Forman parte de la enorme economía informal argentina. No se manejan con tarjetas. No tienen home banking ni banca móvil. En tiempos normales, en los primeros días de cada mes, se los veía hacer colas para pagar sus facturas de impuestos y servicios en efectivo. Pero todo cambió al llegar la cuarentena obligatoria generalizada por el coronavirus. Ahora las facturas de abril empiezan a acumularse, los vencimientos se acercan y los no bancarizados se desesperan al no encontrar, cerca de su lugar de aislamiento, locales que les acepten billetes para pagar la luz, el gas, el agua, el cable, el ABL y otras boletas básicas.
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Forman parte de la enorme economía informal argentina. No se manejan con tarjetas. No tienen home banking ni banca móvil. En tiempos normales, en los primeros días de cada mes, se los veía hacer colas para pagar sus facturas de impuestos y servicios en efectivo. Pero todo cambió al llegar la cuarentena obligatoria generalizada por el coronavirus. Ahora las facturas de abril empiezan a acumularse, los vencimientos se acercan y los no bancarizados se desesperan al no encontrar, cerca de su lugar de aislamiento, locales que les acepten billetes para pagar la luz, el gas, el agua, el cable, el ABL y otras boletas básicas.
Las omnipresentes redes como Pago Fácil, Rapipago o CobroExpress, con sus miles de puntos de atención en todo el país? También dejaron de ser una opción para quienes sólo tienen billetes porque sus locales propios tienen la persiana baja y los comercios adheridos a esas redes, en caso de estar abiertos y en su gran mayoría, hoy sólo aceptan pagos con tarjeta de débito.
Muchos, por último, se habían habituado a pagar impuestos y servicios electrónicamente con “billeteras virtuales” como MercadoPago y Ualá. Pero su uso también se volvió problemático en cuarentena para los no bancarizados porque este público dependía de Pago Fácil y Rapipago para poder cargar, entregando billetes, el saldo con el que luego abonaban las facturas.
En este marco, desde las principales empresas de servicios admiten que por ahora no hay solución para los pagos de estos clientes, más que “pedir prestado a alguien la tarjeta o el home banking” (hablan de promover la "solidaridad digital") o bien esperar al fin de la cuarentena, amparándose en el decreto que impidió los cortes de servicios esenciales para sectores postergados que adeuden hasta tres facturas.
Tampoco hay todavía respuestas concluyentes sobre si se aplicarán o no los recargos por pago fuera de término. "Todo se va analizando día a día -dicen en otra compañía-. Esperamos que después de Pascuas se vaya normalizando la situación".
Fuente: Clarín