Un fallo de la Sala Tercera de la Cámara en lo Civil y Comercial de la provincia, resolvió que un efectivo policial debe pagarle casi dos millones y medio de pesos a su camarada, luego de atacarla a golpes y provocarle daño irreversible en un oído.
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Un fallo de la Sala Tercera de la Cámara en lo Civil y Comercial de la provincia, resolvió que un efectivo policial debe pagarle casi dos millones y medio de pesos a su camarada, luego de atacarla a golpes y provocarle daño irreversible en un oído.
Según las fuentes judiciales que fueron consultadas por nuestro diario, el hecho ocurrió en 2012 y penalmente el hombre fue condenado por "lesiones agravadas", pero no cumplió pena en prisión.
Como se dijo, el hecho ocurrió en diciembre del 2012 en la ciudad fronteriza de La Quiaca con compañeros de trabajo del área de Toxicomanía de la Policía de la Provincia.
Según consta en el expediente judicial un hombre invitó a sus camaradas a compartir un almuerzo en su domicilio y al cabo de unas horas, cuando la mujer víctima de los hechos decidió retirarse del lugar y cuando estaba en la zona del garage para retirar su motocicleta, el hombre se abalanzó sobre ella y la invitó a quedarse a dormir.
Ante esta negativa, el hombre empezó a insultarla y a tratarla de inoperante. Allí se produjo un forcejeo donde el imputado terminó golpéandole en el oído con el puño cerrado y patéandole en el estómago.
La mujer logró morder el brazo a su atacante y salió corriendo a la calle, para luego de unos minutos aprovechando que el hombre se encontraba dentro de su casa, logró sacar su moto y huir del lugar, pero con manifiestos dolores de estómago, pero sobre todo en el oído.
Allí dio aviso a su superior inmediato, quien le dijo que se quedara tranquila, que el otro día resolverían la situación.
La mujer que debía presentarse al otro día a cumplir con sus funciones, no lo hizo por las fuertes dolencias que presentaba en la zona auricular, es por eso que decidió ir al médico, fue diagnosticada por "perforación timpánica amplia de oído izquierdo por traumatismo (golpe de puño)", ello producto de lo acontecido con su entonces compañero de trabajo.
Desde ese entonces la mujer debió hacerse una curación llamada "timpanoplastía", donde fue advertida por los profesionales que de no ser exitosa, por los extremos cuidados que requiere, se reiterarían las curaciones las veces que fueran necesarias y si no prosperara, tendría que contemplar la posibilidad de una intervención quirúrgica.
Debido a que la mujer presentaba el oído dañado sin la posibilidad de escuchar, además de los riesgos de infección que corre al estar la herida abierta.
Luego de una serie de costosos estudios, su diagnóstico fue que a raíz del golpe proferido por el efectivo policial, la mujer (también efectivo policial) perdió el 40 por ciento de la capacidad auditiva, con lo que disminuyó su capacidad laboral.
Los síntomas que la mujer presentaba según el diagnóstico médico fueron desorientación, depresión y pánico.
El efectivo de apellido Cruz llegó a un acuerdo con la víctima para hacerse cargo de las curaciones y los gastos de rehabilitación, que para esa fecha accedería a una de dos mil pesos por mes, además de las curaciones, situación que ha quedado constatada en autos que quedaron incumplidas y este fue el motivo del inicio de la demanda.
Es por eso que el Tribunal de la Cámara en lo Civil y Comercial resolvió hacer lugar a la demanda iniciada y en consecuencia condenar a su compañero de trabajo a pagar más de 2 millones y medio de pesos.