La Universidad Nacional de Jujuy concretó la entrega de 2.500 kilos de comestibles no perecederos destinados a los merenderos y comedores a cargo de la parroquia de Yuto, localidad ubicada a 174 km de San Salvador de Jujuy. Esta pequeña ciudad, centro de una zona productora de frutas y legumbres, se encuentra doblemente acosada por el coronavirus y también por los crecientes contagios del dengue, ya que la región es un hábitat ideal del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad. La entrega estuvo a cargo del rector de la Unju, Rodolfo Tecchi, el secretario general Edgardo Aramayo, el secretario académico Mario Bonillo y Pablo Torres.
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La Universidad Nacional de Jujuy concretó la entrega de 2.500 kilos de comestibles no perecederos destinados a los merenderos y comedores a cargo de la parroquia de Yuto, localidad ubicada a 174 km de San Salvador de Jujuy. Esta pequeña ciudad, centro de una zona productora de frutas y legumbres, se encuentra doblemente acosada por el coronavirus y también por los crecientes contagios del dengue, ya que la región es un hábitat ideal del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad. La entrega estuvo a cargo del rector de la Unju, Rodolfo Tecchi, el secretario general Edgardo Aramayo, el secretario académico Mario Bonillo y Pablo Torres.
La mencionada donación fue recibida en Yuto por los sacerdotes responsables de la Parroquia local, quienes a su vez la derivarán a los distintos espacios sociales que gestionan con el objetivo de reforzar la condición alimentaria de niños y adultos en situación de vulnerabilidad, explicaron los religiosos al tiempo que agradecieron el gesto de la casa de altos estudios de Jujuy.
Vale destacar que en la localidad de Yuto funciona una sede de la Escuela de Minas "Dr. Horacio Carrillo" desde hace dos años, razón por la cual se consideró oportuno que la Unju llegase con su aporte a ayudar en la crítica situación generada por la situación sanitaria y económica. La propuesta solidaria, informó el secretario general de la Unju, Edgardo Aramayo, pudo hacerse realidad en función de muchos aportes, donaciones y un gran compromiso social de miembros de los cuatro claustros de la universidad jujeña.