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De cantar en la calle a triunfar en los grandes escenarios

Fue el puntapié para que el jujeño José Martínez llegue a Cosquín, Jesús María y EEUU. A su vez grabó para Calle 13.
Domingo, 08 de marzo de 2020 01:03

¿Quién alguna vez no soñó conocer a grandes artistas y hasta incluso compartir escenario con ellos? El jujeño Horacio José Martínez siempre fue un apasionado de la música folclórica y nunca hubiera imaginado tocar para artistas como Mercedes Sosa o rendir homenaje al músico Gustavo Santaolalla, ganador dos veces del premio Oscar.

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¿Quién alguna vez no soñó conocer a grandes artistas y hasta incluso compartir escenario con ellos? El jujeño Horacio José Martínez siempre fue un apasionado de la música folclórica y nunca hubiera imaginado tocar para artistas como Mercedes Sosa o rendir homenaje al músico Gustavo Santaolalla, ganador dos veces del premio Oscar.

Cuando era estudiante de licenciatura en Guitarra, en la Universidad Nacional de Cuyo (UNC) de Mendoza, diariamente salía a correr al parque, se ponía sus auriculares y empezaba a sonar la música de Calle 13. Nunca esperó que luego de unos años, el mismo René Joglar, más conocido como "Residente", lo llame para grabar en su estudio, ubicado en Nueva York, EEUU, país donde actualmente vive el jujeño.

Si nos preguntamos ¿cuál fue el inicio para lograr sus metas?, a sus 39 años de edad, afirma con total seguridad que la clave es: hacer lo que uno ama y poner siempre todo el esfuerzo. Asegura que la situación económica y el lugar en donde uno viva, no es sinónimo de éxito.

Un carro de huevos, un viaje

No hay dudas de que los inicios no son fáciles y nadie se convierte en músico de un día para otro. Allá, por el año 1998, la provincia no contaba con una vasta oferta de géneros musicales y ese fue el motivo para que el talentoso Horacio decidiera buscar otras proyecciones en Buenos Aires.

Sin embargo, concretar ese viaje no fue nada fácil para él, en esa época, el país atravesaba una difícil situación económica y a sus padres se les hacía complicado ayudarlo. Pese a ello, lo apoyaron en cada paso de manera incondicional.

Sin dejarse caer y luego de finalizar la secundaria, el jujeño decidió preparar un carrito y vender huevos para recaudar dinero. También recuerda que acudió a la Municipalidad capitalina para que le colaboren en ese gran paso que daba en su vida. "Cuando viajé fue realmente muy duro porque la adaptación de un chico de Jujuy que llegaba a Buenos Aires fue difícil, desconocía todo", relató.

Paralelamente, tocaba y cantaba en un grupo de la Unesco, "Música Esperanza", realizando giras y grabando discos con su grupo.

Hacer arte bajo tierra

Ya instalado en la gran capital cosmopolita de Argentina y, acompañado de su vocación por los acordes, empezó a desplegar su arte bajo tierra.

Las diferentes líneas de subte fueron testigo de su constancia por sobrevivir de lo que más lo apasionaba. Como todo músico callejero, se ubicaba en un lugar, dejaba su estuche abierto en el piso y desplegaba su talento para quienes se quedaban a escucharlo.

Y es que esta inolvidable experiencia no hubiera sido posible sin la ayuda de su gran amigo, Tomás Ríos, hijo del cantante jujeño Tomás Lipán, quien en aquella época le prestó un amplificador y un micrófono para que de alguna manera él pudiera "defenderse" con su arte.

De la calle a los festivales

No fue hasta el año que decidió abrirse camino para perfeccionarse en la UNC de Mendoza, donde además de pulir su técnica y mejorar sus dotes artísticos, tocó junto al grupo Markama, entre otros.

Ya instalado en la ciudad, recuerda que lo primero que decidió hacer fue sentarse en la vereda y hacer sentir al público las melodías de su guitarra.

Así fue que empezó a relacionarse con nuevos amigos y músicos que con el tiempo lo llevarían a conocer otros lugares.

Los frutos de su esfuerzo empezaban a dar señales. Mientras cantaba en el coro universitario le ofrecieron dar clases de guitarra en un Instituto ubicado en el pueblo conocido como Rodeo del Medio. De esa manera empezó a compartir sus conocimientos y dotes a quienes tenían la misma pasión por la música y sus diferentes géneros.

Jujeño que no olvida sus raíces

EN LA ENTREGA DEL "HONORIS CAUSA"/ EL JUJEÑO HORACIO MARTÍNEZ DANDO UN AFECTUOSO SALUDO A GUSTAVO SANTAOLALLA

En un tramo de la entrevista, Horacio Martínez dejó en claro que lleva en su sangre todo el amor y respeto por la música y cultura de su tierra natal. Orgulloso cuenta que, pese a que es una persona que constantemente se encuentra recorriendo países del mundo, nunca perdió su acento jujeño, “estoy permanentemente identificado con nuestra cultura a cualquier lado que vaya”, contó.

Aprovechar la educación

Si bien, no niega que su carrera estuvo llena de desafíos y que con esfuerzo pudo salir adelante, resaltó que todos sus logros se los debe a la educación de su país. “Tenemos la dicha y gracia de poder ir a una universidad pública y gratuita. Con mi formación viajé y conocí a grandes artistas argentinos”, dijo al aconsejar que cualquier argentino que decida viajar por el mundo aproveche al máximo la educación de su país, ya que a diferencia de otros, no gozan de una educación gratuita.

Al finalizar la entrevista con nuestro medio, comentó que volver a su provincia siempre estuvo en sus planes, por lo que estima que en el mes de abril arribe a su hogar para revivir recuerdos y el amor con sus familiares y amigos.

Frutos de su carrera

Actualmente el jujeño Horacio Martínez comparte su talento en canto y guitarra en la iglesia Saint Peter´s Church de Manhattan y recientemente, en la misma ciudad, actuó en las Naciones Unidas. Su amplia carrera le permitió lanzar en 2019 un disco llamado “De Jujuy a Brooklyn”, un trabajo donde plasmó su camino y recorrido de la música del género jazz. Luego, presentó su segundo material, “Machado” compuesto por música folclórica de jazz, fusionada con raíces africanas. 
En Argentina, actuó en festivales como Cosquín, Jesús María y en el Teatro Colón. También se prepuso conocer otras culturas y géneros musicales por lo que eligió vivir un tiempo en Brasil y luego arribó a Estados Unidos, donde tuvo la posibilidad de grabar para diferentes artistas de renombre.

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