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Bolsonaro echó al ministro de Salud tras la pulseada

Luiz Henrique Mandetta estaba a favor del aislamiento mientras que el presidente llamaba a seguir trabajando.

Viernes, 17 de abril de 2020 01:03

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expulsó ayer del Gobierno al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, en medio de una crisis por la gestión para combatir la pandemia de coronavirus, que ya dejó casi 2.000 muertos en en ese país.

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El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, expulsó ayer del Gobierno al ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, en medio de una crisis por la gestión para combatir la pandemia de coronavirus, que ya dejó casi 2.000 muertos en en ese país.

"Acabo de escuchar del presidente Jair Bolsonaro el aviso de mi expulsión del Ministerio de la Salud", informó Mandetta en sus redes sociales, tras reunirse con el presidente en el Palacio del Planalto.

Un médico del sector privado llamado Nelson Teich, amigo de Bolsonaro y sin experiencia en la administración pública, fue el elegido para reemplazar al saliente funcionario.

Bolsonaro se enfrentó con Mandetta, del conservador partido Demócratas, por haberse adherido a las políticas de distanciamiento social y cuarentenas impulsadas por gobernadores e intendentes y recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), contra la opinión del presidente.

Anuncio de nuevo ministro

En medio de cacerolazos en decenas de ciudades que pedían su renuncia, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció luego en cadena nacional al oncólogo del sector privado y amigo personal Nelson Teich como nuevo ministro de Salud de Brasil, tras haber expulsado del cargo a Luiz Mandetta por las diferencias que tenían sobre cómo enfrentar el coronavirus.

"En forma gradual debemos abrir el empleo en Brasil. La gran masa de humildes no puede quedarse en casa. El Gobierno no tiene cómo mantener este auxilio de emergencia por mucho tiempo", dijo Bolsonaro en cadena nacional en el Palacio del Planalto e insistió en su visión sobre cómo enfrentar al Covid-19.

Además, describió la salida de Mandetta como un "divorcio consensuado". "La economía debe volver a la situación más normal posible porque, además de la vida, nos preocupa el empleo", afirmó Bolsonaro. El mandatario, asimismo, destacó que su Gobierno "no es una fuente de socorro eterno" para los gobernadores e intendentes, quienes, como Mandetta, defendieron las medidas de distanciamiento social, recomandadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Nunca me consultaron sobre lo que iban a hacer pero el precio será alto. Si exageraron en sus medidas, no les pasen la factura al Gobierno ni a nuestro sufrido pueblo", afirmó Bolsonaro. El excapitán dijo que "jamás" pecará "por omisión" y afirmó que Brasil "volaba en la economía en el último trimestre" de 2019, aunque el PBI del año pasado terminó con un crecimiento de apenas un 1,1%. "Jamás mandaría a detener gente que esté en las calles, jamás bloquearé derechos fundamentales de los ciudadanos, quien tiene poder de decretar el estado de sitio es el presidente y no el gobernador o el intendente. El exceso agravará el problema", subrayó. En medio de esta pulseada política, el Ministerio de Salud anunció 188 nuevos muertos en un día y subió el número total de fallecidos a 1.924, con 30.425 casos positivos en todo el país.

Chile supera las cien muertes

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció ayer que enviará al Congreso un proyecto de ley que endurece las sanciones contra las personas que no cumplan con las normas de seguridad sanitaria que impuso su Gobierno para mitigar los efectos de la pandemia del coronavirus, que ha dejado más de 8.000 infectados y 105 fallecidos. El mandatario afirmó que esta iniciativa busca “hacer más severas y más duras las sanciones de aquellos que no cumplen con las disposiciones y normativas sanitarias. Y muy especialmente contra los que han reincidido”.

Piñera informó también que este nuevo proyecto de ley buscará que las personas infractoras sean sancionadas entre otras medidas con prestación de servicio comunitario. “Dentro de las nuevas penas va a estar el que tengan la obligación de prestar servicios comunitarios. Por ejemplo: que puedan ir a trabajar a los consultorios, a los hospitales, para colaborar a proteger la salud de todos nuestros compatriotas”, agregó. Aseguró que la actitud de las personas que no cumplen las medidas sanitarias es “no solamente ilegal e irresponsable”, sino también “inmoral” porque pone “en riesgo la vida de otros compatriotas”.

Por otra parte, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, reconoció que “las peores proyecciones (sobre el coronavirus en Chile) no se han dado, pero también es cierto y en esto hay que ser muy cauto, muy prudente, que lo más complejo, lo más difícil todavía está por delante, porque en los meses de invierno se van a sumar los otros virus y enfermedades respiratorias”. Blumel recomendó, durante una entrevista con radio Cooperativa seguir “de forma estricta” las medidas sanitarias que implementa el Gobierno. Por su parte, en la habitual conferencia de prensa en el Palacio de la Moneda, el ministro de Salud, Jaime Mañalich, anunció que desde el próximo lunes entregarán, de forma digital, un carnet para identificar a las personas curadas de coronavirus.

Bolivia recurre al BM y al FMI para cubrir la emisión de bonos sociales

El gobierno boliviano anunció ayer que negocia con el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) para cubrir la emisión de distintos bonos sociales destinados a contener las emergencias por el Covid-19. “Una buena parte de los bonos se está negociando con el Banco Mundial”, mientras que “se están solicitando 320 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional, sin condicionamiento de ningún tipo”, dijo el ministro interino de Economía de Bolivia, José Luis Parada, en una rueda de prensa en La Paz, de la que informa EFE.

Parada señaló que esta es una medida que están asumiendo varios países de la región latinoamericana a través de sus carteras de Economía, dado que “ningún país” está preparado para correr por sí mismo con los gastos por la pandemia por el coronavirus. El ministro remarcó que entes de financiación internacional como el BM y el FMI son “conscientes de todo este reclamo de todos los ministros de economía de latinoamérica” y la necesidad de los países de recurrir a créditos y donaciones.

Bolivia dispondrá alrededor de 574 millones de dólares para el pago de distintos bonos sociales de emergencia a causa de la pandemia, que se prevé beneficien a una gran parte de la población que carece de ingresos fijos, ancianos, estudiantes de primaria y secundaria, y mujeres gestantes. A esto se suma un monto de dinero que asignó el Gobierno de transición para las familias de menos recursos, con la finalidad de que puedan costear los gastos básicos de alimentación. “El Gobierno lo que está haciendo es recurrir a todos los recursos que la ley le franquea”, mencionó Parada, quien precisó que los recursos provenientes de fondos de organismos internacionales serán manejados con “transparencia” y se inscribirán en el Presupuesto General del Estado.

La pandemia ha provocado, según se informó oficialmente, 29 muertes y 441 casos de contagios confirmados, por lo que esta esta semana el gobierno decidió extender hasta fin de mes la cuarentena, que se había anunciado que finalizaría el miércoles. Frente a este cuadro, se resolvió que el mayor hotel de La Paz, el Real Plaza, fue alquilado por el gobierno para que se utilice como un centro de aislamiento para casos leves y sospechosos de coronavirus. El “hospitel”, como se le denomina, es conocido en la ciudad como antiguo Radisson, cuenta con 319 habitaciones en quince plantas, en las que está previsto que durante un año pueda acoger si fuera necesario a unos 14.000 posibles contagiados por Covid-19, a un costo estimado en un millón y medio de dólares, a unos catorce dólares por paciente al día.

El ingreso se realiza por un túnel de desinfección con vigilancia policial. La región de La Paz es una de las más afectadas, con 11 fallecidos y 101 casos, muchos de ellos en el área metropolitana de la ciudad y la vecina urbe de El Alto, que suman cerca de dos millones de habitantes de los 11 millones que tiene Bolivia.