Ayer, en medio de un clima en el que mundo reflexiona, y después de haber luchado mucho aferrándose a la vida, falleció el maestro Felipe Fidel Amante, un prolífero creador de formaciones musicales. Le dejó mucho a Jujuy, a su cultura, a su arte musical y a sus alumnos (miles que pasaron por las distintas formaciones musicales que fundó y dirigió a lo largo de toda su vida).
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Ayer, en medio de un clima en el que mundo reflexiona, y después de haber luchado mucho aferrándose a la vida, falleció el maestro Felipe Fidel Amante, un prolífero creador de formaciones musicales. Le dejó mucho a Jujuy, a su cultura, a su arte musical y a sus alumnos (miles que pasaron por las distintas formaciones musicales que fundó y dirigió a lo largo de toda su vida).
La más resonante de sus creaciones fue sin dudas la Orquesta Sinfónica de Instrumentos Andinos, que hace 30 años despertaba interés por su modalidad. Él se había propuesto demostrar y lo hizo con creces, que los instrumentos de nuestra región podían ejecutar cualquier pieza de música clásica. Esta famosísima orquesta recorrió encuentros y escenarios nacionales e internacionales y dejó a nuestra provincia sintiéndose orgullosa de generaciones y generaciones de músicos que se pusieron bajo su dirección desde niños.
El sueño de la Orquesta Sinfónica de Instrumentos Andinos vio la luz en el año 1992 En el año 2016 recibió el nombramiento de Ciudadano Ilustre y personalidad de la Cultura en la Provincia de Jujuy. Felipe Fidel Amante comenzó su formación musical en el Instituto Odeón de Buenos Aires, continuó en la Escuela Superior de Música “José Lo Giúdice” de la provincia de Salta, y apenas estuvo listo comenzó a dejar su huella. Su proyecto de la orquesta andina se elaboró de tal forma que sonó con obras clásicas a partir de zampoñas, quenas, sikus, mohoceños, toyos, charangos, erkes, anatas, etc., en escenarios tan importantes como el del Luna Park para el Festival Internacional de Orquestas Infanto Juveniles, donde por muchos años fue la única de sus características. Realizó con esta formación giras internacionales por Chile y Bolivia, además de numerosas provincias argentinas.
En 1985, Amante dictó un Curso de Instrumentos Andinos en La Quiaca, organizado por la Dirección de Cultura de la Provincia, y fue entonces cuando la idea empezó a gestarse. Desde ahí hasta la formación de una verdadera orquesta de música clásica, pasaron muchas cosas. Recién en 1987, el organismo de Cultura que organizó el curso, decidió crear la Orquesta de Instrumentos Autóctonos, dirigida por Amante, y éste es el primer antecedente de la exitosa formación que brilla hasta nuestros días. Primero funcionó como una actividad extracurricular en la Escuela Superior de Música de la Provincia. La proyección era conformar en algún momento una agrupación numerosa que pudiera brindar todas las variantes sonoras y tímbricas como todas las orquestas. Y se dio. El repertorio incluía tal como se lo había propuesta el maestro amante, obras clásica, y por supuesto también piezas regionales, marchas patrióticas y hasta tangos.
En el año 2001, la orquesta recibió un reconocimiento en Cosquín, en el marco del 41º Festival Nacional del Folclore; y fueron declarados Huésped de Honor en la ciudad de San Lorenzo de Santa Fe, por la Escuela Universitaria de Música de la Universidad Nacional de Rosario, por mencionar sólo algunos de los logros. Felipe Fidel Amante nunca dejó de trabajar, con apoyos y sin apoyos, con lugares para ensayar o sin ellas, y su empeño en trabajar por la producción musical y la difusión de nuestros instrumentos nunca decayó. Otras formaciones que llevó adelante son Bandas Musicales como la Juvenil de San Pedro, la Municipal de La Quiaca, la Municipal de San Salvador de Jujuy, la Municipal de Humahuaca, La Municipal de Tilcara, la Municipal de Abra Pampa, y la Municipal de El Aguilar. Su experiencia y conocimiento hizo que en 1995 participe como disertante en un encuentro en Nueva york, Estados Unidos, invitado por el Museo Nacional del Indio Americano, para hablar de los Instrumentos Nativos del Norte de Argentina.
Lo propio hizo en Tucumán, invitado por el Centro de Estudiantes Jujeños. Su fascinación por los instrumentos andinos, lo llevó a Bolivia donde investigó profundamente el tema. Durante tres años estuvo analizando las bondades sonoras de estos instrumentos, y analizándolos. Recién a partir de esta formación es que anticipa la proyección que pudieran tener en la orquestación. Finalmente cabe mencionar que además se destacó como compositor de obras musicales, como “Noche jujeña”, “Temas y variaciones”, “Encrucijada”, “La Puna”, “La Quebrada” , “Sonata en Movimiento”, “El Maimareño”, “Ciudad de Jujuy”, “Ayúdame, soy un niño”, “Marcha a Abra Pampa”, “Marcha a Humahuaca”.
Pero un párrafo aparte, merece la obra “El sueño de un coya” creada con varios movimientos, que fue llevada incluso a Buenos Aires y premiada a nivel nacional. El maestro cumplió su cometido con creces. Se fue dejando una imagen íntegra por su labor como ejecutante de música, formador y creador. Fue uno de los que más formaciones creadas tiene en su haber. Maximiliano Amante, uno de sus hijos, sigue con su legado, dirigiendo orquestas. El año pasado trabajaron juntos en la Escuela Superior de Música, y la orquesta andina pasó a depender de la institución, bajo el nombre de Orquesta de Instrumentos Andinos y Latinoamericanos.