Patricia Robledo es una de las iniciadoras del grupo terapéutico "Alas para vivir" en la Fundación "Ars Médica", y es que en el 2013 cuando le diagnosticaron cáncer de mamas, nunca bajó los brazos y tomó una actitud positiva. Se enorgullece de ayudar a otras mujeres a que afronten la enfermedad con fortaleza y desmitificar el "halo de muerte" al que se asocia el cáncer.
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Patricia Robledo es una de las iniciadoras del grupo terapéutico "Alas para vivir" en la Fundación "Ars Médica", y es que en el 2013 cuando le diagnosticaron cáncer de mamas, nunca bajó los brazos y tomó una actitud positiva. Se enorgullece de ayudar a otras mujeres a que afronten la enfermedad con fortaleza y desmitificar el "halo de muerte" al que se asocia el cáncer.
La enfermedad le llegó en el 2013 cuando se la diagnosticaron en uno de los controles y significó un llamado de atención para su agitada vida de docente de nivel secundario y terciario. El diagnóstico marcó un cambio que le permitió disfrutar muchos aspectos de la vida.
"Nadie atraviesa una crisis de esa manera sin que aprenda. No me asusté, confié en los médicos, en Dios, soy creyente, me sirvió mucho y pensé que tuve suerte de enfermarme en esta época donde la ciencia pueda curarme", recordó y aseguró que decidió llevar adelante todo con la mejor actitud.
"Hay momentos en que uno siente el impacto de la enfermedad, pero siempre trataba que fueran cortos, ponerle ganas, buscaba hacer cosas que me sacaran de ese sentimiento negativo", recordó. Así comenzó a disfrutar de una caminata, volver a la lectura, placeres que con el trabajo había dejado de lado y se propuso nunca dejar de ser ella misma y no dejarse abatir por la enfermedad.
Es que transitó por todo lo conocido, la quimioterapia, malestares, desgano y al final dolores articulares, pero reconoce que fueron cortos, sin vómitos y buscaba siempre reponerse, levantarse, arreglarse y seguir. "No digo que es fácil pero la voluntad a veces mueve montañas, depende de nosotros y de la gente que nos rodea, que es también muy importante", afirmó y recordó que ayudó la familia, sus dos hijos, su esposo y su madre que vivía con ellos.
Siempre buscó un ritmo normal, sin hablar del tema en forma recurrente, pese a que a veces la familia no sabe cómo reaccionar, pero llevarlo de ese modo para ella era positivo. Previamente había pasado por la cirugía que fue leve, rayos y esperaba la quimio en forma optimista y tomarla como una posibilidad de curarse; y luego siguió los controles cada tres meses y posteriormente cada seis sin que le pesen.
No obstante, al culminar los estudios con una señora que siempre la invitaba a reuniones, decidieron crear un grupo para acompañar a las pacientes oncológicas y a las familias, animarlas y contenerlas desde sus experiencias. Es que había mucho miedo al cáncer por lo que al abordarlas se presentaban como pacientes oncológicas, y compartían sus vivencias en cada paso, con la caída del cabello y la quimio, para transmitirles que también pueden estar bien.
"Es una forma de que esas personas tuvieran esperanza y fe que se pudieran curar, sé que lamentablemente hay casos que no", explicó. Allí tenían talleres de teatro, tejidos, turbantes, caminatas, festejaban cumpleaños y fin de año, "porque siempre teníamos el lema, que hay que celebrar la vida y de tener la posibilidad de hacer un tratamiento y curarse".
"Hay muchos mitos alrededor del cáncer, el primero que hay que desterrar es eso de que el que tiene cáncer se muere", reflexionó. Por ello insisten en la prevención y en los controles, y lo hacían en charlas en colegios secundarios, para poder llegar a tiempo, por lo que al final les decían que habían tenido cáncer, lo que generaba que muchos recomienden a sus madres hacerse una mamografía por ejemplo, y desterrar la creencia de que "eso le pasa a otros".
Aunque quiso alejarse del grupo en un momento, entendió que ayudar en esto pudo ser uno de los "porqués" de su tránsito por la enfermedad y continúa con el desafío. Aspira con sus dos compañeras, con las que inició esa idea, renovar actividades para seguir transmitiendo que sí se puede superarlo. "Nos tocó y nos curamos, si salimos de esto bien, sentimos la necesidad y el compromiso de ayudar a quien está pasando esto", finalizó.
Es clave la mamografía
Para hablar de cáncer de mamas BEl Tribuno de JujuyP contactó a la médica oncóloga de la Fundación “ARS Médica” Graciela Berlingieri quien hizo hincapié en que la enfermedad de gran incidencia en mujeres de Jujuy se puede prevenir con mamografías anuales disponibles.
“El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres en todo el mundo, y es muy importante el tema de la prevención, más que nada de la prevención precoz”, explicó la especialista.
Planteó que es clave la mamografía, que se deben realizar a todas las mujeres a partir de los 40 años, una vez por año a menos que tenga algún antecedente familiar de cáncer de mama, madre, hermana. Debe realizarse en edad más temprana; 10 años antes de la edad en que tuvo cáncer su familiar.
Cuando son jóvenes se debe complementar con ecografía, porque la mama es densa y tiene un límite de resolución. Los resultados de ambas deben ser evaluados por el ginecólogo o el mastólogo, porque suele complementar con ecografía o magnificación.
“Depende qué tan avanzada o localizada esté la enfermedad es el tratamiento, en general el tratamiento de elección es la cirugía. Puede ser una cirugía conservadora sacar un cuadrante y conservar el resto y en ocasiones no se puede conservar y se hace mastectomía, se saca toda la mama”, precisó.
Las otras herramientas son la radioterapia, un tratamiento local donde se conserva la mama para proteger el resto. También se hace en pacientes a quienes se les sacó la mama si hay compromiso ganglionar para evitar que la enfermedad vuelva.
@Normal:Otra de las herramientas para el control del cáncer es la quimioterapia; y la hormonoterapia, pastillas cuando estudios del tumor determina presencia de receptores hormonales, y las pueden tomar por años.
@Normal:“Si la paciente fue operada y la enfermedad fue limitada a la mama, tiene todas las chances de curarse”, dijo. En otras circunstancias la enfermedad dio ramificaciones, metástasis, que puede afectar pulmones, hueso, hígado, cerebro y el tratamiento será paliativo pero no de curación, aunque tiene sobrevida larga. “Esto cuando llegamos tarde”, explicó y por ello es clave hacer la mamografía, tanto como el papanicolau para evitar el cáncer de cuello uterino, de modo de llegar a diagnóstico temprano en ambos casos.
@Normal: PERIOD=[lalfaro / rherrera]