Estar en casa es fundamental para no propagar la pandemia del coronavirus que azota al plantel. Y el deporte también lo entendió así.
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Estar en casa es fundamental para no propagar la pandemia del coronavirus que azota al plantel. Y el deporte también lo entendió así.
La suspensión total de actividades se cumple a rajatabla en Jujuy.
Sin embargo, el plantel de Gimnasia es consciente que cuando pase todo, habrá que salir a la cancha y jugarse por entero para mantener la categoría en la Primera Nacional. Por tal motivo, no baja los brazos.
El preparador físico de los “albicelestes”, Claudio Bóveda, conversó ayer con El Tribuno de Jujuy, explicando los detalles del plan elaborado para que los muchachos desarrollen en sus hogares.
“Los jugadores saben que debemos estar a la altura de las circunstancias cuando la pelota vuelva a rodar, que por cierto no sabemos cuándo será. Ellos saben el compromiso que tienen y la obligación de sacar adelante este proceso. Obvio que nos encontramos atravesando una situación difícil en general por la enfermedad, que nos limita en un montón de aspectos, pero hay que pensar en positivo”, sostuvo el “Profe”. El grupo lleva adelante un plan de entrenamientos diarios con el fin de estar en forma y que a su vez es sostenido por una dieta elaborada por la nutricionista del club, Luciana Mónaco. Y es clave porque los jugadores, acostumbrados a exigir su cuerpo, ahora se ven limitados a moverse dentro del hogar. Los kinesiólogos se encuentran trabajando para tal fin. También la idea es que controlen el peso de manera frecuente. “Están metidos en el trabajo y van a responder. Son muy buenos profesionales”, cerró Bóveda. Desde el primer día que se paralizó todo, el plantel continuó preparándose en lo físico. Es que sabe que no puede bajar los brazos ni descuidarse porque en el momento que se levante la cuarentena y el fútbol vuelva, quedarán nueve finales que deben jugarse con los dientes apretados para evitar la pérdida de la categoría. Luego será momento de analizar qué pasó para llegar a esta situación límite, con el descenso acechando y metiendo miedo.