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25 de Abril,  Jujuy, Argentina
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Gran manifestación de fe a través de las cañas

Este año, debido a la pandemia, el Domingo de Ramos fue diferente. Aún así, los sikuris no dejaron de tocar en sus casas.

Domingo, 12 de abril de 2020 00:00
SANTA ROSA DE LIMA. LA BANDA DE SIKURIS OFRECE SUS CANCIONES A LA "MAMITA DEL CERRO" DESDE UNA TERRAZA DE PURMAMARCA

Otrora, la familia cristiana en días antes y sobre todo en Domingo de Ramos, se habría dirigido hacia Tumbaya, a 49 km de la ciudad de San Salvador de Jujuy, para revivir una de las manifestaciones de fe más arraigada en la tradición religiosa de Jujuy.

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Otrora, la familia cristiana en días antes y sobre todo en Domingo de Ramos, se habría dirigido hacia Tumbaya, a 49 km de la ciudad de San Salvador de Jujuy, para revivir una de las manifestaciones de fe más arraigada en la tradición religiosa de Jujuy.

Este año, no pudo ser algo mucho más fuerte que la voluntad de expresar la devoción ha obligado no sólo a Jujuy, sino al mundo entero a parar su constante movimiento, cambiar sus actividades y suspender conmemoraciones y fiestas.

Un dolor que aqueja a todos los humanos ha trastocado los espíritus y cada uno de ellos, ruega en su lengua y bajo su religión que pronto vuelva la normalidad.

SIKURIS EN EL RECUERDO. LOS DEVOTOS SUBIENDO POR LA AGRESTE GEOGRAFÍA JUJEÑA

Pero el jujeño, como lo ha demostrado a lo largo de su historia y desde sus antepasados, jamás se ha doblegado y aún cuando la situación ha impedido la reunión y la manifestación de fe, cada devoto desde su lugar de aislamiento ha hecho llegar su oración y sus sones a la "Mamita del Cerro". Que esta vez, también ella se mantiene en su urna, pero es su imagen, no su amor. Ella está en los corazones de quienes creen en su magnífica bondad, poder e intercesión.

Un traer a la memoria

Es importante mantener el recuerdo vivo de cada vez que los peregrinos subieron hacia el Abra de Punta Corral, al Santuario, donde según se relata apareció la Virgen de Copacabana. Un hermoso lugar que se encuentra a 22 km de Tumbaya en plena puna jujeña y a 3.700m sobre el nivel del mar. Qué lindo es recordar, a la santa imagen traída en andas, desde las alturas, por muchísimos promesantes, peregrinos que parten varios días antes para buscarla.

CON SUS PRENDAS INDENTIFICARIAS. EL CONJUNTO DE SIKURIS QUE AÑO TRAS AÑO, MANIFIESTA SU DEVOCIÓN A LA VIRGEN DE COPACABANA DE PUNTA CORRAL

Entre ellos, miles de jóvenes, familias completas y personas adultas, mayores de edad, que aunque se les dificulte; ascienden gracias a su fe por diferentes senderos de la montaña. Esta zona de Jujuy se caracteriza por tener un clima muy austero sobre todo durante la época de Semana Santa; aún así, esas miles de personas parecen olvidar el calor abrasador de las horas de la tarde y el frío inconmensurable de la eterna noche. Ellos sólo tienen en mente su promesa y su devoción hacia la Virgen y hacia Dios.

La emoción de los sikuris

Hablar de sikuris es hablar de verdadera manifestación de fe. Porque ellos, entre las notas divinas que emanan sus cañas o sikus, ruegan a la "Mamita del Cerro" fortaleza para poder continuar con este designio de seguir tocando al cielo, agradeciendo y alabando con su espíritu religioso pleno de fe y esperanza infinita a la Virgen, a su protectora, a su madre.

"MAMITA DEL CERRO" LA SAGRADA IMAGEN QUE TODOS VENERAN, ESTE AÑO NO SALDRÁ DE SU SANTUARIO

Preparando la llegada de la sagrada imagen, se escucha y luego se ve una interminable estela de sikuris, que vienen bajando desde el cerro, cruzan el río y llegan al pueblo, en sus coloridos trajes, según la banda a la que pertenecen, con sus estandartes y canciones, integradas por hombres mayores, jóvenes, mujeres y hasta niños; tal es la devoción que quien se ha llegado alguna vez en Domingo de Ramos, ya sea descendiendo con la Virgen desde el abra o esperando en el pueblo de Tumbaya, ha visto conmovido su corazón y espíritu; porque no existe en el mundo, manifestación igual que aquella.

IGLESIA DE TUMBAYA. UNO DE LOS LUGARES EMBLEMÁTICOS Y SAGRADOS DE SEMANA SANTA

Al oír esos sonidos, parece sentir que la tierra y el cielo se unieran en una comunión espiritual que bautiza a todos los allí presentes, elevando plegarias al firmamento para conseguir la redención. Esta vez no pudo ser, pero aún así los sikuris no se quedaron en silencio, porque en la quietud y parate del mundo se oyó más de una caña elevar su plegaria al cielo, en honor a la "Mamita del Cerro".