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"Yo soy madre de tres bebés que tienen los ojos cerrados"

Domingo, 15 de marzo de 2020 01:00

Lorena Cid Conde tiene 42 años y perdió tres embarazos a causa de la trombofilia pero pese a su dolor aseguró que no baja los brazos y ayuda a otras mujeres que atraviesan realidades similares a la suya. Hoy en día, junto a su esposo, se encuentran esperando adoptar a un pequeño.

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Lorena Cid Conde tiene 42 años y perdió tres embarazos a causa de la trombofilia pero pese a su dolor aseguró que no baja los brazos y ayuda a otras mujeres que atraviesan realidades similares a la suya. Hoy en día, junto a su esposo, se encuentran esperando adoptar a un pequeño.

"Hay que sensibilizar y tiene que haber una ley que contemple un tratamiento más accesible", dijo Lorena Cid Conde.

En ese sentido mencionó que "descubrí que poseía la enfermedad después de perder a dos hijos y lo hice porque yo investigué y quise indagar más a fondo el por qué de lo que me estaba pasando. Tuve que pelear para que me reconozcan en la obra social aunque sea un porcentaje para hacerme el análisis que es específico, costoso, no es como los otros y lleva más tiempo".

"A mí se me despierta en mis embarazos, tengo la trombofilia adquirida. Cuando perdí el primero y también el segundo me dijeron que era algo normal pero el tema se empezó a hablar mucho por famosas que lo hacían en los medios. Entonces se me presentó ese interrogante y empecé a investigar todo. Fue necesario que me vuelva a embarazar y ahí me dio positivo", añadió.

Sus embarazos fueron continuos uno por año y durante el tercero, que fue el que más tiempo de gestación tuvo, lo transitó ya sabiendo que poseía la enfermedad. "Hice el tratamiento de la heparina y llegué hasta el quinto mes de gestación. Hubiera sido otra realidad si la habría descubierto antes, para hacer un tratamiento más prolongado y tendría el organismo más preparado. No sé si hubiera tenido éxito, esto es algo incierto y depende de muchos factores", comentó.

Después que perdió su tercer embarazo fue consultada por un equipo médico si "podía ceder mi bebé para que lo analicen y estudien lo que influye en su organismo respecto a la trombofilia, mi respuesta fue que sí. Porque quiero que esto se solucione y otras mujeres puedan ser mamás", remarcó.

Asimismo indicó que "yo soy madre de bebés que tienen los ojos cerrados. Esto me hizo conocer historias de otras mujeres, quedé muy ligada a esto y hablé con gente de Córdoba, allá hay una fundación que contiene a mujeres. Mi vida, mi familia y amigos quedaron ligados a esto".

Siguió diciendo que "la heparina es muy cara, hace años salía más de 3.000 pesos, seguramente ahora subió. Por eso nos ayudamos con otras pacientes de la fundación, una vez me enviaron heparina pero con la condición de que cuando ya no la necesite le envíe a otra persona. Ellas me enviaron una caja hasta que conseguí la mía, pero cuando perdí mi hijo y terminé el tratamiento me sobró otra que la mandé para otra mujer. Es una cadena de ayuda para todas las que necesitamos".

"Es importante que lo hablemos, para que no le pase a nadie más. Al no tener a mis hijos conmigo, ahora quiero hablar y ayudar a otras mujeres para que salgan adelante, hay una solución a esto. Yo le prometí a mis hijos y mí misma no bajar los brazos para concientizar y culturalizar a la gente", afirmó. Por último señaló que "a nosotros nos pasaron muchas situaciones dolorosas, una vez cuando fui a que me hagan un legrado la enfermera me dejó una cuna al lado, fue durísimo verla vacía. Hasta me pasó que enfermeras me pregunten por qué quiero abortar, y yo no quería hacerlo".

Tratamiento muy costoso

Cid Conde además señaló que el tratamiento desde su iniciación, cuando se solicitan los análisis médicos, es muy costoso porque es específico, y la mayoría de las obras sociales no lo reconoce. "No está dentro del listado de los chequeos médicos regulares del embarazo. No está incluido. Luego al detectármelo, mi tratamiento era la heparina que es muy cara", agregó.

 

El caso especial en una  adolescente de 16 años

En el mes de julio del año pasado Valentina, que en ese entonces tenía 15 años, sufrió un accidente cardiovascular que la derivó a realizarse varios estudios médicos y tras dos meses le diagnosticaron trombofilia. Hoy se encuentra medicada y en buen estado de salud.

En ese sentido, Ana Avirovic, madre de la adolescente contó que "todo comenzó durante las vacaciones de invierno del año pasado, ella estaba en casa con una amiga. De repente le agarró un dolor de cabeza intenso, yo empecé a ver si había comido algo pesado o quizás era por mucho acceso a internet. Al día siguiente la dejamos a su amiga en su casa y nos fuimos a la clínica. Cuando llegamos ella estaba muy mal, era urgente que la atiendan y como demoraban nos tuvimos que ir a otra clínica".

"En el camino ella vomitó por el dolor fuerte que tenía, hasta que la atendieron y le pusieron un suero para ver si se le pasaba y eso no ocurrió, seguía mal. La internaron y le empezaron a hacer los estudios de rutina para saber la causa del dolor de cabeza. Yo empecé a pensar si últimamente había presentado más síntomas y recordé que ella había tenido algunas fallas como errarle a la boca con el tenedor al comer o chocarse con la mesa para agarrar un vaso. También tenía un hormigueo me había dicho", aseguró.

En los estudios no había salido nada grave, que sólo era un dolor de cabeza y que le iban a dar el alta. Pero sus padres solicitaron que le realicen estudios más profundos porque estaban muy preocupados, "le hicieron más pruebas como que se pare en un pie, que una los dedos, el equilibrio veían y vieron irregularidades. Entonces le hicieron más estudios y constataron que Valentina tampoco estaba viendo bien de un ojo y que veía los colores de forma diferente. Le hicieron dos tomografías para ver cuál era el daño, y a los dos días nos dijeron que era algo grave", indicó.

Continuó diciendo que "a ella se le había presentado un ACV, en la resonancia le había salido que era un accidente cardiovascular isquémico. Entonces varios profesionales empezaron a analizar el caso, de por qué a una nena de 15 años le había pasado eso, fue terrible, lo peor que me pasó en la vida. Verla sufrir fue algo muy duro".

Tras acudir a Clementti y otros especialistas, después de dos meses, le dijeron que tenía trombofilia e inició un tratamiento al cual respondió muy bien, "la verdad que ella no tuvo una mayor alteración y está muy bien. Por suerte tampoco tuvimos mayores problemas con la obra social, fue traumático cómo nos enteramos pero ahora con su padre y ella, llevamos una vida normal", sostuvo la madre.

 

El año pasado  vetaron una ley

En junio del año pasado, el expresidente Mauricio Macri vetó la ley de Trombofilia que había sido aprobada en el Congreso por unanimidad, a fines de noviembre del 2018.

El proyecto contenía un programa médico obligatorio de análisis de sangre que diagnostica el trastorno, como práctica rutinaria de control en las mujeres para la detección temprana de ese desorden de la coagulación sanguínea; creaba un Programa Nacional para la investigación, diagnóstico y tratamiento en el marco del Ministerio de Salud.

El veto presidencial argumentó que "el estudio temprano, aún en edad prefértil y fértil en mujeres asintomáticas, no sólo no se encuentra recomendado por entidades científicas nacionales e internacionales, sino que está expresamente desaconsejado".

A su vez, recuerda que "la cobertura de los métodos de diagnóstico y tratamiento de la trombofilia en los casos debidamente justificados por el médico tratante, está asegurada por el Programa Médico Obligatorio".

Al respecto, Lorena Cid Conde manifestó que "yo tengo un trabajo estable, un marido, una familia y mucha gente cerquita que me apoya, pero no me imagino la que está sola y no tiene esto. Cuántos embarazos debe ser que perdió, por eso es muy duro y es importante que se apruebe la ley de forma urgente nuevamente y que no la vuelvan a vetar. Hay un porcentaje grande de mujeres que padecemos esto y perdemos más de un embarazo".

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