En la rotonda de ingreso a Tilcara, fuerzas de seguridad con barbijos detienen a los vehículos para corroborar sus domicilios. Algo más allá, en la estación de servicio, el bar ya no tiene sus mesas ni sus sillas. Dos motociclistas entran al autoservicio y se quejan de que no los vienen dejando entrar en ningún pueblo; no es contra ustedes, se disculpa la empleada. El puente, casi desierto. Las calles del pueblo igual, salvo en las cuadras del banco y los comercios donde hay filas para retirar dinero o hacer compras. Las filas son largas porque se guarda la distancia correspondiente entre las personas. Hay gente mayor haciendo sus compras, vendedores que los retan y los ancianos alzan los hombros como pidiendo perdón. A los mercaditos, las carnicerías, las panaderías, las farmacias, se entra de a gente contada.
inicia sesión o regístrate.
En la rotonda de ingreso a Tilcara, fuerzas de seguridad con barbijos detienen a los vehículos para corroborar sus domicilios. Algo más allá, en la estación de servicio, el bar ya no tiene sus mesas ni sus sillas. Dos motociclistas entran al autoservicio y se quejan de que no los vienen dejando entrar en ningún pueblo; no es contra ustedes, se disculpa la empleada. El puente, casi desierto. Las calles del pueblo igual, salvo en las cuadras del banco y los comercios donde hay filas para retirar dinero o hacer compras. Las filas son largas porque se guarda la distancia correspondiente entre las personas. Hay gente mayor haciendo sus compras, vendedores que los retan y los ancianos alzan los hombros como pidiendo perdón. A los mercaditos, las carnicerías, las panaderías, las farmacias, se entra de a gente contada.
Una vecina reclama a la policía que se vaya a fijar en quienes acampan en el Huasamayo y se bañan en el río, le responden que ya les hicieron levantar las carpas. Se oye la sirena del patrullero, sobre cuyo ulular los altavoces piden a los vecinos que terminen de hacer sus compras y regresen a sus casas, y a los turistas que vayan a sus alojamientos.
El mercado tiene los puestos raleados: se han dado turnos diarios y alternados para que puedan vender. Los restaurantes anuncian sus menús como viandas para llevar, y los remises compartidos no llevan más de tres pasajeros. Las reuniones previstas para el día, tanto de intendentes como del COE, fueron prorrogadas. No se ha perdido del todo el humor, se lo escucha en los comentarios, pero hay preocupación.