El fútbol es pasión, es una realidad que se palpita en todos los estadios del mundo, el hincha incondicional sigue al equipo a todas partes, pero a veces los viajes tienen complicaciones.
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El fútbol es pasión, es una realidad que se palpita en todos los estadios del mundo, el hincha incondicional sigue al equipo a todas partes, pero a veces los viajes tienen complicaciones.
Tal es el caso de los simpatizantes del “decano” colombiano, que están varados en La Quiaca desde hace varios días y por ser extranjeros deben cumplir cuarentena en un comedor comunitario dependiente del municipio quiaqueño.
Su periplo comenzó el pasado 10 de marzo, cuando el grupo de hinchas se reunió en la Bombonera para asistir al partido del Independiente Medellín ante Boca Juniors por la segunda fecha de la fase grupal de la Copa Libertadores.
Desde entonces las cosas comenzaron a complicarse para los 13 colombianos.
En su regreso por tierra llegaron hasta La Quiaca, en ese momento desde el gobierno nacional se anunció el cierre de la frontera, el calendario marcaba 17 de marzo, las autoridades locales les impidieron la salida y tampoco pudieron pasar a Bolivia, que también cerró su frontera por Covid-19.
Días y noches muy complicadas les toca vivir al grupo de aficionados rojos, quienes no han podido seguir su destino y, según denunciaron fueron víctimas de algunos apremios por parte de las fuerzas de seguridad provincial y nacional con asiento en La Quiaca.
Por la emergencia sanitaria deben cumplir cuarentena, estuvieron todo un día a la intemperie, luego la comuna local tomo cartas en el asunto, antes el contingente fue controlado en el hospital Jorge Uro.
Una vez constado su estado de salud, siguen cumpliendo los 15 días de cuarentena obligatorio, la visita de los torcedores cafeteros causó miedo y opiniones encontradas entre los vecinos quiaqueños.
Por el pánico generalizado del coronavirus, el quiaqueño habitualmente amable y solidario, les dio la espalda tal cual el cuento del patito feo, fueron marginados además afloro la xenofobia.
Aunque permanecen bajo techo y tienen garantizado la comida, el encierro desespera a los hinchas que tienen ataques de ansiedad, el lugar donde están “alojados” es el único lugar por donde pueden moverse.
La policía cumpliendo las normativas provinciales no les permitió alojarse en un hotel, ni en ningún lado.
Quedará para la anécdota cuando vuelvan a su país, que una madrugada del 18 de marzo cruzaron con la “ayuda” de personas sin identificar por un paso no habilitado hacia Bolivia, pero allí fueron sorprendidos por la policía de ese país y devueltos a La Quiaca.
No todas son malas, según pudo saber El Tribuno de Jujuy en los próximos días serán trasladados hacia la ciudad de Salta, para que desde el aeropuerto “Martín Miguel de Güemes”, un avión sanitario de Colombia los lleve a esa cálidas tierras.
El partido del Deportivo Independiente de Medellín ante Boca solo un recuerdo, para los hinchas que solo quieren retornar a su lugar de origen, ahora les toco a ellos sentirse más visitantes que nunca.