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"Lo que hago yo es reinventar el trabajo artesanal"

Con técnicas heredadas y diseños renovados, Graciela Gaspar les dio color a ruanas y chales de llama.
Domingo, 29 de marzo de 2020 01:04

Con una urdimbre de conocimientos heredados, Graciela Gaspar supo darles a los tejidos que produce junto a su madre Felisa Gaspar, una impronta de diseño y color que hizo trascender los chales de fibra de llama hasta Europa a través de los turistas. No sólo fueron la fuente de sostén de la familia, sino que desde Cieneguillas, Santa Catalina, se convirtieron en eje de un emprendimiento social de incipiente desarrollo de turismo rural.

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Con una urdimbre de conocimientos heredados, Graciela Gaspar supo darles a los tejidos que produce junto a su madre Felisa Gaspar, una impronta de diseño y color que hizo trascender los chales de fibra de llama hasta Europa a través de los turistas. No sólo fueron la fuente de sostén de la familia, sino que desde Cieneguillas, Santa Catalina, se convirtieron en eje de un emprendimiento social de incipiente desarrollo de turismo rural.

Los tejidos de "Kippus" fueron seleccionados para la Bio Feria en Buenos Aires, donde expusieron con éxito en el 2019.

Produce los tejidos desde hace más de 20 años con su madre Felisa Gaspar como impulsora del proyecto que ahora los identifican como "Kippus", término quechua que usaban para contar el ganado y comunicar los lugares de pastoreo mediante nudos con lanas. "Kippus es como una red que se va haciendo, desde los tejidos, la alimentación, la economía, va vinculando todos los aspectos de la vida" , explicó la tejedora.

De hecho, contó que para producir hacen todo el proceso, desde la cría de ganado, el esquilado, el hilado, y el teñido con productos naturales. Es que a través del tejido buscó darles valor a los saberes que su madre heredó y sembró en ella y sus hermanas.

"Lo que hago yo es reinventar el trabajo artesanal que ellas hacían y que antes no era valorado. Le doy su valor manteniendo nuestra cultura, nuestra identidad y el trabajo soberano y libre que es también una forma de vivir", expresó Gaspar.

Comenzó a tejer desde los seis años, y a los 15 comenzó a hacer prendas y con los años inició estudios de diseño, poniéndose al tanto de la moda, de los colores y haciendo los propios diseños sin olvidar las tramas antiguas.

TELAR / LOS DISEÑOS Y COLORES INNOVARON LOS TEJIDOS PARA LLEGAR MÁS LEJOS.

Recordó que antes no se comercializaba porque la fibra se limitaba en los colores de la llama, negra, marrón y blanca, y que ahora le dan colores. Lo logra con tintes naturales que aseguró hace que las prendas sean únicas, y es que asumió que si bien tiñen con la misma técnica y usan cochinilla o yerbas, los tonos que surgen varían por el sol, de la cantidad de leña que atizan en el fogón y hasta del estado de ánimo.

"Les damos una impronta y diseños únicos", aseguró. A través de los turistas llegaron a Alemania y España, y hay pedidos que les hacen desde esos países, de Italia y aquí son valoradas en Salta donde participó en ferias.

De hecho, fue una de las preseleccionadas por el diseñador Benito Fernández para participar en la Feria Puro Diseño en 2019 en Buenos Aires, y aunque quedó en el camino por falencias respecto al packaging lo conocieron por cuenta propia. La oportunidad llegó cuando las prendas fueron seleccionadas para participar de Bio Feria que premia productos sustentables, a donde los llevó el proceso natural de teñido, producción, calidad y durabilidad.

En ese crecimiento también idearon abrir el emprendimiento con un fin social, y por ello sumaron a cuatro mujeres de Cieneguillas que tejen y a quienes orientan con la calidad, diseños y colores de moda. "Con el tiempo fuimos empoderando mujeres" explicó ya que hay muchas víctimas de violencia de género de modo que pudieran independizarse económicamente, ya que ellas habían podido estudiar con ese emprendimiento que incluye la cría de llamas, siembra, que vinculan con los tejidos. A través de los tejidos interesaron a la gente en llegar a Cieneguillas a conocer y eso se convirtió en un nuevo proyecto.

Creció hacia el turismo rural y comunitario 

TEJIDOS / CON VIVOS COLORES E INNOVADOS DISEÑOS CONQUISTARON A TURISTAS.

Al comercializar las prendas no lo hacían como simples ruanas o chales, sino que contaban la forma en que crían la llama, cómo la esquilan, el hilado, y quién lo hace, logrando interesar a la gente que llegaba a Cieneguillas a conocer el proceso. Eso se convirtió en un nuevo proyecto de turismo rural y se hizo comunitario que ya comenzaron a desarrollar recibiendo turistas en el pueblo.

"Si el turista puede venir, sentir las ganas de querer hacer un hilo, un hilado, le mostramos cómo hacemos con la puisca, con el telar, los tintes y cómo van quedando. Es un turismo vivencial, de experiencias, donde también aprenden a valorar lo que es la naturaleza y el trabajo que lleva", explicó Graciela Gaspar.

Comenzaron hace poco y así una vecina da alojamiento, Gaspar y su familia brindan la comida y otra familia hace el guiado a la Laguna de Pozuelos. A la hora de la comida procuran brindar alimentos saludables, con productos que ellos mismos producen, y es que Gaspar también es nutricionista y puede desarrollar en el proyecto todos sus conocimientos. "También se da esa impronta de valorar nuestras comidas, los alimentos que disponemos", explicó relatando que usan quinua, albahaca del invernadero y queso de cabra, buscando siempre lo saludable. Es que sueña con ayudar a la gente del pueblo, 400 almas donde aún pesa el alcoholismo.