Con el oficio de la Santa Misa, que debido a las medidas sanitarias por el Covid-19 se televisan dominicalmente a las 9 de la mañana, Daniel Fernández, obispo de la Diócesis de Jujuy, celebró las honras a la Virgen del Valle, patrona de la provincia de Catamarca y muy venerada en nuestro Noroeste; y recordó que en esa coincidencia, debía desarrollarse el Congreso Mariano Nacional que culminaba en la víspera.
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Con el oficio de la Santa Misa, que debido a las medidas sanitarias por el Covid-19 se televisan dominicalmente a las 9 de la mañana, Daniel Fernández, obispo de la Diócesis de Jujuy, celebró las honras a la Virgen del Valle, patrona de la provincia de Catamarca y muy venerada en nuestro Noroeste; y recordó que en esa coincidencia, debía desarrollarse el Congreso Mariano Nacional que culminaba en la víspera.
"La primera recorrida fue triste y vuelven llenos de alegría. Han tenido el encuentro con Jesús", dijo sobre los discípulos de Emaús.
Al respecto manifestó que para este día (por ayer), el Señor había previsto otra cosa y comentó que desde Catamarca, a través de las celebraciones han tratado de llegar también a todos nuestros hogares, y con las comunidades diocesanas de la provincia. Entre ellas mencionó a Palma Sola, San Pedro y el barrio El Triángulo de Libertador.
Recordó que "ella, el año pasado ha hecho un recorrido muy extenso por toda nuestra Diócesis, visitándonos con motivo de la festividad de nuestra Patrona la Virgen del Rosario, Río Blanco y Paypaya. Así que los invito a que la feligresía vuelva sus ojos a María y rece la oración del Congreso Mariano Nacional".
El obispo señaló que se está fortaleciendo la fe en el hogar y la fe en familia. "Esa fe que está llamada a crecer día a día y que hoy también se alimenta de la Eucaristía. La escucha de la Palabra, de la participación aunque sea espiritual, de la sagrada Comunión. La lectura del Evangelio que hemos proclamado en este tercer Domingo de Pascua, nos invita como hace todo el camino del tiempo pascual, a fortalecer nuestra fe. Hacer como un camino de fe, a lo largo de estos 50 días que van hasta Pentecostés, y a través de esa luz de la fe poderme descubrir, en la medida en que nos es posible, el misterio de lo que aconteció con Jesucristo, muerto y resucitado para nuestra salvación y de todos los hombres". (Norma Barceló)
“Que también podamos saltar de alegría y podamos decir ‘es verdad, el Señor ha resucitado y está en medio de nosotros’”.