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28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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La realidad en los tiempos del coronavirus

Lunes, 16 de marzo de 2020 01:00

Después de una pausa volver a mirar la realidad puede parecer una frivolidad cuando el mundo y los jujeños dentro de él (literalmente y como nunca) enfrentamos el acoso del coronavirus, plaga global y con referencias apocalípticas que se encuentran tanto en advertencias bíblicas como en las profecías de Nostradamus. Esta situación impar, ocupa todos los pensamientos y obliga a toda la atención y los cuidados que se pueda tener. Sin embargo, por debajo del Covid-19, la realidad sigue su curso, con la intensidad de otra peste que incuba bajo tierra el embrión de otra calamidad.

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Después de una pausa volver a mirar la realidad puede parecer una frivolidad cuando el mundo y los jujeños dentro de él (literalmente y como nunca) enfrentamos el acoso del coronavirus, plaga global y con referencias apocalípticas que se encuentran tanto en advertencias bíblicas como en las profecías de Nostradamus. Esta situación impar, ocupa todos los pensamientos y obliga a toda la atención y los cuidados que se pueda tener. Sin embargo, por debajo del Covid-19, la realidad sigue su curso, con la intensidad de otra peste que incuba bajo tierra el embrión de otra calamidad.

El virus metió en segundo plano la crisis económica, la falta de un plan para intentar superarla, y disimuló (apenas) el riesgo país que superó los 3.200 puntos, dilatando acuerdos urgentes y poniéndonos ante la inminencia del odiado default. Y puso en evidencia que el gobierno, como casi todos los gobiernos acosados por el virus, no estaba preparado para enfrentarlo. Y también como casi todos, cometió el error inicial de subestimarlo para correrlo de atrás después de la torpeza. El maldito virus también dejó en evidencia la falta de reflejos del Poder Legislativo. Centenares de legisladores, no atinan aún a meterse en la búsqueda de soluciones o aportes a la lucha contra la pandemia y siguieron tratando temas que van quedando licuados frente a la agresividad de los contagios, las enfermedades y la muerte. Dejaron todo al Ejecutivo, y seguirían así. En tre los temas que trataron, Jujuy mereció un capítulo que nos lleva a hacer pie en nuestra realidad.

Desde que el senador Guillermo Snopek sorprendió con su proyecto de intervención al Poder Judicial de Jujuy no dejaron de aparecer líneas de interpretación de la situación: un misil de dos cabezas explotó "la copa", y en San Martín 450. El hoy exjuez Pablo Baca, sorprendido por un "diálogo privado" grabado y difundido en un portal kirchnerista, donde parece aceptar la sumisión de la Justicia a la voluntad del Ejecutivo, decidió resistir. El pedido de juicio político que impulsó el presidente del PJ diputado Rubén Rivarola, le dio la oportunidad de pedir licencia para defenderse y despegar al Poder de la crisis que comenzaba. Pero mientras ese juicio caminaba con lentitud le cayó al juez la gravísima denuncia de violación realizada por la misma exfuncionaria provincial que había protagonizado aquella grabación. Baca siguió resistiendo y su obstinación crecía proporcional al escándalo que ya zarandeaba al gobierno de Gerardo Morales. El GM vivirá convencido de que el senador ultra K Oscar Parrilli, guió la mano de Snopek bajo la inspiración tutelar de la vicepresidenta Cristina Elisabet Fernández en pos del objetivo supremo de reivindicar y liberar a la dirigente Milagro Amalia Ángela Sala de Noro. Cuando la sangre llegó el río, ocurrió lo de siempre: se organizaron puebladas: la militancia gerardista recorrió las calles respaldando al GM y su catecismo de los poderes independientes. En Buenos Aires, otra movida similar se posicionó en la puerta del Senado y allí se encontró con otra: agrupaciones políticas y sociales apoyando la intervención y levantando la bandera de la libertad de la señora Sala. Esa sesión matizada con detalles tan pintorescos como olvidables, como era de esperarnos condujo a nada. El tema volverá al recinto y es probable que tras la renuncia del doctor Baca, (ahora muy dañado y solo frente a la Justicia ordinaria), el proyecto pierda entidad y se archive. Pero el "caso intervención" mostró otra indisimulable jugada del cristinismo puro y duro, en las antípodas del albertismo en formación, ya que el mismísimo Presidente devaluó el proyecto, asegurando que "no es nuestro", como si el senador Snopek, no fuese propio. Alberto Fernández bajó aquellas fotografías difundidas por el senador jujeño, donde ambos sonríen abrazados, a la categoría de cotillón de campaña ya sin contenido político valorable. Tal vez ninguno de los actores haya imaginado que esta movida, terminaría devolviendo a los primeros planos el sempiterno enfrentamiento de Gerardo Morales y Milagro Sala. A la jefa tupaquera confinada en su prisión domiciliaria le renovó el status de perseguida política y al dirigente radical lo posicionó al tope de los respaldos de la alicaída cúpula de Cambiemos, súbitamente obligada a sostener la espalda del GM. Al gobernador en un mal momento y al dirigente radical opacado le reverdecieron el proyecto de alzarse con la presidencia de su partido. Y ambos enemigos políticos agradecidos por el inesperado obsequio de horas de radio y televisión y los ríos de tinta, que se repartieron a ambos lados de la grieta. Se confirmó que nadie sabe para quién trabaja. ¿O sí?

Volviendo al virus, la actualidad puso en guardia a la Provincia. Se tomaron todas las medidas necesarias, el equipo de gobierno está atento a todos los detalles. El GM suspendió las clases y el rector Rodolfo Tecchi dispuso lo mismo en la UNJu. La medida en un principio pareció exagerada pero luego la copiarían en todo el país. Las oficinas no atenderán al público. Y el sistema de salud, tal como está, hará lo que pueda. Seguirán en stand by las discusiones con los docentes que quedaron suspendidas en un punto tenso; el parate comercial amenaza con terminar de hundir a las pymes jujeñas que venían caminando por la cornisa; la actividad cultural y turística se reduce casi a cero y hasta las peregrinaciones de Semana Santa quedaron suspendidas. Los jujeños siguen tratando de digerir el último enroque del GM, que reinstaló al exministro de Trabajo Jorge Cabana en el Banco de Desarrollo, mientras piensan cómo cubrirá -cuanto antes- el enorme vacío en la Justicia. El PJ posó su mirada en Buenos Aires, donde es probable que le confíe simbólicamente su nueva conducción al presidente Fernández para que éste a su vez, la delegue en el aspirante Milton Capitanich o en el veterano José Gioja. La Izquierda local -como muchos- se quedó pidiendo explicaciones acerca de la situación sanitaria. Y el resto de los colectivos políticos y sociales, miran atónitos, soñando en vano que el coronavirus no se acuerde de Jujuy.

Llamó poderosamente la atención un comunicado del gobernador Gerardo Morales posteado ayer al mediodía en el que recomienda a la población evitar el consumo de medios masivos de comunicación "si registramos que aumentan nuestra ansiedad". La sugerencia, carente de todo sentido común, está formulada a contrario sensu de la razonabilidad en un momento en el que minuto a minuto, la población de todos los niveles debe seguir con atención el desarrollo y la evolución de la pandemia para estar prevenida frente al curso del flagelo y las medidas para cuidarse. Desde distintos ángulos y medios se condenó esta pretensión del cerrojo informativo, que constituye una afrenta al trabajo de los medios y los comunicadores, y claramente un menosprecio a la inteligencia de la gente que consume la información como medio ideal para protegerse.

Ahora resta que todos, especialmente la dirigencia, seamos serios. Que se obedezcan todas las decisiones que se tomen. Que se eviten la paranoia y las exageraciones que conduzcan al pánico. Que se rechacen las sobreactuaciones lacrimógenas y a la tentación de hacer política con la pandemia. Para que cuando todo pase, estemos preparados. Y cuando se abran las fronteras, cuando dejemos de estornudar en el pliegue del codo, cuando los delincuentes bajen el precio del alcohol en gel y hagan aparecer los barbijos, cuando vuelvan las clases, los oficios religiosos, los espectáculos y el fútbol, ojalá que del susto y el dolor hayamos asimilado el aprendizaje para poder respetar y disfrutar un mundo nuevo, más fuerte y mejor. Si no, la pandemia no habrá servido para nada.