Una de las cosas que más le gusta de esa cultura es la gastronomía francesa, y es que adora probar la diversidad de quesos por la cantidad que hay allí.

DISFRUTANDO EL ARTE / JUNTO A UNA OBRA DE SU PINTOR FAVORITO, GUSTAV KLIMT

Sólo le cuesta uno a dos euros el cuarto de kilo, y sobre sus sabores lo comparte en un grupo de WhatsApp con amigos. No obstante, de su tierra natal extraña los amigos, pese a que hizo varios en Francia. Es que entiende que no es la misma forma de relacionarse porque ellos no forjan relaciones fuertes. “El francés es una persona que se independiza a los 18 años y no vuelve más, es mal visto quedarse con sus padres, y ya no dependen de ellos sino del Estado porque hay muchos planes sociales, trabajan 6 meses y al quedarse sin empleo les pagan otros seis”, explicó. Dijo que esta soledad hace que muchos busquen formar su familia, con lo cual es difícil formar amigos y solo usan agenda para relacionarse, dejando fuera a reuniones espontáneas que caracteriza a los argentinos.

“Me encantaría estar carnavaleando en Jujuy, comiendo tamales, pero aquí se aprende mucho”, afirmó. En Jujuy quedaron sus padres y sus dos hermanos, quienes saben que él siempre fue el más desprendido y con ganas de viajar, y que aún no se le terminan. Todavía no sabe si se quedará en Francia o seguirá explorando otros lugares donde vivir, pero disfruta su presente y aprovecha para conocer Europa con su compañera de vida.