¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

24°
19 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Una mujer todo terreno que rompe estereotipos

Rocío, una joven de 26 años, venció los prejuicios y tiene su propia gomería en la ciudad de Palpalá junto a su pareja.
Viernes, 13 de marzo de 2020 01:03

La historia de Rocío es un nuevo ejemplo del rol que hoy cumple la mujer, de su liderazgo y de espacios que se van conquistando. Si bien no es habitual ver a una mujer frente a una gomería, un rubro que desde sus inicios fue liderado por los hombres, hoy se acomoda a los nuevos tiempos de la sociedad.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La historia de Rocío es un nuevo ejemplo del rol que hoy cumple la mujer, de su liderazgo y de espacios que se van conquistando. Si bien no es habitual ver a una mujer frente a una gomería, un rubro que desde sus inicios fue liderado por los hombres, hoy se acomoda a los nuevos tiempos de la sociedad.

Rocío tiene 26 años y vive en la ciudad de Palpalá, frente a la "Casa de la Cultura", donde tiene su gomería. No está sola, está acompañada por Juan, su pareja.

Es hija de un reconocido gomero de esa ciudad. Su papá, José Zuñiga, de quien aprendió el oficio desde muy pequeña, lleva más de cuarenta años al servicio de sus clientes. "El Negro" o "Negrito", como se lo conoce, también tiene su gomería en la ciudad, a donde acuden decenas de clientes a diario por la seriedad y resultado de su trabajo.

"Yo me crié entre cubiertas y me pasaba todo el día al lado de mi papá para aprender", contó Rocío a El Tribuno de Jujuy.

Dejó sus estudios secundarios para comenzar a trabajar a la par de su padre. Es la más chica de sus cinco hermanos y es la única que heredó el oficio. "Al principio ayudaba a mi papá a llevar papeles de la gomería, hasta que de a poquito me fui metiendo y aprendiendo más", dijo.

A medida que fueron pasando los años, Rocío pensó en su independencia económica y confió en que era el momento de aventurarse en su propio emprendimiento. Supo combinar un valioso legado familiar con su fuerza emprendedora, lo que además le permitió derribar mitos y ganar espacios que hasta hace poco tiempo eran ocupados sólo por los hombres.

Hace tres años, Rocío abrió su propia gomería. Trabaja incansablemente 12 horas por día, junto a Juan, con quien divide el trabajo.

"Gracias a Dios viene mucha gente, siempre estamos ocupados", afirmó Rocío.

A lo largo de estos años, la joven de 26 años fue superando muchos desafíos. El principal fue el ambiente muy machista que rodea a la profesión. "Al principio los hombres me miraban raro, como si desconfiaran de mi trabajo", lamentó Rocío y agregó: "ahora ya me conocen, saben cómo trabajo, no tengo ningún problema".

Son muchos los clientes que pasan a diario por la gomería de Rocío y Juan, a cada uno de ellos, se les brinda un servicio de calidad. "Una de las características que tiene la mujer en este trabajo es ser detallista y prolija, además de tener más paciencia", dijo Rocío y agregó: "los clientes se van siempre contentos".

Muchos pensarían que su condición de mujer para desempeñar una profesión en la que se requiere de cierta fuerza física podría perjudicar su trabajo, lejos de eso Rocío demuestra día a día que no solo es cuestión de fuerza, sino también de perseverancia y voluntad.

La joven arregla desde bicicletas hasta camiones. Emparchar una goma o cambiar una cubierta es una actividad natural para Rocío. Para ella, no hay trabajos para hombres y trabajos para mujeres. "Los espacios deben ser para todos por igual, las mujeres tienen que animarse más, sí se pueden ocupar estos espacios, depende de las ganas y esfuerzo que le ponga cada una", remarcó.

Rocío se siente orgullosa de la tarea que realiza y anima a las demás mujeres a aprender el oficio. "El trabajo dignifica, cualquiera sea", afirmó.

Su pasión por el oficio es indiscutible. Rocío no sólo tuvo el mejor maestro, sino que además se animó a conquistar este espacio.

Una historia de amor, trabajo y esfuerzo

ROCÍO Y JUAN / LA PAREJA FRENTE A SU NEGOCIO EN LA CIUDAD DE PALPALÁ.

Rocío y Juan se conocieron hace ocho años. Hace tres decidieron abrir la gomería que hoy atienden juntos, entre música, risas y buena compañía. Juan no conocía el oficio, fue Rocío quien lo animó a aprender. “Mi papá necesitaba un ayudante, yo le pregunté a él si se animaba y me dijo que sí”, recordó Rocío.

“Al principio le costaba un poco, pero poco a poco le fuimos enseñando”, afirmó, y agregó: “aprendió más de mi papá, yo estaba para aprender a la par suya”. Hace tres años llegó la posibilidad de cumplir uno de sus sueños, que era abrir su propio negocio. Así es que entre neumáticos, máquinas y herramientas, la pareja comparte no sólo trabajo sino también anécdotas, que seguramente podrán contar a sus hijos.

“Con mucho miedo emprendimos este desafío, y acá estamos, trabajando todo el día, a la par, porque lo que tenemos es nuestro y nos gusta hacerlo”, dijo Rocío. Hasta el momento están solos, dedican su tiempo a la gomería pero sueñan con formar una familia en un futuro cercano. “Nos gustaría tener hijos y poder enseñarles este oficio que aprendimos los dos de mi padre”, contó emocionada Rocío, y añadió: “sería un orgullo”. Juan también está orgulloso de su compañera. “Rocío es una chica muy buena, ella se esmera mucho por seguir aprendiendo, y lo mejor de todo es que es muy compañera en el trabajo”. Contó que en el día a día “ella siempre está atenta de que a mí no me falte nada y yo siempre trato de cuidarla, la ayudo con las cosas más pesadas”. También aprovechó la oportunidad para alentar a las mujeres a “animarse, a poner voluntad para hacer lo que les gusta”.