¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

13°
16 de Abril,  Jujuy, Argentina
PUBLICIDAD

Dos marcadas historias de odio hacia la mujer

El expolicía Pablo Luzcubir disparó a quemarropa a su mujer. En 2019 fue condenado a 20 años de prisión.El sampedreño Gustavo Garzón disparó con un rifle a su ex en 2018. Podría ser condenado con la misma pena.
Domingo, 22 de marzo de 2020 01:02

En la Sala de audiencias del Segundo piso de Tribunales, donde un hombre está siendo enjuiciado, acusado de intentar asesinar a tiros a su exmujer, en agosto del año pasado el mismo Tribunal en lo Criminal Nº 2 que preside el juez Luis Kamada, condenó en 2019 a 20 años de prisión al penitenciario Pablo Mamaní Luzcubir por un hecho muy similar.

Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

En la Sala de audiencias del Segundo piso de Tribunales, donde un hombre está siendo enjuiciado, acusado de intentar asesinar a tiros a su exmujer, en agosto del año pasado el mismo Tribunal en lo Criminal Nº 2 que preside el juez Luis Kamada, condenó en 2019 a 20 años de prisión al penitenciario Pablo Mamaní Luzcubir por un hecho muy similar.

Los inculpados no mostraron remordimiento alguno tras los cobardes ataques. Uno ya está condenado, el otro espera sentenci

Si es que no hay otra disposición judicial acatando las medidas de prevención emitidas a nivel nacional para prevenir la propagación de la pandemia coronavirus, el 1 de abril se producirían los alegatos, del juicio que se le sigue a Gustavo Isidro Garzón, quien disparó a quemarropa con un rifle en cinco oportunidades a su exmujer Analía Verónica Castillo, y le destrozó el cráneo con la culata del arma, hecho ocurrido el 29 de julio del 2018.

Estos casos tienen mucho en común, tienen como protagonistas a dos mujeres que providencialmente sobrevivieron de los ataques de sus exparejas, y a pesar que las heridas no cerraron y además de tener que acostumbrarse a convivir con secuelas físicas que parecen irreversibles, intentan seguir adelante después del infierno que vivieron.

Romina Castro es una efectivo del Servicio Penitenciario y en ese ámbito laboral conoció en 2016 a Pablo "Chake" Mamaní Luzcubir, quien luego de un breve tiempo de noviazgo en abril del 2017 decidió poner fin a la relación, por los incontables hechos de violencia que sufría de parte de Luzcubir y desde ese entonces hasta que salvó su vida, vivía hostigada, perseguida, amenazada y atacada por su entonces exnovio.

Secuencia casi descripta de la misma manera que se repite en la historia de Verónica Castillo, una mujer oriunda de la ciudad de San Miguel de Tucumán, quien conoció a Gustavo "Muty" Garzón cuando éste estudiaba la carrera de radiología en esa ciudad. Convivieron varios años en la ciudad de San Pedro de Jujuy, de donde es oriundo Garzón y en abril del 2018, Castillo decidió poner fin a la relación luego de ser ferozmente atacada por parte de su entonces pareja.

En ambos casos, los informes psicológicos que realizaron los profesionales del Ministerio Público de la Acusación, los autores de los hechos dieron cuenta que tienen poca tolerancia a la frustración y salvando las distancias, la perversidad con la que actuó Luzcubir que según se supo "su personalidad es un caso para investigar con más detenimiento", Garzón tenía el mismo propósito, acabar con la vida de su exmujer.

Los funcionarios judiciales que han tenido acceso al cuantioso expediente judicial del exefectivo del Servicio Penitenciario, no logran explicarse como una persona agresiva y confesa consumidora de estupefacientes, continuara prestando servicio a la comunidad antes de intentar asesinar a Castro.

Antes del ataque de septiembre del 2017, en abril de ese año Luzcubir esperó escondido cerca de la casa de Castro hasta que ella regresara de trabajar, se abalanzó sobre ella y le propinó dos puñaladas en la cabeza.

Pero sobre el "Chake" Luzcubir también pesaron dos causas por violencia de género, donde sus anteriores parejas también lo denunciaron y el año pasado, estos expedientes fueron acumulados un solo juicio.

Con lo que se vio hasta ahora en el debate oral donde Gustavo Garzón está siendo juzgado, la suerte que podría correr sería la misma que la de Luzcubir, que según se supo no cumple condena en una celda común, sino que se encuentra alojado en uno de los predios de la Unidad Penal del barrio Alto Comedero, con un mínimo de seguridad, por haber pertenecido a la fuerza.

Gustavo Garzón se encuentra alojado en la Unidad Penal del barrio Gorriti, según se supo su conducta es buena y sobre todo trata de evitar los problemas y enfrentamientos con los otros internos. Sabe muy bien en hacer la distinción a que personas someter, humillar y golpear. Sólo practicó con mujeres.

El “después” de los ataques

La madrugada del 29 de julio del 2018 en la vivienda Nº 198 de la calle Monteagudo del barrio Ejercito del Norte de San Pedro de Jujuy, “Muty” Garzón disparó cinco veces a la humanidad de Castillo y le destrozó el cráneo con la culata del rifle calibre 22, porque el disparo que iba a la cabeza no salió, el agresor se retiró del lugar corriendo. Su padre trató de contenerlo preguntándole que había pasado, a lo que el hombre le respondió “ahí está esa tirada, me cagó la vida” y a los pocos minutos se entregó en el Cuerpo de Infantería, manifestando haberse “mandado una macana con su exmujer” y que la había matado. 

La noche del 19 de septiembre del 2017 “Chake” Mamaní Luzcubir ingresó al departamento de la calle Diagonal Este Nº 1450 del barrio Cuyaya y luego de disparar 11 veces y que cuatro proyectiles impactaran sobre la humanidad de Romina Castro, salió corriendo del lugar y escapó hacia Palpalá en su moto. A los pocos minutos llamó a casa de Castro y en tono de burla le preguntó a su madre si (Romina) ya había muerto. Estuvo prófugo y cuando se vio cercado, decidió entregarse. 

En ninguno de los casos estos hombres presentaron signos de arrepentimiento, tras los informes psicológicos y están más preocupados en contar los años que le restan para salir de prisión y no en el daño que causaron a sus víctimas.

“Condenas ejemplares” 

Quizá el destino cruce los caminos de Romina Castro y Verónica Castillo, dos mujeres están vivas sólo de milagro y que han sabido reponerse a tiempo pausado del martirio que sufrieron. Desde el lugar que hoy les toca estar (Castillo en Tucumán y Castro en nuestra ciudad) se vieron en la necesidad de comprometerse con la lucha en contra de la violencia de género y en ambas provincias ocupan lugares en movimientos para que estos casos no vuelvan a ocurrir. 

En una oportunidad, Castro le había dicho a nuestro diario que “esperaba que la Justicia no la falle” y que su victimario cumpliera una condena ejemplar. Casi con las mismas palabras Castillo dijo que “confío en la Justicia y espero una pena importante para Garzón”. 

Temas de la nota