Una pascua distinta, debido al aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus, tuvieron los fieles en sus hogares, escuchando el mensaje religioso a través de la televisión, radio y redes sociales.
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Una pascua distinta, debido al aislamiento obligatorio por la pandemia de coronavirus, tuvieron los fieles en sus hogares, escuchando el mensaje religioso a través de la televisión, radio y redes sociales.
Así se vivió hoy en casi todo el mundo la celebración litúrgica más destacada de Semana Santa y, en la capital jujeña la misa de Domingo de Pascuas, estuvo encabezada por el Monseñor Daniel Fernández.
Llegada a las 10 empezaron a escucharse los cánticos y oraciones para dar inicio a la misa, momento en que el obispo se refirió a la emergencia sanitaria que atraviesa casi todo el mundo y dio un mensaje de esperanza, unión y fortaleza. A su vez, expresó que “muchos de los fieles están en sus casas, encerrados y pensaba en los días siguientes a la muerte de Jesús, los apóstoles también estaban encerrados. En ése entonces no era por el virus, sino por el miedo a los judíos, por el miedo a que le hicieran correr la misma suerte que había vivido nuestro señor a morir en la cruz” y continúo diciendo que a ellos no les preocupaba el virus pero si el temor a la muerte, “al igual que a nosotros, con esta enfermedad nos asusta el miedo y la preocupación de las muertes que vemos rondar en algunos países con mucha crudeza y fuerza”.
En su alocución añadió que en medio de todo ese acontecimiento, “apareció la buena noticia y algunos apóstoles se animaron a salir y acompañar al señor a quien todavía creían muerto y, al ver la tumba vacía creen en la palabra de Jesús, que les había dicho que no iba a quedar sujeto a la muerte, sino que al tercer día volvería a la vida”.
“Este es el mensaje que tiene que llegar a nuestros corazones y a nuestras vidas, esas vidas que están recluidas en este momento por el temor, el temor a la muerte porque nos muestra el límite de esta vida humana. Pero ahí es donde tenemos que hacer brillar la esperanza y la fe de la resurrección”.
En este sentido, llamó a las personas a volver a pensar en estas Pascuas “si realmente hemos resucitado con Cristo, qué futuro nos estamos construyendo. El futuro que queremos construir es esa casa o mansión eterna en el cielo que vamos edificando con amor y con lo que damos a los demás”.