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Familiares de un hombre asesinado piden justicia

Rodrigo Gómez era inspector de tránsito de la Municipalidad, su restos fueron hallados al margen del río Grande.El entonces juez Javier Aróstegui había calificad el hecho como homicidio en accidente de tránsito y no hay línea investigativa.
Viernes, 13 de marzo de 2020 01:03

El crimen del agente de la policía de tránsito de la comuna capitalina sigue siendo un verdadero misterio y a más de 12 años de ocurrido el hecho, con un expediente manipulado por un polémico juez y la falta de investigación, cada vez se hace más difícil saber quién o quiénes mataron y por qué motivo a Rodrigo Gómez en 2008.

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El crimen del agente de la policía de tránsito de la comuna capitalina sigue siendo un verdadero misterio y a más de 12 años de ocurrido el hecho, con un expediente manipulado por un polémico juez y la falta de investigación, cada vez se hace más difícil saber quién o quiénes mataron y por qué motivo a Rodrigo Gómez en 2008.

El sábado 1 de marzo del 2008 alrededor de las 14, el hombre de 29 años fue visto por última vez junto a un compañero de trabajo y una mujer, que luego se supo era empleada de un hostal y amiga del compañero de Gómez.

Rodrigo Gómez estuvo desaparecido 13 días y sus familiares y allegados lo buscaron desde el primer momento, porque no era costumbre del inspector ausentarse tanto tiempo y mucho menos sin avisar a su madre, con quien vivía en las 249 Viviendas del barrio San Pedrito.

Un baqueano encontró restos de una persona a la altura del dique Los Molinos, pero del otro lado del margen del río Grando que atraviesa ese lugar y luego de que las pericias determinaran que se trataba de Gómez, el entonces juez Javier Aróstegui calificó en un principio el hecho como homicidio en accidente de tránsito con personas a establecer.

Una vez que se confirmó la identidad de esos restos, el polémico juez citó a declarar a las últimas personas que vieron con vida por última vez a Gómez. Estos se presentaron con sus respectivos abogados y sin más preambulos luego de exponer sus versiones de los hechos, Aróstegui les dijo a los familiares de Gómez que un vehículo lo había atropellado y a causa del impacto murió.

La versión que los testigos le dieron a Aróstegui es que Gómez se fue con su compañero a tomar bebidas alcohólicas a la residencia de esta amiga del inspector. Que luego de unas horas se tomaron un colectivo con dirección a Los Molinos y que Gómez habría intentado propasarse con la mujer y que su compañero de trabajo lo obligó a que se baje del colectivo antes de que los tres lleguen a destino, la casa de la mujer ubicada en la localidad de León.

Al polémico juez se le olvidó preguntar a la mujer por qué tenía en su poder el teléfono celular de Gómez y estos actos por lo menos insólitos, dieron lugar a que hasta la fecha se desconozca quién o quiénes mataron a Rodrigo Gómez.

Claro está que Gómez no fue atropellado y sus familiares pidieron que se reabra el expediente y además que se descubra qué pasó con la suerte del hombre de 29 años, se investigue a los funcionarios judiciales que intervinieron en la investigación penal preparatoria.

Datos claves 

En 2013, cinco años después del crimen, los restos de Gómez todavía estaban en la morgue del Poder Judicial bajo custodia y el entonces juez Aróstegui había ordenado enterrarlos en una fosa común como NN. 

“Acudimos a los medios de comunicación y le pedí al juez que me entregue los restos de mi hermano. Aróstegui me dijo de todo, estaba muy molesto porque se enteró la prensa y recién cinco años después pudimos darle sepultura a mi hermano”, dijo Adriana Gómez a nuestro diario. 

“El juez me mandó a decir qué iba a hacer, me preguntó si lo iba a denunciar y me pidió que no lo hiciera, él se comprometía a cambiar la carátula y así fue que a partir del 2013, la causa figura como "homicidio simple’ con personas a establecer”.

“Desde el 2013 hasta la fecha no se pidió ni una actuación, la causa quedó estancada y los años siguen pasando. El compañero de mi hermano sigue trabajando y la mujer que estuvo con él hace su vida normal”.