El ser humano con su capacidad de sobrevivir y adaptarse ha logrado superponerse a cuanta adversidad se le ha puesto por delante.
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El ser humano con su capacidad de sobrevivir y adaptarse ha logrado superponerse a cuanta adversidad se le ha puesto por delante.
La necesidad no hace más que dar paso libre a la creatividad, la improvisación y la esperanza. Esperanza en algo mejor que vendrá.
Cambiar. Esa es la consigna, cambiar y adaptarse. Seguir viviendo.
Ninguna circunstancia va a arruinar nuestra vida si lo permitimos. Ideas que vienen a nuestra mente para ponerlas en práctica.
Es así que los restaurantes o cafés que no pueden vender o servir en sus locales hacen comida por encargo y la mandan con un servicio de entrega personalizado. También las librerías y otras tiendas mandan pedidos por internet.
Las clases presenciales son imposibles en estos meses pero la imaginación y el internet nos han llevado a tener que dar clases por skype o zoom. Muchas veces los resultados no son los esperados, pero seguimos dando clases y seguimos aprendiendo.
Una reunión de amigos también es posible con estas posibilidades. Desde nuestra casa y encendiendo la computadora y compartiendo un café, té o un trago podemos hablar con nuestros amigos al mismo tiempo y compartir como si estuviéramos en un bar o restaurant. ¡Nada puede detener nuestra comunicación!
Quizás los músicos sean uno de los grupos más afectados por el confinamiento. De pronto todos los conciertos y representaciones se han visto canceladas por tiempo indefinido.
¿Cómo sobrevivir y sobretodo, hacer música juntos? Pues han aparecido, o, mejor dicho, hemos echado mano a la técnica y a los medios que ya estaban allí pero que no habíamos incorporado porque la necesidad aún no estaba allí.
Pero ahora, no nos queda otra que recurrir a versiones “enlatadas” o grabadas sin contacto humano alguno. Gracias a la técnica, al internet y a algún amigo que nos da una mano, publicamos videos, hacemos “streaming” o transmitimos en vivo por los medios sociales con la única ayuda de nuestra computadora o del teléfono móvil y su modesta pero efectiva cámara.
En particular, un concierto mío de Semana Santa en Londres se pospuso para la segunda mitad del año. Mi ensemble se llama El Parnaso Hispano y lo he fundado en Londres, con tres cantantes profesionales. Nos dedicamos a la música barroca latinoamericana, famosa por sus composiciones polifónicas en castellano y en idiomas de los indígenas, como el quichua y el náhuatl o guaraní.
Precisamente necesitábamos mandar una grabación de un ensayo o concierto para un festival internacional que va a tener lugar en Londres este año, pero el coronavirus llegó y no pudimos reunirnos para ensayar o cantar juntos. De tripas corazón y a hacer lo que se puede, o lo que no se puede.
Total, echando mano a un programa para grabar y mezclar voces pudimos crear un audio y un video para mandar al jurado del festival de Londres.
Ahora, también para el querido público de El Tribuno, una premiére de cómo hacer música en los tiempos del corona virus.
Si vamos a youtube, podemos visualizar dentro del canal del profesor John Sloboda, quien es profesor de la Guildhall music school de Londres, uno de los centros de enseñanza musical más importantes de Europa y que es miembro y colaborar de El Parnaso Hispano.
Buscamos dentro de su canal “Hanac Pachap kusikuinin” y allí podremos escuchar esta versión, de la que también invitamos al público jujeño a ser jurado y decidir si le gusta.
Esperamos que luego de la cuarentena y confinamiento la situación vuelva lentamente a la normalidad. O quizás, ahora que hemos aprendido a sobrevivir en este tiempo de encierro, podamos disfrutar de la creación, difusión y distribución de servicios u objetos a través de la red.
Lo cierto es que una vez más, nuestra capacidad de supervivencia no nos ha detenido y hemos seguido creando, haciendo, viviendo y aprender a ser felices desde este lugar y en este momento.