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28 de Marzo,  Jujuy, Argentina
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Con gran fervor recordaron ayer el "Día Grande de Jujuy"

Frente al monolito ubicado en la localidad de León se hizo el acto protocolar, cumpliendo con las medidas sanitarias.El intendente de Yala, Santiago Tizón, destacó la importancia de homenajear a los héroes de la Independencia.
Martes, 28 de abril de 2020 01:00

A 199 años de la Batalla de León, la comunidad de la localidad que lleva su nombre rindió homenaje ayer a quienes lucharon impidiendo el avance español en nuestro territorio, conmemorando así el "Día Grande de Jujuy". El acto encabezado por el intendente de la Municipalidad de Yala, Santiago Tizón, tuvo lugar en el monolito ubicado a la vera de la ruta nacional nueve, donde recordaron la fecha histórica con profundo fervor patriótico.

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A 199 años de la Batalla de León, la comunidad de la localidad que lleva su nombre rindió homenaje ayer a quienes lucharon impidiendo el avance español en nuestro territorio, conmemorando así el "Día Grande de Jujuy". El acto encabezado por el intendente de la Municipalidad de Yala, Santiago Tizón, tuvo lugar en el monolito ubicado a la vera de la ruta nacional nueve, donde recordaron la fecha histórica con profundo fervor patriótico.

Este año la conmemoración no contó con el desfile cívico-escolar y gaucho debido a las medidas por la emergencia sanitaria, por lo que las autoridades municipales, gauchos y vecinos se hicieron presentes portando el barbijo y manteniendo el distanciamiento social.

Llegada las diez de la mañana se dio lugar al izamiento de las enseñas patrias y luego se entonaron las estrofas del Himno Nacional Argentino. A continuación, la Banda de Música ejecutó un minuto de silencio en memoria de los combatientes caídos durante la histórica batalla.

En su alocución, Tizón reflexionó que la gesta histórica y patriótica en donde los jujeños comenzaron a forjar nuestro destino, "en aquel momento aquellos patriotas inmortalizaron el nombre de José Ignacio Gorriti y muchísimos héroes anónimos dieron su vida por la libertad en esta tierra".

Agregó que en el contexto que se encuentra el país por el Covid-19, la humanidad llama a que las personas sean cada vez más solidarias, saber que existen momentos en los que se debe dejar de lado algunas comodidades a las que estamos acostumbrados ya sea para el bien colectivo y dejar algunas cuestiones individuales. Asimismo, dijo que dicha localidad se destaca por apostar al turismo y ser escenario de muchos eventos, fiestas gauchas y actividades.

En breves palabras, el teniente coronel Hernán Aoki, titular del Regimiento 20, expresó que recordar el "Día Grande de Jujuy" es el indicio de que "el pueblo jujeño entendió que se puede vivir en libertad e independencia". Mientras tanto, una de las organizadoras del Centro Gaucho "José Ignacio Gorriti", Eleuteria Balvin, destacó el importante rol que tuvieron los gauchos en el hecho histórico.

Por qué quedó en la historia

La historiadora Irene Ballatore habló sobre el acontecimiento del “Día Grande de Jujuy”. Dijo que, por la magnitud de sus resultados, el combate de León, librado el 27 de abril de 1821, es la victoria más importante de la Guerra de la Independencia en el hoy territorio de la provincia de Jujuy. Aunque en suelo jujeño tuvieron lugar más de 130 choques armados entre los ejércitos realistas y las milicias gauchas, ninguno causó en un solo día tanto estrago a las fuerzas invasoras de Fernando VII como el “Día Grande de Jujuy”. Paradójicamente, se trata de un triunfo que se dio en un momento de agotamiento de los pueblos que resistían desde 1810 los intentos de restaurar el dominio español al sur del Alto Perú y en 1821, año de anarquía y guerra civil, casi sin ningún apoyo del resto de las provincias.

Agotamiento y también conflictos internos entre facciones que se disputaban el poder se mostraron al empedernido español Pedro de Olañeta como la oportunidad que hacía tanto tiempo buscaba para acabar con la insurgencia patriota. Uno de esos conflictos, seguramente el más grave, era el que sostenían el gobernador Martín Miguel de Güemes y su colega el tucumano Bernabé Aráoz. Alegando que no prestaba ayuda a la lucha contra los realistas y que conspiraba contra su gobierno, Güemes declaró la guerra a Tucumán y su derrota alentó una rebelión en Salta que el caudillo logró controlar con la cruenta represión a los implicados. Pero también había que sumar los conflictos entre Güemes y sus adversarios políticos tanto en Salta como en Jujuy y el cansancio de la población, obligada por más de diez años a poner vidas, dinero y recursos para sostener la lucha contra los realistas, que a esta altura había quedado a espaldas de jujeños y salteños.

Los planes de Olañeta se vieron favorecidos también por la ausencia del coronel Manuel Eduardo Arias, acusado de un complot, castigado por Güemes y obligado a emigrar a Tucumán donde se convirtió en un apoyo fundamental para Aráoz en su guerra contra Salta. A pesar de la convulsión interna, el avance realista a fines de marzo de 1821 tuvo que lidiar con la resistencia de los gauchos con enfrentamientos en Humahuaca, Laguna Colorada, San Lucas, Valle Grande, Uquía y Tilcara. Así todo, los invasores alcanzaron la ciudad de Jujuy pero el rechazo de los vecinos los obligó a retirarse a las playas del río León, a la espera de refuerzos. Mientras tanto, José Ignacio de Gorriti que ocupaba la gobernación de Salta por la ausencia de Güemes en lucha contra Aráoz, delegó el mando y en un tiempo récord reunió a milicias de Jujuy, Palpalá, Los Alisos y Perico, unos 600 hombres bien montados, con los que marchó en busca de los realistas.

Todavía estaba oscuro, dicen los testimonios del combate, cuando los gauchos comandados por Gorriti cayeron de madrugada sobre el campamento de la vanguardia enemiga, donde los soldados del Rey de España, confiados, descansaban plácidamente. En pocos minutos, todo fue fuego y furor, descargas de fusiles, lanzas y terror. Rodeados completamente por los impetuosos jinetes, los sorprendidos se defendieron pero de nada les valió. En las filas de España, luego de más de un día de combate, se rindieron 4 jefes, 12 oficiales y cerca de 400 soldados, entre los que estaban el mismo jefe, el jujeño Guillermo Marquiegui y su hermano Felipe, cuñados de Olañeta.

Quedaron en poder de las tropas patriotas cañones y municiones, cabalgaduras y vituallas. El jefe español, obligado a rescatar a sus dos cuñados que fueron llevados prisioneros a Salta, envió a un grupo de sus hombres por el camino del Despoblado, quienes llevaron a cabo la emboscada de la que luego resultó herido de muerte el general salteño. A partir del triunfo de León cesaron las ocupaciones a la ciudad de Jujuy, si bien las hostilidades continuaron hasta 1825, con la muerte de Olañeta. Aunque se ha cuestionado que haya sido un día “de Jujuy”, ya que Gorriti se movilizó con recursos aportados por el Cabildo de Salta, es indudable que esa victoria fue sentida por propia por los jujeños.